Los llanos orientales

LOS LLANOS ORIENTALES.  HORACIO CALLE Y JORGE MORALES.

UNIVERSIDAD NACIONAL DE COLOMBIA
HISTORIA SOCIOCULTURAL DE COLOMBIA
PROFESOR AUGUSTO GÓMEZ LÓPEZ

LAURA CECILIA PIÑEROS NIETO
CC: 1018487322
8 DE MARZO DEL 2018

Horacio Calle y Jorge Morales inician el texto con un importante énfasis en los procesos de migración que se realizan hacia los llanos orientales, describiendo tales procesos como un profundo y doloroso desarraigo de la cultura del migrante, donde se emprende un rumbo desconocido motivado simplemente por una ilusión de bienestar. Se señala de manera paradójica, además, la gran afluencia de personas hacia estos territorios cuando los mismos son percibidos de manera prejuiciosa como zonas marginales de refugio, todo lo anterior a causa de la disminución del caudal del río Meta, río reconocido en el pasado como vía de contacto con el litoral Atlántico. A continuación, los Sukuanis, comunidad indígena, que habita en los llanos del Orinoco son descritos como una de las principales poblaciones afectadas por estos procesos socio económicos de migración motivados por el petróleo.

Esta comunidad es reseñada como un pueblo indígena semi-nómada perseguido constantemente por el “hombre blanco“, que comparte territorios del llano colombiano junto con los cuibas del norte y los guayaberos del sur, tal  persecución ha hecho que esta comunidad altere gravemente sus ciclos de migración, alejándose de las rutas que los conduzcan a centros urbanos. Se describe además su forma de vida, su subsistencia basada en la horticultura, la caza y la recolección de frutos silvestres; se habla también de su organización social, sus intercambios de reciprocidad y sus celebraciones, finalmente se expone como muchos fueron asesinados de manera cruel por parte de los militares en la década de los años 50, después de un proceso de misionalización protestante.

Ambos autores buscan exponer a través del texto a los llanos orientales como un territorio con una inmensa riqueza natural, no sólo por sus pozos petroleros sino también por el rio Meta que los recorre, muestran como quien emigra encarna un papel de dolor al tener que alejarse de sus raíces para empezar a construir historia en un lugar del que conocen poco o nada.

Papel que desarrolla de manera similar la comunidad Sukuani a verse asechada por hombres extraños a su cultura, que no sólo buscan satanizar sus tradiciones mediante procesos de evangelización a los que son sometidos, sino también asesinarlos de forma despiadada, mostrando únicamente, su temor a lo desconocido.

La subsistencia de estos grupos indígenas es la representación de muchísimos años de aprendizaje que el hombre blanco es incapaz de comprender y valorar, al no tratarse de conocimientos que les permitan una vaga ilusión de “desarrollo”. Tal vez para muchos resulte fácil desestimar y repudiar todas aquellas formas de interacción desconocida, pero basta revisar la historia para comprender que elementos que la cultura moderna carece, son enaltecidos en tales tradiciones indígenas.

La persecución, hostigamiento y posterior asesinato de estas poblaciones no son más que la muestra de que el miedo y el desconocimiento lo único que generan son odios infundados. Finalmente es necesario reconocer que una región por más que posea riquezas, no puede arrebatar años de tradiciones que en el sentido más profundo y pese a un reacio reconocimiento, le pertenecen.

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