No Es Un Adiós, Sino Un Hasta Luego

“NO ES UN ADIÓS, SINO UN HASTA LUEGO”

Buenas tardes estimados padres de familia, maestros, amigos y compañeros.

Es para mí muy grato poder expresar a ustedes estas breves pero significativas palabras.

Hoy nos despedimos de esta escuela para iniciar una nueva etapa. Las experiencias vividas en estos dos años nos llenan de entusiasmo para seguir adelante. Ya que aquí comprendimos el verdadero significado de la amistad, la unión, la solidaridad, la alegría, la confianza y otras cosas más.

Aún no se borra de mi memoria aquel primer día de clases: era un día de febrero del año pasado, nos encontrábamos en el salón aquel del tercer piso, la mayoría nunca se había visto, todas los rostros prácticamente eran desconocidos, cada uno con sus sueños bajo el brazo, con sus propias ideologías, con sus miedos y pensamientos... Todo era nuevo, todo era un desafío, la universidad se mostraba como un mundo muy diferente a lo que conocíamos. Desde ese primer día nacieron muchas nuevas amistades, no pienso exagerar y decirles que fue una gran familia, fueron varios grupitos, como por ejemplo el de las fresas (Fabiola, Lizet, Idalia), o los fumadores (Víctor, adrian, Alan) fuimos conociendo el valor de la diversidad y de la tolerancia, la importancia del compromiso con la gente y de ser optimistas.

Ya como a la tercera semana me sentí más adaptada, conocí nuevos amigos, (la mayoría hombres) logramos construir un gran grupo sin necesidad de ser muchos alumnos.

Pasamos situaciones difíciles, momentos desagradables, pero gracias a la unión de nuestro grupo y al apoyo de algunos de nuestros maestros logramos alejarnos de las penas y hacer más amena nuestra estancia en la escuela.

Es verdad, aprendimos muchas cosas juntos: Que la globalización, que el marxismo, que se dice china y no de otra forma, que es sentimos no sintamos, pero lo más importante es que aprendimos juntos a ser más personas, más humanos, más amigos, más hermanos.

Yo quiero agradecer principalmente a mis padres y a mi hermano por el “apoyo” que me han brindado siempre, ya que sin él no estaría donde me encuentro ahora. A nuestros maestros por su dedicación, sus consejos y sus enseñanzas, pero sobre todo por su infinita paciencia y cariño.

Personalmente, agradezco a la universidad por brindarme la oportunidad de conocer personas maravillosas dentro y fuera de mi grupo, personas que siempre vivirán en mi corazón.

Agradezco especialmente a mis amigos, porque me dieron la oportunidad de conocer a la espléndida persona que hay dentro de cada uno de ellos y porque a pesar de que tuvimos algunas diferencias; aprendimos a respetarnos, a convivir, a preocuparnos el uno por el otro, a apoyarnos mutuamente y ¿por qué no? A extrañar.

Agradezco a Manuel, por su esfuerzo y dedicación

...