La Covid-19 en Perú

La Covid-19, es un virus que pertenece a la extensa familia de los coronavirus, que fue hallada durante el mes de diciembre debido al reporte del primer caso de esta enfermedad y el posterior brote que surgió en la ciudad de Wuhan en China, y que a lo largo de los últimos siete meses se ha extendido alrededor del mundo, provocando una crisis sanitaria a nivel global, y el colapso de la gran mayoría de los sistemas de salud de diversos países, incluso los que son considerados como más desarrollados. En el ámbito económico, la suspensión de actividades comerciales y laborales, debido a las restricciones implantadas en la mayoría de países para contener los contagios, causando así un duro golpe para las grandes potencias y aún peor para los países en vías de desarrollo, que dependen usualmente del comercio internacional y de las exportaciones. Una parte considerable de dichos países se encuentran en América Latina, compuesta por naciones con economías emergentes y en proceso de solidificación; además, que actualmente es una de las regiones con mayores casos y leve desaceleración respecto a la tasa de estos; que sumada al gran nivel de desigualdad y problemas sociales que caracterizan a estos países, resulta en un panorama lamentable.

Hoy en día, a un poco más de cuatro meses desde que inició el aislamiento social, el Perú es el segundo país de América Latina con mayor número de casos de contagios, superando los trescientos sesenta mil; a pesar de la rápida acción tomada por parte del gobierno para contener la propagación del virus. El dramático ascenso del número de casos podría ser atribuido a diversos factores, como lo son; la pérdida de empleos, la economía informal, la desigualdad, entre otros problemas sociales; que han llevado a un gran porcentaje de la población a incumplir las medidas sanitarias en pro de la prevención de contagios. A pesar de que la cuarentena se levantó el uno de julio con el propósito de reactivar la economía que ha sido duramente golpeada, esta solo se aperturó en ciudades en las cuales el número de casos estaba disminuyendo, sin olvidar las medidas necesarias para evitar los contagios como el uso de mascarilla, distanciamiento social, etc. Asimismo, existen ciudades en las cuales el número de casos se ha incrementado de forma alarmante, una de ellas es la ciudad de Arequipa, que hoy 22 de junio, ha comenzado a ser considerada por algunos medios como el nuevo epicentro de la Covid-19 en el Perú, ya que día a día presenta más casos, presenta un sistema de salud ya colapsado y gran parte de la población que radica en esta ciudad ha perdido la tranquilidad ante la difícil situación económica y  comenzado a salir en busca de oportunidades , exponiéndose al contagio.

Desde mi experiencia personal, viviendo en la ciudad de Arequipa y en el distrito de Cerro Colorado, uno de los más grandes y con mayor población de la ciudad; he observado a través de todo este tiempo cómo el temor inicial ha ido convirtiéndose en una indiferencia que ha ocasionado que actualmente se quiera declarar a la ciudad en estado de calamidad. Al vivir en la urbanización Mariscal Castilla, que cuenta con un mercado, un estadio deportivo y comisaría; me ha resultado un poco más fácil interactuar con el medio y observar cómo se ha dado una transformación en el modo de vida de los residentes de esta zona, agregándole el hecho de que mi abuelo materno posee un puesto de venta en el mercado ya antes mencionado. Durante la primera semana de confinamiento, la gente solía aglomerarse especialmente en el mercado, con el fin de abastecerse debido a los rumores de escases de productos de primera necesidad que comenzaban a circular en la ciudad y a la histeria colectiva que se había generado, ya que un porcentaje importante de la población no estaba lo suficientemente informada sobre el virus, es así como dichas personas no respetaban de forma adecuada las medidas necesarias, principalmente el distanciamiento social. En el trayecto del primer mes, pude observar que las personas no tomaban conciencia sobre la gravedad del asunto, por lo que sacaban a pasear a sus hijos y mascotas, se podía observar a personas de la tercera edad en las calles, aunque ya tomaban una distancia prudente respecto a las demás personas. En el segundo y tercer mes del aislamiento social, todos vivían muy confiados, ya que las regiones con mayor número de casos pertenecían al norte del Perú y la situación allí era alarmante; así que al observar que los casos no aumentaban de forma considerable, las personas comenzaron a caminar en grupos e incluso a ir a visitar a sus amigos o familiares, aun estando prohibido, se les podía observar charlando en las tiendas y en las puertas de diversas viviendas. Dicho descuido e incumplimiento de las normas sanitarias provocó que el número de casos de dispare durante el último mes, desencadenando en varios decesos, incluyendo a algunas personas que residían en esta zona. Cabe destacar que se realizaron pruebas para detectar contagiados en el mercado, ya que en este lugar se reunía un gran número de personas para realizar sus compras, y así es como se encontró un mínimo número de casos entre los trabajadores y se procedió a cerrarlo durante una semana para poder desinfectar el local de forma adecuada; por otro lado uno de los trabajadores de este mercado que había resultado como positivo a esta enfermedad, continuó trabajando en una tienda que también era suya, lo hacía con todas las medidas de protección, pero aun así fue un acto sumamente irresponsable. También es importante mencionar a las ferias itinerantes, en las que de por sí se concentró un gran número de personas, y algunas de estas no respetaron de forma adecuada el distanciamiento social. A partir de todo lo anteriormente mencionado, es evidente la falta de conciencia por parte de los ciudadanos, lo que ha provocado inevitablemente la situación por la que atraviesa la población arequipeña, si en una pequeña zona de esta se han incumplido las medidas, claramente es muy probable que en toda la ciudad fuese igual. Otro factor que es importante, son las modas, ya que si una persona observa que las demás hacen algo que sea considerado como impropio y no le pasa nada a esta, existe una gran probabilidad de que las demás sigan este comportamiento. Personalmente, lo que más me apena de esta situación, es que personas que se encuentran en una mejor situación económica omitan las medidas de precaución solo por capricho, a comparación de las que no tienen los medios suficientes y la están pasando realmente mal, por lo que a veces no les queda más opción que exponerse; toda esta situación nos debería de ayudar a reflexionar sobre la situación en la que nos encontramos, sin olvidar la situación de nuestros prójimos, ya que el individualismo no nos permite avanzar como sociedad y disminuir los diversos problemas sociales que hoy en día se hacen más evidentes que nunca y empeoran la situación.

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