Norma Social

Las normas de trato social, convencionalismos sociales o usos sociales, son prácticas, modos o reglas de comportamiento generalmente admitidos en una sociedad o en uno de sus sectores. A quienes las respetan calificamos de educados, amables, decentes o gentiles. El respeto de estas normas en la práctica constituye lo que llamamos urbanidad, cortesía, tacto social, buenas maneras, buenos modales. Son normas cuyo cumplimiento no se exige coactivamente por ningún ente estatal y ninguna ONG tiene legitimación activa para demandarnos no ser unos “mal educados” en nuestra interacción colectiva. Sin embargo, no carecen de sanción: a la falta de educación o cordialidad en el trato se la sanciona con reciprocidad, con marginación, con la venganza del que atiende el mostrador de una oficina pública dilatando un trámite durante toda una mañana, con el dedo sucio del mozo dentro del plato que tuvo que llevar y traer varias veces de la cocina del restaurant o, en el mejor de los casos, simplemente “matando con la indiferencia” al transgresor.

Las normas en general y, las de trato en particular, no son inderogables sino que mutan con el devenir del tiempo constituyéndose en este caso en un verdadero problema su falta de positivización. Es asimismo un problema a la hora de determinar cuáles son los modales aceptables el hecho de que la conducta correcta en el ámbito de la “epidermis social” no sea la misma en todas las situaciones de interacción de la vida, ni en todas las clases sociales, ni en todos los grupos etarios. No es lo mismo decirle a una amiga “che que hacés boluda” que decírselo a tu jefe en la oficina ni al agente de tránsito que te está haciendo la boleta.

Sin embargo, hay algunas pautas para el trato amable y respetuoso – aún en las relaciones de confianza en las que no constituye una falta de respeto insultarse para expresarse afecto – inmutables y comunes a cualquier esfera social: saludarse y despedirse. Sea cual fuera la forma en que dos personas se encuentran o coinciden, se saludan y se despiden en el momento respectivo. El saludo puede ser un buen día, un hola, un apretón de manos, un abrazo o una leve inclinación de cabeza. Dependiendo de las culturas se realiza de diferentes maneras: los esquimales se frotan la nariz y los japoneses hacen una reverencia. Cuando hablamos por teléfono decimos “hola, buenas tardes, ¿cómo le va? ¿estaría menganito?”. En las cartas se ponía el encabezado: “estimada sutanita” o “querido fulanito”.

En la medida que fueron apareciendo nuevos medios de comunicación las normas de trato fueron haciéndose extensivas a las distintas formas de interactuar. Cuando se inventó el teléfono la gente no dejó por eso de saludarse al hacer una llamada. ¿Qué pasó entonces con el Chat? ¿Las normas básicas de trato social mutaron o las redes sociales están plagadas de guarangos? Cuando alguien te deja hablando solo y esperando una

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