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Monografía las guerras del golfo

irene SerranoApuntes9 de Enero de 2020

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CONTEXTO HISTÓRICO

Después de la Primera guerra Mundial, la derrota de Alemania y sus aliados, entre ellos el Imperio otomano dibuja un nuevo orden mundial tutelado por los vencedores que marcará el destino de millones de personas a lo largo de todo el siglo XX hasta la actualidad. (mapa Imperio Otomano)

Iraq nace como estado entre 1920-1923, impuesto por Reino Unido y con grandes dificultades a la hora de definir las fronteras. (Mapa Irak)

Hasta abril de 1927 Irán no va a reconocer a Iraq, la frontera sirio-iraquí se establece en 1932 y será en 1925 cuando se incluya la provincia del norte mayoritariamente kurda , por orden de la Sociedad de naciones.

Iraq queda establecido con fronteras con Siria, Irán, Turquía

A estas fronteras negociadas hay que añadir el diverso componente social que recogen los británicos,  y a los que obligan a formar parte de un proyecto nacional único y unitario, sin tener en cuenta otros aspectos sociológicos.

Tejido social

Mapa etnias

Existen dos grandes mayorías en el país: musulmana y árabe, sin que esas dos referencias hayan sido factores de unidad y cohesión históricamente.

Los musulmanes representan el 90% de la población y los árabes el 74%, mientras que los kurdos suponen el 20% aproximadamente.

Dentro del grupo árabe hay dos poblaciones con diferentes memorias colectivas a nivel religioso: Shiíes y sunníes.

Los kurdos, que también son musulmanes en su mayoría defienden su origen indoeuropeo y una legua derivada del persa.

Es decir, que hay tres grandes grupos de población:

  • Mayoría árabe shií (55%-60%)
  • Árabes sunníes (20%)
  • Kurdos (20%)

Hay también otros grupos confesionales y étnicos minoritarios: turcomanos, armenios, circasianos y yazidíes que conforman el resto de la población.

Estas diferencias étnicas o religiosas se concentran geográficamente en diferentes zonas, cuyas mayorías permanecen fuera de las fronteras de Iraq, lo que complica un poco más el entramado social. Así:

  • Kurdos al norte, repartidos entre Turquía, Irán y Siria
  • Shiíes, originarios de la mitad sur de Iraq, pero su identidad se prolonga por todo Irán
  • Sunníes, en el centro y norte del país , van a compartir el sentimiento de pertenencia común de la mayoría árabe sunní de todo Oriente medio.

Este tejido social fue la base de un sistema político frágil que posicionó a la minoría sunní es el estrato privilegiado,  y provocó numerosas revueltas y tensiones que el estado tuvo que sofocar a lo largo de toda su historia reciente.

La cuestión Shií
Fruto de un conflicto político, la diferente manera de vivir el Islam ha configurado una identidad shií innegable, que ha sido marginada y discriminada sistemáticamente. Esto también ha ocurrido en Iraq donde han sido tratados como minoría pese a ser mayoría como veíamos antes.

Iraq además fue la región de origen del shiísmo, por lo que los centros históricos de estudio y religiosos iraquíes, atrajeron a muchos iraníes hasta los años 70, momento en el que este liderazgo es eclipsado por la revolución iraní por un lado y por las persecuciones hacia los shiíes del régimen baazista.

Desde el entorno shií se ejerció una resistencia activa contra la autoridad del gobierno y los dominios europeos ya desde época otomana. Precisamente esa capacidad de movilización social fue la que hizo que estuvieran en el punto de mira de los líderes árabes de la región y también de EEUU en sus numerosas injerencias políticas hacia Iraq.

Durante el dominio británico ya se produjeron algunas resistencias por parte de los grupos shiíes. Pero será a partir de 1968 con la llegada de Al Baaz al poder cuando la violencia se intensifica, dirigidos por una nueva generación de líderes político-religiosos islamistas que comienzan a acercarse y vincularse a ideologías comunistas y  los principios de justicia, igualdad y lucha social que identificaron con sus sentimientos de discriminación y marginación que habían sufrido con la monarquía de Faysal.

Aunque inicialmente algunos shiíes se unen al partido del Baaz, con la llegada al poder en 1968 ven cómo son eliminados de los órganos de poder y experimentan una política de hostigamiento sin precedentes por parte del nuevo régimen.

Esta marginación fue acompañada de persecuciones, matanzas y asesinatos.

Las reivindicaciones shiíes serán consideradas el principal enemigo del régimen y la mayor acusación será la de sectarismo y conexiones con Irán.

