La importancia de la formación

“…Tienes esa gran virtud de entregarte en cuerpo y alma, yéndose tu juventud a favor de la enseñanza…”

En esta mañana fría, escuche a los pájaros cantar y entre susurros suspirar, fue muy poco lo que les entendí solo les escuchaba decir, -gracias maestro por tu enseñanza al volar-.

En ese momento me puse a pensar si esas pobres e indefensas aves, le agradecen a sus maestros por guiarlos a volar: ¿Por qué?, yo no decirle gracias profesor por guiarme, por enseñarme, por entregarme su vida y su vocación.

El maestro es ese ser que merece y a veces no recibe todo el conocimiento social y moral que se le debe de dar, que se dispone cada día a escalar dificultades y es capaz de llegar al aula con la mejor de sus sonrisas y carácter alegre; si no fuese así, y por cualquier motivo al entrar al aula y escucha las risas, gritos, las almas, el amor de sus niños y concluir la clase con un “maestro, hoy aprendí mucho”, “te quiero papa, hay perdón profesor”.

Vamos, esa es la mayor paga para un maestro, no hay mayor gratitud y llena al corazón de alegría y regresa el color a su vida con un alumno le mencione papa, ese ser que manda y tiene la autoridad en la vida del niño.

Es una profesión que deja muchas satisfacciones, experiencias de vida muy agradables tanto que no importa el tiempo invertido, para sembrar esperanzas, construir anhelos, quitar la ignorancia, ser esa lección de amor, escuchar sus palabras que son versos y luceros de su alfabeto para eliminar la ignorancia que nos abriga.

Tiempo que podrían utilizar para ellos, para descansar pero eso no importa lo que sobresale es que todos estos sacrificios serán gratificados al ver que un niño aprendió a escribir, que aprendió a leer, y que día a día va construyendo su aprendizaje… y le diga gracias maestro.

Hoy lo tengo más cerca, lo vivo en mi casa y me regocijo de emoción al observar a mi hermano suspirar, desesperarse entre libros y autores, dormirse tarde entre lecturas extensas, pero no le importa solo quiere llegar a ser, esa vocación, esa profesión que le llena de luz a su vida; allí es cuando se me estremece la piel, se me hace un nudo en la garganta, una lagrima corre en mi mejilla que expresan alegrías y sonrisas; y pienso, espero seguir sus pasos quizá no sea en un salón, pero, cualquiera que sea mi empleo vivirá en mi corazón esa enorme profesión.

Hoy solo me queda mencionar que él salió de esta escuela, aprendió todo aquí y quiere seguir a todos sus maestros; y yo orgullosamente estoy aquí hace 14 años, recuerdo a varios maestros que han cambiado mi vida y mi perspectiva al pensar, mi voz se entorpece al decir que mis maestros esos seres queridos que alguna vez han recibido ofensas o no confiaron en ellos, diciéndoles que no era su profesión o cualquier tontería, ellos se opusieron a esos comentarios, salieron adelante y triunfaron,

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