La construcción de la democracia en México

La construcción de la democracia en México.

Introducción

En este ensayo se estudia el desarrollo político de México, desde el inicio de su vida independiente para mostrar que no ha sido influenciado por un legado democrático, también se estudian los principales objetivos que México ha buscado desde el principio de su vida independiente y a lo largo de su desarrollo histórico así como la competencia política en México durante las dos últimas décadas del siglo XX.

También trataremos brevemente sobre los cambios que México ha experimentado desde el año 2000 con la “alternancia” de la Presidencia y las reformas se necesitan impulsar para hacer que la democracia funcione mejor en México.

La democracia mexicana

El desarrollo político de México desde el inicio de vida independiente no ha sido beneficiado por un legado democrático. Según Levy, Bruhn y Zebadúa (2001), México, por carecer de una herencia democrática, no posee las bases para constituirse como un país democrático.

Derivado de nuestros antecedentes, legados y herencias prehispánicas, coloniales, republicanas y modernas, las prácticas cotidianas de nuestros actores políticos no son democráticas. No contamos con una característica básica de la democracia como la pluralidad, es decir, en muchos momentos de nuestra historia no se han respetado las diferentes maneras de pensar, ni la libertad o los derechos sociales.

La herencia no democrática en México a través del tiempo.

Después de la independencia política de 1821, México no alcanzó la democracia, debido a que Agustín de Iturbide se proclamó Emperador de México, lo cual duró dos años y que motivó que los liberales establecieran una Constitución republicana y federal en 1824.

El primer presidente electo bajo la Constitución de 1824 fue el Gral. Guadalupe Victoria quien terminó su mandato de cuatro años.

La inestabilidad política reinició y, en esos años, México sufrió dos golpes de estado, diversos motines y guerras civiles entre liberales y conservadores.

Una segunda monarquía inició en 1862, derivada de la intervención francesa y la imposición del archiduque austríaco Maximiliano como emperador de México.

En 1867 regresó el gobierno liberal con Benito Juárez como presidente de México.

En 1877 llegó el Gral. Porfirio Díaz a la presidencia y se mantuvo en ella hasta 1911, con una interrupción entre 1880 y 1884, en la que el Gral. Manuel González se ostentó como presidente de México.

A partir de 1910, surge en México la revolución liderada por Francisco I. Madero, un demócrata e idealista que llega a la presidencia en 1911, iniciando un periodo de tremenda inestabilidad, el cual fue continuado en la guerra cristera y que sólo permitió la estabilización de la nación hasta después de la tercera década del siglo XX, cuando el Partido Revolucionario Institucional tomo las riendas del país mediante un sistema presidencialista que, irónicamente, el escritor Mario Vargas Llosa denominó, en 1990, como “la dictadura perfecta”.

Sin embargo, a partir de los años 70, hay un proceso en México de liberación democrática en el cual se modifican las reglas del juego, se dan mayores libertades democráticas, parece que la democracia es parte de nosotros y aparecen nuevos términos en la política mexicana tales como; liberalización democrática, transición democrática y consolidación democrática.

Hoy en día estamos en la transición de la democracia y vamos en busca de la consolidación de la democracia.

La democracia es un propósito fundamental de todos los hombres. Debe ser un valor con el que debemos convivir.

Los principales objetivos que México ha buscado para alcanzar la democracia, a lo largo de los diferentes períodos del desarrollo político, son los siguientes:

1. La estabilidad política,

2. El crecimiento económico,

3. La igualdad socioeconómica,

4. La independencia nacional y

5. La democracia política.

En la época de Don Porfirio Díaz se alcanzaron dos objetivos: la estabilidad política y el crecimiento económico, es decir, se alcanzó cierto progreso, y lo mismo ocurrió en las épocas posrevolucionarias.

El periodo de gobierno en el que se alcanzó el mayor número de objetivos democráticos fue en el gobierno del presidente Cárdenas, en el cual florecieron los objetivos de igualdad social, crecimiento económico, independencia nacional y estabilidad política, sin embargo faltó la promoción de una democracia liberal, basada en elecciones libres y justas.

La democracia en México después de la alternancia

El sistema mexicano presidencialista antes del año 2000, establecía que el presidente contaba con facultades constitucionales y metaconstitucionales tales como: nombrar al gabinete de manera libre (Secretarios, Subsecretarios, Delegados, Embajadores, Coroneles etc.). Tales facultades, sin embargo, muchas veces no lograron los acuerdos en el contexto de democracia y pluralidad, por lo que la democracia mexicana se volvió débil y vulnerable.

Una característica fundamental del sistema presidencialista en México es que la elección del presidente y la elección del congreso se realizan por separado y es muy complicado lograr que se pongan de acuerdo.

Esto da como consecuencia dos conformaciones

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