Operaciones Conceptuadoras

OPERACIONES CONCEPTUADORAS.

Las operaciones conceptuadoras, nos ayudan a obtener con mejor claridad una apreciación del concepto en general, basado por el orden específico de su formación y esencia, y a su vez, la manera en la cual puede clasificarse y dividirse. Como un mero proceso lógico, logramos acercarnos a sus formas y dimensiones, sin dejar de lado su significado real. También nos permite conocer sus límites, complementos o extensiones, partiendo de observaciones y demás aspectos sensoriales.

Mediante las operaciones lógicas, realizamos una creación de nuevos conceptos a partir de conceptos ya establecidos en el mundo, desglosando así su contenido específico en: definiciones, divisiones y clasificaciones correspondientes. Algunos pensadores han adicionado tanto la descripción como la partición para obtener operaciones lógicas más certeras y precisas.

En la definición encontramos el significado real de uno o varios conceptos, partiendo de sus características sin indagar la esencia del mismo, aunque sí su consistencia. También en la definición podríamos realizar un desarrollo del concepto, para poder explicarlo sin rodeos y de una forma menos generalizada.

A medida que vamos conociendo y desmembrando los conceptos, podemos llegar a definiciones mucho más puntuales, las cuales pueden enriquecer nuestro vocabulario y nuestra comprensión acerca de todo lo que nos rodea y evitando hacer una mala interpretación de cualquier concepto.

Entre las definiciones, tanto real como conceptual, podemos indagar más allá de las cosas, en el primero; nos permite verificar con realidad cual es la esencia del concepto en cuestión aproximándola a su perfección, y por su parte la definición conceptual; nos hace elaborar un concepto fundamentado en otros criterios y clases, que nos permiten recrearlo de mejor manera. Como todo lo existente, la definición está condicionada a ciertas reglas y con ellas, nos permiten descifrarlas con mejor rigor, para evitar confusiones, incoherencias o extenderse en demasía de su contenido.

En tanto la clasificación, nos ayuda a coordinar sistemáticamente los conceptos, repartiéndolos desde su punto de origen ya validado –la esencia misma- hacia otros extremos en los cuales puede extenderse y subsistir, o simplemente produzcan un complemento entre el concepto. Vemos también que la etapa de clasificación, es una etapa temprana, en el que se dispone a agrupar conceptos derivados de un concepto en general, suponiendo las características sobresalientes de los mismos.

La división en un sentido concreto, supone entonces, aquella forma en la que señalamos de manera aún más extendida la clasificación de los conceptos, es decir, una clasificación partiendo de la clasificación principal, en la que podríamos, además de las características, agregar alguna otra razón para distinguirlas de las clases superiores.

En la subordinación, entendemos que al conocer la relación entre dos conceptos, podemos determinar la extensión de uno partiendo del otro, como una dependencia de un concepto respecto a otro. La descripción tiene como objetivo transcribir la percepción sensorial acerca de las cosas, observándolo, estudiándolo y analizándolo, casi realizando un trabajo de inducción, generalizando de particularidades del concepto.

Está claro que toda operación conceptuadora, nos hace descubrir una cosa de forma más razonable, no solo centrarnos en lo que es, sino en sus componentes, acoples y finalidades.

Nos son necesarias este tipo de operaciones lógicas para labrar el camino en la comprensión del Derecho, desde su interpretación a la ley, su eficacia en la aplicación, las ramas que debemos conocer, las formas a emplear para la adecuada resolución de conflictos y demás problemáticas y/o estudios que sean menester de nuestra carrera.

De manera que si desde ahora logramos establecer con exactitud cada concepto, sus clases, subclases, subordinaciones y descripciones; eso nos hará enriquecernos del conocimiento necesario para alcanzar una mejor compresión jurídica.

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