Hasta Que La Muerte Nos Separe

Pablo uso una ilustración simple de la ley del matrimonio para mostrar como los cristianos hemos sido librados de la ley para estar casados con Jesucristo.

Los conceptos de la ley y la gracia deben ser bien conocidos para comprender la grandeza y la magnificencia del plan de Dios, esta separación es tan trascendente como lo es la vida de la muerte. Como establecer la propia justicia ó recibir la que Dios ofrece por la fe. Como perdición ó salvación.

El diccionario define la “ley” como: “Regla obligatoria”, y la “gracia” como: “Favor que hace uno sin estar obligado a ello”. Una corta definición de gracia pudiera ser: “el amor y favor de Dios para con los que no lo merecen”.

LA LEY Y LA GRACIA

Dios proclamó la ley, el pacto de las obras desde lo alto de aquel Sinaí, y lo hizo dirigiéndose exclusivamente a un pueblo. Al pueblo de Israel.

Cuando Dios le dio la ley a Moisés, y éste bajó del monte con las tablas, Moisés desciende y arroja las tablas al suelo, ante la realidad del pecado del hombre, y las tablas se hacen pedazos, simbolizando la fragilidad de aquel pacto que el hombre no podría cumplir.

La ley era, en cierto sentido, como un espejo perfecto, enviado del cielo a la tierra para revelar al hombre cuanto se había desfigurado moralmente. El espejo muestra lo que el hombre es o lo que hay en su rostro pero no corrige sus imperfecciones. A diferencia Jesucristo a través de su gracia y su amor nos corrige y nos enseña hasta que alcanzar la perfección.

Cuando Cristo murió y resucitó de entre los muertos,. El caudaloso río de la gracia de Dios, debía desbordarse por la energía del Espíritu Santo, mucho más allá del estrecho recinto del pueblo de Israel y derramarse en abundancia sobre un mundo manchado por el pecado. “ porque lo que era imposible para la ley por cuanto débil por la carne , Dios enviando a su hijo en semejanza de carne y de pecado, y a causa del pecado condeno al pecado en la carne .” (Romanos 8: 3)

La ley es como un acreedor que nos asfixia cada día con las cuentas, exigiéndonos que le paguemos hasta el último céntimo de una deuda que aumenta por momentos, mientras que nosotros estamos cada vez en peores condiciones económicas.

Ahora bien, la ley no tiene contemplaciones, ni rebaja la deuda, ni perdona un solo céntimo al deudor.. Cristo, como autor de la gracia, es como un mediador entre el deudor y el acreedor, se presenta a pagar la deuda, toda la deuda. ¿Por qué lo hace? Porque es misericordioso.

No quiere esto decir que la ley sea pecado ó que sea mala. La ley es perfecta, justa , totalmente honrada y satisfecha . Pero como nosotros estamos llenos de imperfecciones, la ley nos condena y la ley no tiene misericordia ni se compadece de nadie.

...