La Idiosincrasia Humana Para El Medio Ambiente.

El ser humano se encuentra imbuido para de cualquier forma en un determinado entorno psico-social que define indirectamente los actos y las consecuencias que afronta un individuo.

Es menester retomar el enunciado: "El hombre nace bueno, la sociedad lo corrompe". En este orden de ideas, se tiene en cuenta la concepción de sociedad que está constituida por diversos aspectos geográficos, religiosos, políticos, económicos y morales. Debatiendo pues la tesis, es posible y lógico afirmar que es el hombre mismo la sociedad.

Y lo es por el hecho de perpetrar los horrores egoístas por gracia de la glorificación personal. La condición humana es eso, en síntesis; el hombre aprende a reinar por necesidad.

Los ámbitos corruptivos, ambiciosos y sentimentales se ven reflejados en la inherente necesidad humana de la dominación. Este concepto no se le atribuye al círculo socio-económico en el cual se desarrolla un individuo, no del todo; sino a la educación e interpretación que cualquier persona posea de las cosas.

Es posible deducir entonces que la característica del ser que permite la desviación al superhombre -Como lo plantea Friedrich Nietzsche en su obra "Así habló Zarathustra"- está naturalmente implícita en el mismo ser. Es esta atribución entonces la que determina la corriente idiosincrásica que define a una cultura.

Por lo anterior, cabe dar paso a la cualidad que posee el ser humano de la autodestrucción y, asimismo, la destrucción de su medio. Las divergentes características hedonistas acogidas en un entorno social tienen consecuencias directas. De forma general, el hombre se ha encargado de consumir desmesuradamente lo que explota inconscientemente de la naturaleza; la producción de bienes innecesarios que le den a un individuo un determinado estándar de comodidad prevalece incluso por encima que el sentido de pertenencia por el medio ambiente.

Es así entonces como se puede disponer al cuestionamiento de la siguiente tesis, ¿Qué aspectos ha tenido la humanidad en cuenta para la explotación y el consumo de la naturaleza y, no menos importante, acaso es necesaria toda la conjunción de detractores ambientales para una vida sostenible desde un punto de vista egocéntrico?

Para partir desde un punto esencial, se mantendrá desde los aspectos vinculatorios entre un organismo y la tierra o medio. Desde un génesis, debemos concebir qué es el medio ambiente:

El medio ambiente es el producto de la interacción entre los elementos químicos, objetos y seres vivos presentes en un lugar. Todos los organismos viven en medio de otros organismos vivos, objetos inanimados y elementos, sometidos a diversas influencias y acontecimientos. Este conjunto constituye su medio ambiente.

Entonces, se denota una clara y estrecha relación en la cual un ser vivo depende de su medio para la sustentación de la vida; sin este, el ser no es autosuficiente y, por ende, no tendría la capacidad de sobrevivir.

Desde los inicios de la vida en el planeta tierra, se ha dado gradualmente un proceso evolutivo en las plantas, el cual ha permitido que por medio del proceso fotosintético pueda ser autosuficiente. No solo la evolución de la flora ha sido crucial para la producción de oxígeno –que es de vital importancia para el proceso de respiración celular- sino también para la producción agrícola y la posterior alimentación

Pero se ha llegado a tal punto de excedente de producción no solo del campo agrícola, sino también el industrial, que hace que la ansiedad de posesión carcoma en las entrañas del prospero sistema de reproducción y expansión natural.

Uno de los ejemplos más relevantes a nombrar es el aprovechamiento de yacimientos petrolíferos que son utilizados para la

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