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La Teoria Del Fin De Los Tiempos


Enviado por   •  28 de Mayo de 2013  •  1.502 Palabras (7 Páginas)  •  326 Visitas

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Eduardo Galeano La teoría del fin de la Historia: El desprecio como destino

1 ¿Fin de la historia? Para nosotros, no es ninguna novedad. Hace ya cinco siglos, Europa decretó que eran delitos la memoria y la dignidad en América. Los nuevos dueños de estas tierras prohibieron recordar la historia, y prohibieron hacerla. Desde entonces, sólo podemos aceptarla. 2 Pieles negras, pelucas blancas, coronas de luces, mantos de seda y pedrería: en el carnaval de Río de Janeiro, los muertos de hambre sueñan juntos y son reyes por un rato. Durante cuatro días, el pueblo más musical del mundo vive su delirio colectivo. Y el miércoles de cenizas, al mediodía, se acabó la fiesta. La policía se lleva preso a quien siga disfrazado. Los pobres se despluman, se despintan, se arrancan las máscaras visibles, máscaras que desenmascaran, máscaras de la libertad fugaz, y se colocan las otras máscaras, invisibles, negadoras de la cara: las máscaras de la rutina, la obediencia y la miseria. Hasta que llegue el próximo carnaval, las reinas vuelven a lavar platos y los príncipes a barrer las calles. Ellos venden diarios que no saben leer, cosen ropas que no pueden vestir, lustran autos que nunca serán suyos y levantan edificios que jamás habitarán. Con sus brazos baratos, ellos brindan productos baratos al mercado mundial. Ellos hicieron Brasilia, y de Brasilia fueron expulsados. Cada día ellos hacen el Brasil, y el Brasil es su tierra de exilio. Ellos no pueden hacer la historia. Están condenados a padecerla. 3 Fin de la historia. El tiempo se jubila, el mundo deja de girar. Mañana es otro nombre de hoy. La mesa está servida, y la civilización occidental no niega a nadie el derecho de mendigar las sobras. Ronald Reagan despierta y dice: "La guerra fría acabó. Hemos ganado". Y Francis Fukuyama, un funcionario del Departamento de Estado, gana súbitamente éxito y fama descubriendo que el fin de la guerra fría es el fin de la historia. El capitalismo, que dice llamarse democracia liberal, es el puerto de lleegada de todos los viajes, "la forma final de gobierno humano". Horas de gloria. Ya no existe la lucha de clases y al Este ya no hay enemigos, sino aliados. El mercado libre y la sociedad de consumo conquistan el consenso universal, que había sido demorado por el desvío histórico del espejismo comunista. Como quería la Revolución Francesa, ahora somos todos libres, iguales y fraternales. Y todos propietarios. Reino de la codicia, paraíso terrenal. Como Dios, el capitalismo tiene la mejor opinión sobre sí mismo, y no hay duda de su propia eternidad. 4 Bienvenida sea la caída del muro de Berlín, dice un diplomático peruano, Carlos Alzamora, en un artículo reciente; pero dice que el otro muro, el que separa al mundo pobre del mundo opulento, está más alto que nunca. Un apartheid universal: los brotes de racismo, intolerancia y discriminación, cada vez más frecuentes en Europa, castigan a los intrusos que saltan ese alto muro para meterse en la ciudadela de la prosperidad.

Y a la vista está. El muro de Berlín ha uerto de buena muerte, pero no alcanzó a cumplir treinta años

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21/01/2003 09:12

Eduardo Galeano

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de vida, mientras que el otro muro celebrará muy pronto sus cinco siglos de edad. El intercambio desigual, la extorsión financiera, la sangría de capitales, el monopolio de la tecnología y de la información y la alienación cultural son los ladrillos que día a día se agregan, a medida que crece el drenaje de riqueza y soberanía desde el Sur hacia el Norte del mundo. 5 Con el dinero ocurre al revés que con las personas: cuanto más libre, peor. El neoliberalismo económico, que el Norte impone al Sur como fin de la historia, como sistema único y último, consagra la opresión bajo la bandera de la libertad. En el mercado libre es natural la victoria del fuerte y legitima la aniquilación del débil. Así se eleva el racismo a la categoría de doctrina económica. El Norte confirma la justicia divina: Dios recompensa a los pueblos elegidos y castiga a las razas inferiores, biológicamente condenadas a la pereza, la violencia y la ineficacia. En un día de trabajo, un obrero del Norte gana más que un obrero del Sur en medio mes. 6 Salarios de hambre, costos bajos, precios de ruina en el mercado mundial. El azúcar es uno de esod productos latinoamericanos condenados a la inestabilidad y la caída. Durante muchos años, hubo una excepción:

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