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La corrupción en nuestra vida diaria


Enviado por   •  18 de Mayo de 2023  •  Ensayos  •  2.545 Palabras (11 Páginas)  •  71 Visitas

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 Índice

Definición Personal (Descripción)………………………………………...     2

Justificación …………………………………………………………………………………..        3


Experiencias de la vida diaria………………………………………………..      6

Objetivo: Erradicar la Corrupcion ………………………………………….    11

Delimitacion……………………………………………………………………………………...      13

La corrupción en nuestra vida diaria:


Descripción

Definición personal: La corrupción son las acciones fuera de la ley, que puede hacer cualquier persona, ocupen un cargo público o no y que benefician a algunas personas de otras, a cambio de dinero, cosa material, puesto o situación en general.

Cuando los seres humanos tenemos perfectamente clara nuestra misión en este mundo, no escatimamos esfuerzo alguno para cumplir la misma, pero claro, ha de entenderse que la misión o el objetivo de vida no precisamente se relacionan con el más tener, sin importar el cómo; sino en el bien ser para mejor hacer y que a su vez permite el bien tener y que finalmente conduce al bien estar.

Durante el recorrido necesario para cumplir nuestra misión en este mundo encontraremos muchos obstáculos, que seguro permitirán fortalecer el carácter y afrontar con entereza los desafíos que se nos presentan, por eso, no debemos claudicar en el empeño.

Justificación

En primer lugar, se me ocurre que el dinero tiene mucho que ver en todo esto de la corrupción.

 Alguien puede decidir entrar en un negocio sucio por tentación económica.

Sin embargo, en la corrupción como en casi todo lo demás, el dinero no es el fin, sino el medio; permite tener una casa más grande, un coche más potente, una ropa más elegante o unas vacaciones más excitantes…Y ese “tener” no es más que una forma más de búsqueda de reconocimiento, que responde a la perversa ecuación “tener es más importante que ser”. Y es que nuestra sociedad, tristemente, sigue poniendo tanto peso en ello, que las personas se sienten tanto más reconocidas socialmente cuanto más poseen, sin importar lo vacía que esté su vida, aunque esté llena de cosas.

 Así es como algunos lo dan todo por un cargo; en el mejor de los casos cuando lo tienen quieren otro mayor, pero van dejando rastro en su ascenso frenético. Decía Collin Powell: «No es bueno que tu cargo y tu ego estén muy juntos; porque cuando el uno caiga, caerá el otro».

Otra razón por la que se puede caer en la trampa de la corrupción es el afán de poder.

Más arriba, más servilismo alrededor, más capacidad de someter a los demás, más afán por ser objeto de flashes y compartir mesa y mantel con los grandes.

 Y ¿detrás de esa foto? La hambruna de ser visto (que no de ver), y no de cualquier manera sino de ser visto por otros como un igual. 

Soy como ellos, puesto que salgo en las mismas fotos y accedo a los mismos círculos.

El lucro al que permite acceder la corrupción tiene su máximo exponente en los grandes eventos sociales donde corrompidos y corruptos juegan a deberse favores oscuros, y sonríen a la cámara desde el disfrute de su enorme visibilidad y supuesta amistad.

Y poco después se niegan unos a otros y se acusan desde el banquillo.

Es lo que se llama la muerte de la polilla, que en su afán de buscar la luz muere achicharrada…

Un argumento que también se me ocurrió fue: corrupción y vulnerabilidad.

En las organizaciones que tienen problemas de ética, los ojos examinadores suelen posarse en las capas altas de la dirección.

Aquí nos encontraríamos con la necesidad de reconocimiento y visibilidad ya mencionada; sin embargo, con este tema a menudo he encontrado que en los puestos más alejados del poder y donde los salarios son más bajos, existe un riesgo claro de exposición a la corrupción que viene de la necesidad.

Así sin más, de la necesidad pura.

Cuando se ingresan 3 mil pesos al mes, se tienen tres hijos en edad escolar, unos padres mayores y dependientes, y una mujer en paro o con problemas de salud, la tentación adquiere otro cuerpo.

Recuerdo de una película en la que la mafia ofrecía a un miembro de un jurado pagar un tratamiento médico carísimo a su esposa si emitía un veredicto de inocencia al mafioso acusado de asesinato.

¿Es verdad que todos tenemos un precio? Mejor que no te veas en la situación de comprobarlo. Esa es, en mi opinión, la ecuación: la ética personal resiste tanto más cuanto menos vulnerables social y económicamente seamos.

 Aquí no es el reconocimiento; es la supervivencia, la necesidad, incluso el amor por alguien. Maslow lo explicó muy bien.

Experiencias de la vida diaria

Si es muy conocida la frase “El que no tranza no avanza”, pero seamos honestos esto lo traemos arrastrando desde nuestros antepasados, y lo malo es que lo seguimos conservando en nuestro día a día, hasta con las mas insignificantes acciones, ya estamos siendo participe de esta lamentable cadena llamada “Corrupción”, y es que a lo largo de nuestra vida hemos vivido con ello, desde chiquitos por ignorancia de nuestros padres, de los padres de nuestros padres, etc.

En pequeñas acciones como por ejemplo “llevarle una manzana al maestro”  con la intención que le mejore calificaciones al niño(a) o que le pongan tareas menos complicadas, que sean de los favoritos para obtener algún tipo de  beneficio, después pasamos a la adolescencia donde tratamos de hacer “donaciones a la escuela” igual con la sombra de obtener algún beneficio.


Otro ejemplo claro, cuando nos para el tránsito y con tal de no pagar infracciones, “le damos para el refresco al poli”, ahora si lo vemos desde el punto de vista del tránsito, ellos son los que son más corruptos que nada, ósea porque aceptan “una mordida” cuando el deber ser es hacer su trabajo y pasar el reporte como corresponde, enserio que son bien tranzas a veces vas legal pero buscan uno u otro pretexto para tumbarte la mochada, a veces no te pasas ningún señalamiento y ellos aseguran que sí, con tal de sacar para el almuerzo, y así son tanto como los policías, los jueces, etc.
Otro ejemplo es cuando en algunos casos “compran algún puesto político o gubernamental” no vamos lejos cuando se venden las plazas ya sea de maestros, doctores, personal del ayuntamiento, etc., etc. , cuando las personas que realmente tienen el conocimiento mas no la oportunidad de demostrar sus habilidades, son estas personas que lamentablemente andan ambulando en las calles con un trabajo fuera de su profesión, vemos licenciados de taxistas, maestros de veladores, doctores vendiendo frutas, contadores vendiendo comida, y todo esto para poder llevar el sustento a sus familias por la escaza oportunidad que se les brinda, porque la plaza que le tocaba al que si estudio, al que si se esforzó, al que se comprometió con aprender de su profesión, al que verdaderamente tiene la vocación, se le fue negada, porque el hijo, el sobrino, la tía, la mamá de ese doctor, ese maestro, ese licenciado, tuvo más dinero y compro la oportunidad (la plaza).

Es ahí cuando puedes decidir entre formar parte de….. o ser la diferencia.

Si es desesperante colocándonos en los zapatos de esas personas que tardaron años estudiando, pagando sus colegiaturas y esforzándose para tener una profesión de manera legal, y que venga otro más chin…(listo) y que se la quite por el simple hecho de tener palanca, o de haber dado “para el refresco”.

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