Materialismo Historico.

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        Materialismo Histórico; Análisis

        El materialismo histórico, cuya concepción es la perspectiva materialista de la historia, acuña su término en el pensamiento marxista, aunque algunos historiadores, sociólogos e intelectuales que no comparten este pensamiento, han adoptado importantes elementos de dicha corriente del pensamiento marxista, para complementar y explicar diversos sistemas y enfoques materialistas en el estudio de la historia.

        Si algo es cierto, es que el modo de producción de la vida material condiciona el proceso de la vida social política y espiritual en general, sea cual sea espacio geográfico o momento histórico. Esto responde a que cuando se refiere a la producción social de la vida del hombre, éste establece determinadas relaciones necesarias e independientes de su voluntad, tales como las relaciones de producción que corresponden a una fase determinada de desarrollo de sus fuerzas productivas materiales, las cuales van a formar parte de las estructura social.

        El materialismo histórico centra su estudio en la sociedad humana, intentando desarrollarlo sin presupuestos ideológicos, por lo que parte de la misma experiencia del individuo y las relaciones que establecen entre ellos. De esta forma, mientras que el capitalismo se presenta como un sistema estático o como el producto de una evolución "natural" del ser humano, el estudio histórico-materialista enfoca su carácter histórico y por lo tanto transitorio en el desarrollo de la humanidad. Sin embargo, ¿es esta la postura que asumen los que tienen en sus manos el destino de los pueblos? Al parecer, el enfoque está limitado en la lucha por el poder como la oportunidad de materializar proyectos meramente personales, característico de una sociedad donde coexiste el egoísmo, la avaricia, la prepotencia como elementos que definen al hombre moderno, quien se vale de lo que tiene a su alrededor, para hacer proselitismo político, haciendo de la política un fin y no un medio para consolidar una sociedad próspera, igualitaria, donde convivan los ideales políticos en conjunto por un fin único; la verdadera felicidad del hombre.

        En fin, el modo de producción y su justa distribución son el equilibrio de una sociedad, pero tan esencial es la coexistencia de los diversos ideales políticos que promuevan el bienestar común, la práctica de los valores y garanticen la permanencia de las buenas costumbres que garanticen el ejercicio de la justicia y recto obrar, tanto individual, como colectivo.

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