Las Misiones

En la última década el Estado Venezolano ha orientado el gasto social a formar las capacidades básicas de las personas para dotar a la gran mayoría de los instrumentos necesarios para su incorporación al desarrollo económico de la nación y lograr una vida digna, sana, prolongada, creativa y productiva. Así nacen las llamadas misiones en los diferentes campos de la vida nacional. En educación nace La Misión Robinson destinada a la abolición de analfabetismo; La Misión Ribas de continuación y culminación de la educación secundaria. La Misión Sucre para la obtención de títulos universitarios. Se busca así alcanzar el mayor nivel educativo de la población. En salud se desarrolla La Misión Barrio Adentro que se articula en diferentes niveles: barrió adentro 1 consistente en la atención primaria mediante ambulatorio en barrios y en zonas campesinas. Barrio adentro 2 mediante la creación de clínicas populares, centros de diagnostico integral y salas de rehabilitación y barrio adentro 3 formada por hospitales generales, especializados y centros de altas tecnología. Gran Misión vivienda tendiente a la solución del problema habitacional se calcula un déficit cercano a los 4 millones de viviendas en el país. Otras misiones están destinadas a mejorar la infraestructura socioeconómica en las zonas de pobreza extrema: mujeres del barrio, misión al amor mayor, misión negra Hipólita, entre otros.

Misión alimentación mediante la creación de Mercal y otras estructuras.

Este gasto social es realizado para enfrentar la gran deuda social acumulada durante décadas. Parte de este gasto es suministrado en forma de subsidio donde se destacan los gastos en alimentación y vivienda.

Insistimos que la finalidad de las misiones sociales es saldar la deuda social. No se pretende que actúen en el desarrollo de la economía como estabilizadores fiscales automáticos. Estos son gastos para cubrir necesidades en la población que son variables que una vez, cubierta la necesidad, cesan en su aplicación. Por ejemplo, La Misión Robinson que se crea con la finalidad de combatir el analfabetismo una vez superado éste la misión deja de existir, pues no tiene razón de ser y los recursos serán invertidos en otras necesidades de la población contenidas en la deuda social.

En una economía como la nuestra en plena expansión alimentada fundamentalmente por los ingresos petroleros, nos permite mantener el gasto de las misiones, realizando una justa distribución del ingreso entre las grandes masas desposeídas de la población. Actúan como un elemento de justicia social y de felicidad colectiva y en ningún momento como estabilizadores fiscales automáticos. Los estabilizadores fiscales automáticos son aquellos componentes de los presupuestos públicos, unos relativos a los gastos y otros a los ingresos que responde automáticamente a los cambios cíclicos de

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