La Valoración del Patrimonio Cultural

Nayrin Yanet Pérez Giménez

Epistemología de la Investigación

De lo material a inmaterial, el patrimonio cultural como elemento de valoración de la UNESCO

La Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura UNESCO ha jugado un papel fundamental en el establecimiento de parámetros para la conservación del patrimonio cultural desde su fundación en 1945. Sin embargo, hasta las últimas décadas del siglo XX, este era concebido como los bienes materiales construidos por el hombre que por su belleza, valor artístico o arquitectónico debieran ser conservados, dejando a un lado los bienes intangibles de la cultura.

Los primeros pasos de esta institución en cuanto a la conservación del patrimonio cultural se dan luego de la Segunda Guerra Mundial (1939-1945) debido a que este evento trajo como consecuencia un daño incalculable al patrimonio histórico y artístico en el continente europeo.

En 1954, la UNESCO acordaría con sus países miembros, el establecimiento del Convenio para la Protección de los Bienes Culturales en caso de Conflicto Armado con el cual se establecerían los lineamientos básicos para evitar la destrucción de los bienes culturales, muebles e inmuebles de darse este tipo de situaciones. Algunos años después, en 1964, se acuerda la Carta Internacional sobre la Conservación y la Restauración de Monumentos y Sitios, conocida como Carta de Venecia instituyendo algunos criterios básicos para la conservación de los espacios de valor patrimonial.  Y en  1972, con la Convención sobre la Protección del Patrimonio Mundial Cultural y Natural, se  define el patrimonio cultural: los monumentos, los conjuntos y los lugares, que bien, por su valor excepcional histórico, artístico o cultural deban ser conservado para las generaciones futuras.

Ahora, si bien esto constituyó un gran avance en la definición de líneas de acción en cuanto a la conservación del patrimonio cultural, según lo señala Javier Marcos Arévalo, este concepto de "monumentalidad", no sirve para valorar los bienes culturales de carácter inmaterial, pues los referentes vienen de la arquitectura y el arte básicamente. En cambio los aspectos de la valoración de lo inmaterial deben ser abordado desde otra perspectiva usando los elementos conceptuales de la antropología y la etnografía. Los antecedentes en torno a lo inmaterial están determinados por los instrumentos internacionales existentes relacionados con los derechos humanos, en particular a la Declaración Universal de Derechos Humanos de 1948, al Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales de 1966 y al Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos de 1966.

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