La Oportunidad

La Oportunidad

Perú es uno de los 10 países con mayor diversidad de invertebrados del mundo y, según los estudiosos, poseedor de cerca de 70% de las zonas de vida del planeta. Nuestro país registra 3,700 especies de mariposas, que es igual a 20% del total de especies de mariposas en el mundo y es justamente el atractivo que veía Héctor en este negocio.

El mercado de Estados Unidos resultaba interesante debido a la gran cantidad de clientes (coleccionistas) dispuestos a pagar altos precios por este tipo de producto. Además, si bien no existía información exacta sobre la demanda para este mercado, informes realizados por investigadores particulares estimaban la demanda a nivel mundial para este producto de alrededor de los 900 millones de dólares, de los cuales Estados Unidos era el mayor comprador (35% de la demanda mundial). Otro tema a favor era la cercanía de la firma de un tratado de libre comercio entre Perú y Estados Unidos, lo cual facilitaría el ingreso del producto sin mayores obstáculos burocráticos o sanitarios.

Héctor desconocía los obstáculos gubernamentales para la exportación debido a su falta de experiencia en este giro. Además, no existían políticas claras y había una carencia de control con respecto a la caza indiscriminada de estos insectos y a la tala ilegal de árboles. Tal situación generaba una atmósfera incierta en torno a este negocio, lo que por momentos hacía dudar a Héctor sobre la posibilidad de retirarse de aquello a lo cual con tanto cariño había decidido ingresar.

A nivel internacional, específicamente en Estados Unidos, existía cierta desconfianza para colocar pedidos debido a la elevada y creciente informalidad en el sector. Personas naturales ofrecían productos sin ningún tipo de control sanitario, y al recibir el dinero no entregaban la mercadería, lo cual generaba una mala imagen en empresas como Tahuayo, que constantemente debía hacer frente a este tipo de situaciones.

La Decisión

En febrero de 2008, Héctor se encontraba en su oficina de Lima en vísperas de cerrar el balance de la empresa, y al ver los resultados del cierre del año empezó a reflexionar: “Son dos años desde que inicié operaciones y si bien el negocio se ha sostenido, este crecimiento aún no es significativo”; su espíritu emprendedor le decía que era el momento de tomar una decisión drástica para crecer y hacer de su organización un modelo de negocio en Latinoamérica. Por otra parte, estaba muy desgastado por los innumerables obstáculos burocráticos que no le permitieron avanzar a la velocidad que hubiera querido. Era evidente el potencial del negocio, pero existían muchos factores externos que lo inquietaban, además se sumaba la presión que ejercían sus socios por el giro de este negocio, que no era muy conocido en el mercado peruano.

Héctor estaba obligado a decidir si

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