La Pobreza

1. Descripción de la problemática.

La pobreza en Colombia

diariouniversal.net

El director del Departamento Nacional de Planeación, Hernando José Gómez, ha informado que Colombia es un país en el que las inequidades sociales y económicas son gigantescas y que el porcentaje de personas que viven en la pobreza y por debajo de las líneas de ella es inmenso. En América Latina solo Haití tiene más miseria.

Esa información no es nueva para nadie medianamente informado. Tal estado de cosas no es casual. Es consecuencia del modelo económico implementado por nuestros gobiernos desde hace décadas, por insinuación determinante del Consenso de Washington.

Dicho modelo económico es neoliberal, sus defensores lo llaman Economía de Mercado o Libre Cambio, los periodistas le denominan "globalización" y se basa en la concentración excesiva de la riqueza para que luego los potentados la "chorreen" a los otros sectores sociales. Pero si bien enriquece mucho a muy pocos, no hay "chorreo" y por eso crece desmesuradamente la pobreza, se depauperan las clases medias y los profesionales, a quienes se les exigen cada día más conocimientos científicos a cambio de salarios cada vez más pírricos, frustrándolos y condenándolos al subempleo y al desempleo, negándoles oportunidades dignas de supervivencia.

Tal modelo económico ha sido impulsado por todos los gobiernos, desde el de Misael Pastrana hasta el de Juan Manuel Santos.

En tanto, a través de la publicidad y los medios de comunicación se impulsa la economía de consumo, basada en la obsolescencia programada de las mercancías, para que haya que cambiar continuamente lo que se tiene, contrayendo nuevas deudas, pasándose la vida pagando altísimos intereses para engordar las arcas de los banqueros.

Dicho modelo económico gobierna los planes nacionales de desarrollo que cada gobierno ha elaborado desde 1970 hasta hoy. Ninguno de ellos (a excepción del de Belisario Betancur que no se pudo poner en ejecución por problemas fiscales) ha tenido real contenido social.

La aplicación de tal modelo económico ha llenado las calles de nuestras ciudades de subempleados dedicados al "rebusque". Por eso ningún plan de erradicación de los vendedores ambulantes será exitoso mientras no cambie el patrón económico. En Bucaramanga, el 53% de las personas laboralmente hábiles son subempleadas (desempleadas disfrazadas) y hay un 11% de desempleados. O sea, el 64% de nuestra población vive "del milagroso rebusque". ¿Cómo no va a haber altas cifras de inseguridad ciudadana, prostitución, etc.?

Mientras no se cambie tal modelo económico, seguirán creciendo la miseria y la pobreza. Y de contera, ha catapultado la corrupción. ¿A dónde llegaremos?

Publicada por

Eduardo Muñoz Serpa

elespectador.com

2. Corto análisis desde la sociología de la Cultura y propuesta de intervención desde la Sociología con apoyo teórico en el o los autores que consideren pertinentes.

Consideremos la interpretación de Oscar Lewis[3]que presenta un modelo conceptual, provisional acerca de la cultura de la pobreza, dice que ha ".. intentado captar la pobreza y sus rasgos concomitantes como una cultura o para ser más preciso, como una subcultura con sus propias estructuras y razones, como un modo de vida que se hereda de generación en generación, a través de las líneas familiares"[4] esta puede existir en una gran variedad de contextos históricos, siendo un "..Afán de adaptarse y una reacción de los pobres ante su posición marginal en una sociedad capitalista, de estratificación clasista y vigoroso individualismo"[5]. Tiende a perpetuarse de una generación a otra, siendo los candidatos más idóneos los que provienen de los estratos inferiores de una sociedad cambiante y enajenada al menos parcialmente. Dice que "..puede ser estudiada desde diversos puntos de vista: la representación entre la subcultura y la gran sociedad; la naturaleza de los barrios bajos; la naturaleza de la familia; las actitudes, valores y estructura caracterológica del individuo"[6]. En Nezahualcpyotl aún se requiere investigar diversos aspectos de su conformación.[7]

En una cultura de la pobreza -continua Lewis- las personas tienen acceso a una cantidad de bienes reducidos y su actitud es de desconfianza a las instituciones gubernamentales, por lo que tiene un potencial alto de protesta. Sin embargo persiste en ellas un bajo nivel organizativo, marginal, pudiendo haber en ellas un sentido comunicativo y de Corps[8], sobre todo en los barrios bajos urbanos[9]. Un rasgo de la cultura de la pobreza es vivir en el presente y la espontaneidad

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