La familia como un sistema

La familia como un sistema

La mayoría de los expertos coinciden en que la familia es el primer sistema social en el que se realizan todas las características de los sistemas.

La familia como sistema juega un papel importante no sólo en el proceso que da origen a la enfermedad, sino también en el proceso de su rehabilitación, ya que cumple sus funciones principales.

En un grupo familiar, el comportamiento de cada sujeto está conectado dinámicamente con el comportamiento de otros miembros de la familia y con el equilibrio del conjunto.

Por lo tanto, la familia debe verse como una red de comunicaciones entrelazadas en la que todos los miembros influyen en la naturaleza del sistema, pero todos están influenciados por el sistema mismo.

Cuando una familia requiere fusión o excesiva dependencia entre sus miembros, limita su superación y autorrealización personal e individual, y por el contrario, cuando las relaciones familiares son muy abiertas y fuertemente protectoras de la individualidad, el sentido de pertenencia a la familia tiende a negarse.

Objetivos del sistema familiar.

Anteriormente se creía que el objetivo principal determinado por una especie era la reproducción, es decir, la creación de nuevos individuos en la sociedad. Hoy podemos decir que esto es relativo y los objetivos son muy heterogéneos dependiendo de la subjetividad de los sujetos y del tipo de relación de la pareja emergente. En cualquier caso, podemos derivar una búsqueda del equilibrio del proyecto. Para lograr este objetivo, debe resolver una serie de tareas intermedias:

– Proporcionar seguridad emocional a cada miembro.

– Proporcionar seguridad económica a cada miembro.

– Dar a la pareja el pleno disfrute de sus funciones sexuales, dar a los niños una idea firme y experimentada de los modelos sexuales, permitiéndoles identificarlos de forma clara y adecuada.

– Enseña a sus miembros respuestas adaptativas a las interacciones sociales.

La familia, al mismo tiempo, es un sistema abierto y por tanto está en constante transformación, sufriendo diferentes cambios y modificaciones en cada momento de su evolución.

Al representar a la familia como un sistema, asumimos que representa una unidad, una integridad, por lo tanto no podemos reducirla a la suma de las características de sus miembros, es decir, la familia no puede ser considerada como la suma de individuos. Sino como un conjunto de interacciones.

Esta concepción de la familia como sistema promueve en gran medida la relación causa-efecto de los problemas familiares, que tradicionalmente han sido vistos de forma lineal (causación), lo cual es una visión defectuosa porque no hay ningún “culpable” en la familia, pero que los problemas y síntomas son causados ​​precisamente por las deficiencias de las interacciones familiares, la disfunción de la familia como sistema. El funcionamiento de la familia debe verse no de forma lineal, sino circular, es decir, lo que es causa puede convertirse en efecto o consecuencia, y viceversa.

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