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La conquista del Desierto


Enviado por   •  19 de Noviembre de 2018  •  Informes  •  1.890 Palabras (8 Páginas)  •  103 Visitas

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Campaña del Desierto

Introducción:

  

  • La unificación y organización territorial del Estado Argentino:

Los gobiernos del periodo de la formación del estado, tomaron medidas tendientes a lograr la inserción capitalista de la Argentina. Impulsaron la modernización del país, mediante mejoras en el transporte y comunicaciones, llegada de inmigrantes y las inversiones extranjeras. También, extendieron las tierras productivas y completaron el control del estado sobre el territorio nacional, para lo cual emprendieron campañas contra los pueblos indígenas que mantenían su independencia.

Un objetivo central para la consolidación del estado era lograr la unidad territorial. Era necesario entonces, resolver algunos problemas, entre ellos, la existencia de fronteras exteriores y límites interprovinciales imprecisos y el hecho de que territorios reclamados como propios por el estado, no estuvieran bajo su control, sino en manos de población indígena. Uno de sus principales obstáculos eran las fronteras interiores que separaban las zonas bajo su poder de las que controlaban los indígenas. En el norte, los Tobas y Wichis dominaban la región del Chaco (actuales provincias de Chaco y Formosa), el norte de Santa Fe, el noreste de Santiago del Estero y el noreste de Salta. Al sur un variado conjunto de pueblos de origen Mapuche, Tehuelche y Pampa habitaban el territorio Pampeano-Patagónico que comprendía el sur y oeste del actual territorio Bonaerense, el sur de las provincias de Mendoza, Córdoba y San Luís, La Pampa y todas las provincias patagónicas. A este territorio, los blancos lo denominaban “Desierto”, como sinónimo de espacio “vacío de civilización” habitado únicamente por “Barbaros”. Esta expresión quería decir, que no estaba habitada por población blanca. En las ideas que predominaban en esa época, los indígenas era considerados “inferiores” y representantes de la “barbarie” en contraposición  a la “civilización”, que se adjudicaba a los blancos y en especial a las características de la moderna sociedad capitalista y su cultura.

Durante la segunda mitad del siglo XIX se difundieron en Argentina teorías biologicistas originadas en los países centrales, que al afirmar la “superioridad de los blancos”, establecían una jerarquización entre pueblos “superiores” y pueblos “inferiores”. Los primeros, por ser los poseedores de la cultura y de los valores morales “superiores”, tenían una misión civilizadora frente a los pueblos bárbaros. Estos argumentos sirvieron a gran parte de la clase dirigente de la época para descalificar y reprimir a las poblaciones del Interior, mayoritariamente de origen mestizo, indígena o negro

Las mismas ideas fueron sustento de la   oposición entre la “barbarie” de los pueblos originarios considerados “inferiores” y la “civilización” de los blancos, que en virtud de su “superioridad” se adjudicaban el derecho a imponerles su cultura, sus valores y su autoridad.

Los Habitantes del “Desierto”

Blancos e Indígenas habitaban territorios separados por una frontera interior constituida por construcciones defensivas, llamadas fortines, que se extendían desde Bahía Blanca en la Provincia de Buenos Aires, hasta el sur de Mendoza, al este y al norte de esta línea de fortines se hallaba el territorio de los blancos, al oeste y al sur el de los indígenas. La sociedad Indígena había alcanzado una gran diversidad, en la que se distinguían dos grupos: “lanzas”, guerreros que formaban el estrato superior, y la “chusma”, integrado por mujeres, niños, ancianos y cautivos. Además, los caciques de las distintas comunidades aumentaron su poder de liderazgo, basado cada vez más en la posesión de riquezas. Uno de esos caciques, Calfulcura, quien controlaba el comercio de la sal desde las Salinas Grandes y gran parte del intercambio de ganado con los blancos, organizo una confederación de comunidades e inicio una ofensiva general sobre la campaña bonaerense. Los malones, que contaban entonces con mayor cantidad de integrantes, se apoderaron de miles de cabezas de ganado y cientos de cautivos. Como consecuencia de estos ataques y de la falta de una adecuada defensa debido a que el Estado había volcado las fuerzas militares a la de Paraguay y la represión de las rebeliones del interior, la frontera retrocedió hacia el norte.

El plan de Alsina era un avance gradual ya que la ocupación de grandes extensiones de tierras por parte de los indígenas y sus ataques a las propiedades de los blancos representaba un grave problema para la consolidación del poder del Estado. Por un lado, impedían la integración plena del territorio bajo una misma autoridad central. La integración del país al nuevo orden internacional, al privar de tierras aptas para la producción exportable a los grandes productores. Por otro lado obstaculizaba el progreso capitalista, ya que estas tierras no estaban disponibles para la producción de los alimentos que demandaban las economías centrales.

Durante la presidencia de Avellaneda, el ministro de Guerra, Adolfo Alsina, presento al Congreso un plan de extensión de las fronteras, mediante la construcción de dos líneas  de fortines, comunicadas entre sí por medio del telégrafo, y el establecimiento de nuevas poblaciones y estancias.

La línea exterior estaría unida por una zanja continua, que dificultaría la retirada de los malones indígenas. Esta propuesta fue muy criticada porque solo contemplaba acciones defensivas, que no impedían los ataques. Aun así, el gobierno comenzó las obras: repartió tierras, levantó fortines e inicio la construcción de la zanja.

En 1877 Alsina fallece y su sucesor en el Ministerio de Guerra, Julio Argentino Roca, impuso su criterio y organizo una campaña ofensiva para poner fin al “problema indígena”

La campaña de Roca:

A lo largo de más de 300 años, los españoles consiguieron reducir, durante su dominio, en los enfrentamientos con los indios a gran parte de las tribus, algunos pueblos aborígenes se caracterizaron por su belicosidad, lograron preservar su independencia en las extensas llanuras del sur y en los bosques chaqueños.

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