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La Política como vocación (Max Weber)


Enviado por   •  15 de Septiembre de 2017  •  Síntesis  •  1.660 Palabras (7 Páginas)  •  227 Visitas

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La Política como vocación (Max Weber)

 

Bien, como dice Weber partiremos de dos puntos principales, de qué es y qué significa la política como vocación. Pero antes debemos comprender una variedad de conceptos sobre el tema de Política para introducirnos a entender esta definición como vocación.

En este sentido al ser una palabra muy utilizada en política pública nos señala diversas aplicaciones, pero termina por hacernos partícipes de un único concepto para describir la Política, que es en pocas palabras la dirección o rumbo que persigue una entidad política (Estado).  

Luego entonces, expone desde un perfil sociológico apoyado en la Teoría de Trotsky que las asociaciones políticas son llamadas Estados, y dicho esto, uno de los medios utilizados por dicha entidad para ejercer “poder” es la violencia, y  el poder finalmente es perseguido por ciudadanos, convertido en funcionarios que aspiran influir en la distribución de poder, que a su vez tienen una visión idealista o egoísta o simplemente se quieren sentir poderosos.

En concordancia con lo expuesto, el hombre persigue tener poder sobre el mismo hombre, por lo que ha creado las herramientas y por lo tanto las políticas o leyes que permitan dominar a éste, es decir, lo obligan a cumplir un marco normativo de cualquier índole (lo que no está prohibido, está permitido), aquí me surge una duda ¿lo moral se inventó para este fin? Porque también es para dominar otros quehaceres en nuestra sociedad.

De lo anterior surge un dato muy interesante cuales son los motivos para que se pueda ejercer dicha dominación sobre un hombre según nacido con Libertad, por lo que aparecen los llamados fundamentos de legitimidad, mismo denominados: la Costumbre, el Carisma y la Legalidad, cada uno de estos elementos conforman una trilogía bien definida para tomar decisiones, es decir son situaciones que por separado o en su conjunto nos orillan a dominar o ser dominados.

Es imprescindible señalar que los políticos por vocación se sitúan en función del Carisma como fundamento de legitimidad, esta parte para mi es, lo romántico e ideal de la buena política, un líder Nato que genera confianza y te invita a luchar por un objetivo común hace que los ciudadanos se entreguen a él, representado ya sea como mago o bien en su mejor faceta como guerrero defensor de la soberanía.

Me llama la atención como caracteriza al demagogo por una parte como el del Estado – ciudad que tal vez se refiere al Tirano y por otro lado al de Jefe de partido, mismo que lo identifico más con el hombre que hace promesas en campaña jamás cumplidas solo para atraer simpatizantes, en fin de cualquier modo el Estado en sí se ha transformado en una “asociación dominante con carácter institucional”, obviamente teniendo como dirigentes a estos señores feudales del presente, atemorizando a los súbditos mediante la coacción.

Pero hay algo que no debemos pasar por alto y son los medios auxiliares de dominación que al caso en particular son adjudicados al cuadro administrativo (retribución material y honor social) y a los medios materiales de administración (equipo humano son funcionarios y bienes en posesión), que unidos son los elementos que mantienen la dominación por la fuerza en manos de un dirigente, que sin embargo antes, estaban en manos de los funcionarios estamentales, que es el Estado burocrático moderno.

Como lo señalaba Weber en la asociación estamental el señor gobierna con el concurso de una aristocracia independiente, con la que se ve obligado a compartir el poder, se apoya en domésticos o plebeyos, en grupos desposeídos de bienes y desprovistos de un honor social propio, enteramente ligados a él en lo material y que no disponen de base alguna para crear un poder concurrente. Entonces el estamento es aquel que posee medios materiales y tiene el poder ya sea por un señorío o por título personal y lo pone al servicio de la política a fin de percibir algún beneficio.

Manteniéndonos en este contexto, nos percatamos que hay dos maneras en las que se divide el quehacer político, es decir se vive de la política (ingresos) o bien se vive para la política (goza del poder), y por lo común se practican ambos, de una forma indivisa. Asimismo digamos que se categoriza a los funcionarios públicos en dos distintos rubros: el primero como funcionarios profesionales y el segundo como funcionarios políticos.

Pero antes, de llegar al punto del político profesional están los políticos ocasionales, los que espontáneamente se levanta a hacer política, ya sea votando, dirigiendo una asamblea o generando iniciativas de reformas en el parlamento, aquí entraríamos los demás (nosotros).

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