Lejos de conseguir sus objetivos, con las persecuciones el movimiento shií se intensifica, lo que provoca más represión aún, llegando a su punto más álgido tras la revolución iraní de 1979.

La represión no fue solo a nivel político, prohibiendo partidos como al-Da´wa, sino que se extendió a toda la población shií. Se expulsaron a más de 150.000 personas, confiscándoles sus bienes con la acusación de pertenecer a familias de origen iraní.

La reacción del movimiento islámico fue grande también, provocando más ejecuciones y deportaciones por parte del gobierno, y fallidos atentados por parte del movimiento contra el propio Saddam y Tareq Aziz, como el intento de XXXX, que provocó la muerte de 182  shíies como represalia y por el que sería condenado años más tarde Saddam Hussein a morir en la horca.

Cuando estalla la guerra en 1980 entre Irán e Iraq, la situación de los shiíes iraquíes se va a ver doblemente comprometida, como veremos más adelante.

La cuestión kurda

Como ya hemos comentado los kurdos son una parte de la población en su mayoría musulmanes y sunníes.

Hablamos de una población de más de 25 millones de personas repartidas entre Turquía, Irán, Iraq y Siria.

Defraudados con los británicos por la promesas no cumplidas, los kurdos en Iraq protagonizaron una serie de revueltas sofocadas con violencia.

La repartición entre varios estados de este núcleo de población ha generado una atomización del liderazgo, cuyos intereses locales han entrado en conflicto en numerosas ocasiones.

En el caso de Iraq, la relación con los kurdos se ha basado en el principio de autonomía del Kurdistán iraquí y los diálogos, ante la imposibilidad de llevarlo a cabo debido al centralismo, militarismo y autoritarismo de los diferentes regímenes.

Estas fracasos en las diferentes negociaciones fueron dando lugar también a represiones radicales.

La llegada del Baaz al poder en 1968 supuso una aproximación a los kurdos por la necesidad de conseguir la estabilidad que les hiciera consolidarse en el gobierno del país.

Así, en 1970 se reconoce por parte del Consejo del Mando de la Revolución la nación kurda, el uso del idioma kurdo y se acepta la entrada de cinco ministros kurdos en el gobierno de Bagdag.

También se establece el marco para una futura autonomía, pero Barzani, líder del PDK , rechazó la ley porque le parecía insuficiente.

Entre otras cosas, Barzani rechazó que el estado dejara fuera de la nación kurda algunos territorios como Kirkuk, Janaquin o el monte Sinyar, para garantizarse el 70% de los ingresos por petróleo que llegaban de esta región.

Comienza así una campaña de repoblación de esa zona por árabes sunníes y cristianos, y deportaciones de kurdos al sur del país. (misma política que empleaba Israel en los territorios ocupados).

El movimiento kurdo se divide en ese momento entre una rama más rebelde, con Barzani al frente y otras con Talabani y su partido PUK que aceptó al menos las concesiones que el gobierno ofrecía.

Bagdag inicia una política de clientela kurda gracias a una distribución económica generosa, pero selectiva.

En 1974 Irán e Irak firman unos acuerdos de reconciliación que implican la dejación de apoyos a los partidos kurdos iraníes e iraquíes por parte de los gobiernos contrarios.

Por las mismas fechas EEUU también retira su apoyo a los kurdos, a quienes había usado para presionar a Iraq durante la guerra árabe-israelí de 1973.

Y por si fuera poco, el acercamiento del régimen a la URSS desemboca en una alianza entre el Baaz y el PCI que hasta la fecha, también habían apoyado a los kurdos.

El movimiento atravesaba su peor etapa sin todos estos apoyos, hasta que la guerra Irán-Iraq les da nuevas oportunidades para establecer otras alianzas regionales.

El Baaz en Iraq

Con este mosaico cultural y territorial, el ejército fue una pieza clave desde la formación del Estado de Iraq. Su principal objetivo fue el control interno como hemos visto, más que el exterior en una primera fase.

Este control interno se dirigió hacia el prohachemismo y por ende a los movimientos shiíes y kurdos.

Los militares por tanto tendrían un papel predominante en toda la historia moderna del país, siendo el motor de todos los cambios de régimen, desde la revolución antimonárquica de 1958, el golpe de estado del 63 hasta la llegada al poder del Baaz en 1968.

El control de la política interior va a ser el asunto primordial y se va a intensificar con la guerra contra Irán , y a partir de ese momento se expandirá, enfocándose en guerras externas que proclaman la defensa del estado frente a los enemigos exteriores.

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