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ANTECEDENTES HISTORICOS DE LA PRUEBA.

La prueba penal no ha evolucionado siempre acompañando los adelantos de la civilización, sino que más bien, superados ciertos estadios de primitivismo, ha seguido los vaivenes de los sistemas políticos vigentes en los distintos momentos de la historia.

Sin embargo, a muy grandes rasgos, es posible establecer dos momentos netamente definidos.

En la evolución de la prueba se establecen dos grandes momentos, el primero de ellos era aquel en el cual la divinidad o Dios, señalaban él culpable y los Tribunales solo se limitaban a manifestar la decisión del ser supremo; el segundo momento surge cuando los jueces se ven obligados a formarse por sí, el convencimiento sobre la culpabilidad o inocencia del acusado, mediante su capacidad intelectual.

Es aquí donde surge la figura de la prueba como el medio idóneo para poder dictar una sentencia que se considere la idónea y apegada a Derecho. Con el surgimiento de esta figura, surge como medio probatorio por excelencia la prueba testimonial, la cual llego a ser el alma mater probatoria constituida con la confesión del imputado y los testigos.

En las sociedades antiguas tanto víctima como victimarios recibían un trato de igualdad, en el cual no existía la prisión preventiva durante la realización de todo el proceso.

Posterior a estas, surgen las sociedades que hacían uso de la inquisición, las cuales castigaban a las personas que se presumían culpables, con horrendas torturas, con el fin de obtener confesiones que lo involucraran o lo acusaran directamente como hechor del delito acusado.

Desde los orígenes la prueba con mayor aceptación ha sido la prueba testimonial, aunque en el pasado no se tomaba en cuenta los medios como se obtuviera.

Cabe destacar que no solo la prueba testimonial ha existido, ya que con el paso del tiempo se implementó la prueba científica o pericial; aunque en la historia no se han encontrado indicios de la implementación de la prueba pericial en el antiguo derecho griego, pero si se reconoce la utilización del peritaje dentro del derecho romano, como un medio para lograr el convencimiento del Juez y consecuentemente como una prueba, cuando se suprime el procedimiento in iure, en el cual, al elegirse a un experto para conocer del pleito, resultaba inútil recurrir al auxilio de un perito ya que era él experto quien resolvería en base a su conocimiento. Por el contrario, en el procedimiento judicial propiamente dicho, o procedimiento in iudicio, extra ordinem, el peritaje es admitido y utilizado, adquiriendo una mayor relevancia para resolver.

En este contexto es que a medida la sociedad y la ciencia han evolucionado también lo ha hecho la prueba penal actual la cual se caracteriza por la utilizar novedades técnicas y científicas

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