La Pobreza como privación de capacidades

Pontificia Universidad Javeriana

Facultad de Educación

Seminario Fundamentos II

Ética[pic 1]

Textos: SEN, A. Capítulo 4, La Pobreza como privación de capacidades,

en Desarrollo y Libertad.,

(2000)

FORRESTER, V. (1997) El horror económico, páginas: 9 – 23.

(1997)

PELÍCULA: North Country.

DOCUMENTAL: "Karl Marx y el marxismo"

Prof. María Consuelo Escobar Hernández.

Paper: Pedro G. Cisneros

EL SUDOR DE TU FRENTE: UN FRUTO EXTRAORDINARIO.

Una máquina puede hacer el trabajo de 50 hombres corrientes. Pero no existe ninguna máquina que pueda hacer el trabajo de un hombre extraordinario. Elbert Hubbard.

Cuando nos referimos al término: trabajo, algunas personas se remontan a una cuestión de castigo, según la fe adánica^[1], otras lo ven como una oportunidad de superarse en la vida, y otras como un anhelo de alcanzarlo debido a lo difícil que es conseguir un buen empleo en la actualidad. Desde el comienzo de la civilización, el saber un arte u oficio generó gran expectativa e importancia  en la humanidad, ya que por medio de este se lograba un desarrollo o avance y permitía un mejor confort y calidad de vida.  

Con el pasar del tiempo las sociedades evolucionaron y entramos  lo que se conoce hoy en día como: Capitalismo, el cual necesita de unos modos de producción para engendrar riquezas, de este modo la especialización del trabajo cada vez más se hizo necesaria, especialmente en la época de la llamada: revolución Industrial, sin embargo no todo es color de rosa; he mencionado hasta el momento algunas palabras que vale la pena resaltar: desarrollo, avance, confort, calidad de vida y riquezas; todas ellas derivadas de la palabra:  trabajo, a pesar de esto, cabe cuestionarnos si ¿es cierto que todo esto lo produce el trabajo? Y ¿de qué manera se puede garantizar que así suceda? O ¿qué se necesita hoy en día para alcanzar estos frutos del trabajo?

FORRESTER V. en su texto:  El Horror Económico, pone de manifiesto  el debate de los problemas del desempleo, la marginación, las crecientes desigualdades sociales y culturales, que existen en las sociedades actuales, vista desde un ámbito que a la vez no es ni económico, ni político, sino desde el espacio público, es decir discutido desde la sociedad misma. Muchas personas hoy en día buscan un empleo como si estuviéramos en el siglo XIX, donde existía un solo patrón y este era tangible, hoy en día con el desarrollo de las tecnologías, no existe un solo patrón y no todas las veces se puede tener contacto con los verdaderos propietarios de una empresa. El mundo actual nos obliga a tener una profesión, es decir una ocupación que pueda servir al sistema, en otras palabras: para "merecer" el derecho de vivir,  debe  demostrar que es  "útil"  para  la  sociedad,  es  decir,  para  aquello que la rige y la domina: la economía confundida más que nunca con los negocios, la economía de  mercado.  Para  ella, "útil" significa casi siempre "rentable", es decir que le dé ganancias a las ganancias. En una palabra, significa "empleable"^[2]

En este sentido se puede afirmar que vivimos un mundo de explotación sobre explotación, cada uno mirando hacia su propio beneficio, el capitalismo cada vez se vuelve más salvaje, sin importar al otro, el que es desempleado es visto como un necesitado, que engrosa las cifras de las estadísticas pero no a favor, sino en contra del mismo sistema, ya que este debe funcionar como las manecillas de un reloj, es decir a la perfección. Lo cierto es que cada vez más se requiere de personas expertas y capacitadas para desempeñar cualquier labor. Se da la competencia de uno con el otro, se produce también discriminación laboral y de género, cada vez más marcada y que aunque se dice que se lucha contra ello, las cifras demuestran lo contrario.

En nuestro país con el gobierno Santos, se muestra la bandera de disminución a una sola cifra en cuanto al desempleo, pero al examinar la cruda realidad es otra, es cierto que hay más personas laborando, pero si entramos en detalle, podemos visualizar que tipo de trabajos tienen y cómo también la población ha aumentado. En muchos casos, las personas son fatigadas en su labor, sobre cargadas, explotadas y maltratadas, muchos prefieren callar a tener que decir o denunciar, debido a que pueden perder sus empleos, tal como lo observamos en la película: North Country,  donde nos muestra una realidad pasada en las pantallas de cine, Josey Aimes, una víctima de abuso, pero también de explotación, discriminación y con un gran singular de problemas que pueden reflejar la vida de cualquier ciudadano. A pesar de sus dificultades, su valor y deseo de salir adelante no la limitó en tener que soportar la situación, sino que hizo un pare y logró salir adelante, provocando instituir nuevas leyes a favor de todos.

...