La Verdad

INSTITUCIONES POLITICAS

Autores que hablan del tema:

Mark Payne

En las últimas décadas se ha producido un viraje importante en la concepción acerca del conjunto óptimo de políticas para propulsar el desarrollo social y económico y acerca del papel de los factores institucionales y políticos en el respaldo de su puesta en práctica. Como consecuencia, está surgiendo una nueva visión en la que el Estado y el mercado ya no se ven como mecanismos diferenciados y en conflicto, sino como socios complementarios en el proceso de desarrollo. Los enfoques no realistas de lo que el Estado o el mercado podían lograr por sí sólos han sido reemplazadas por una perspectiva más sobria que reconoce, tanto el papel esencial que debe desempeñar el Estado en una economía de mercado, como el daño que puede resultar cuando sus activities sobrepasan los límites de sus capacidades. Tras cierto consenso logrado respecto a esta division general del trabajo, ahora es posible que los profesionales del desarrollo concentren sus energías en la tarea de fortalecer las instituciones públicas para que el estado pueda regular, complementar y suplementar efectivamente las actividades que se realizan dentro del mercado.

El nuevo paradigma implica igualmente el rechazo de dos supuestos ampliamente sostenidos, por no decir abiertamente establecidos:

1) que la democracia participativa obstaculiza el desarrollo al obstruir la toma de decisiones eficiente

2) que existe un conflicto entre la búsqueda de una mayor igualdad social y el logro de un rápido desarrollo. Ahora, se cree ampliamente que la democracia favorece la búsqueda efectiva del desarrollo, ya que solamente a través de la participación ciudadana puede garantizarse que las políticas reflejen el interés del público y gocen de una amplia legitimidad, así como que los funcionarios públicos se hagan cargo de y garanticen el respeto del estado de derecho.

La gobernabilidad eficiente, justa y representativa requiere de la extensa participación de grupos ciudadanos y fuertes instituciones democráticas. Ahora es más común concebir la equidad y el crecimiento económico en términos compatibles. El incremento de oportunidades económicas para los pobres mediante la inversión en educación y asistencia médica se percibe cada vez más como una condición determinante para el crecimiento sustentable y acelerado de la economía. No sólo tal inversión optimiza la capacidad productiva de la fuerza laboral y genera un patrón más justo del crecimiento económico, sino que también contribuye a promover una mayor estabilidad política democrática y políticas públicas más consistentes y legítimas, favoreciendo así el crecimiento económico a largo plazo.

Si bien se reconoce ampliamente su

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