La guerra es el arte de destruir hombres, la política es el arte de engañarlos

 “La guerra es el arte de destruir hombres, la política es el arte de engañarlos.”

-Jean Le Rond D' Alembert                                                                           

Para comenzar podemos hacer referencia a la problemática tratada en la novela “1984” de George Orwell, en la cual narra un enfrentamiento bélico nuclear fraguado entre las superpotencias, y la superproducción de armamento de destrucción masiva, con el objetivo de mantener una guerra continua y con ello una población sometida y sumisa, a un paso de la destrucción y la aniquilación total.

 La problemática de Orwell se acerca bastante a la realidad, puesto que la idea de una tercera guerra mundial se deriva a la disputa nuclear entre potencias.                                                      Esta idea es la más acertada ya que fue así como culminó la segunda guerra mundial, con bombarderos estadounidenses cargados de bombas atómicas sobrevolando las ciudades de Hiroshima y Nagasaki acabando con todo a su paso.

Después de la culminación de este atroz acto, el significado y el modo de la guerra cambio totalmente, las potencias mundiales comenzaron una carrera armamentista, armándose hasta los dientes con armas nucleares y de destrucción masiva, almacenándolas e imponiendo así su ideología y hegemonía alrededor del mundo durante  toda la guerra fría.

Ya en  1968 con la firma de los tratados de la no proliferación y el desarme nuclear solo Estados Unidos, China , Francia, Rusia y el Reino Unido tienen permitido portar armas nucleares, debido a que pertenecen al grupo de “Estados nuclearmente armados”  y son parte del consejo de seguridad de las Naciones Unidas.                                                                              Pero existen otros estados como India, Israel, Pakistán, Sudán del  norte y Corea del norte, que no se encuentran dentro del tratado, por lo que no tienen ningún tipo de restricción o regulación, y, con el tiempo ha llegado a formar potencias nucleares que amenazan con el inicio de una nueva guerra.

Un claro ejemplo es la península de Corea del Norte en donde los tambores de guerra retumban sin parar, es un país que se ha mantenido en guerra fría durante años, además de ser uno de los más pobres y totalitarios del planeta.                                                                        Su programa nuclear ha crecido desde la caída de la Unión Soviética y la llegada de Kim-Young-Un, el cual ha priorizado gran parte de su PIB en armamento, colocando a este país en uno de los 10 más armados nuclearmente.                                                                                   Para tratar de pararlos han existido muchos tratados y acuerdos entre Pionyang y Washington, sin resultado alguno haciendo de Corea del Norte un rival peligroso para Estados Unidos.

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