PENSAMIENTO POLITICO LATINOAMERICANO Y CARIBEÑO
checunefy5 de Octubre de 2011
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PENSAMIENTO POLITICO LATINOAMERICANO Y CARIBEÑO
INTRODUCCION A LA TEORIA CRÍTICA Y TEORIAS EN LAS IDEAS DEL PENSAMIENTO LATINOAMERICANO:
La filosofía se caracteriza por ser un tipo de pensamiento que se cuestiona a sí mismo. En tal sentido podría afirmarse que, aun mucho antes de la aparición de Kant, la filosofía se ha organizado como saber crítico, si bien es a partir del filósofo alemán cuando se tomó una clara conciencia tanto de ese carácter como de su necesidad.
En cuanto crítica, la filosofía supone además una filosofía de la filosofía. Es decir, lo crítico no se reduce a una investigación de los límites y posibilidades de la razón, con una intención exclusivamente epistemológica, es algo más que esto. Se trata de una meditación en la que no sólo interesa el conocimiento, sino también el sujeto que conoce, el filósofo en particular, en su realidad humana e histórica. De ahí que una filosofía de la filosofía pretenda tener una amplitud mayor que la tradicional crítica de la razón; se trata, en efecto, de un tipo de crítica más amplio que pretende responder a una problemática que incluye cuestiones relativas a la misma vida filosófica.
Y en verdad, esa amplitud de lo crítico se encuentra, aunque no sea objeto declarado y buscado, en la filosofía kantiana misma. No se ha observado, por ejemplo, hasta qué grado la crítica supone en Kant lo regulativo y hace que la filosofía se constituya en un saber normativo, en el que la norma no resulta algo externo a la filosofía, sino algo derivado de su misma estructura, que atiende no sólo a los límites de la razón, sino también al modo de ser del hombre, incompatible muchas veces con aquellos límites tal como los plantea el kantismo.
De este modo, la filosofía, una vez que ha determinado sus posibilidades mediante un cierto tipo de crítica, que en el caso kantiano es llevada a cabo en dos niveles, el lógico-trascendental y el antropológico, no puede menos que organizarse sobre una cierta normatividad. Lo crítico mismo exige necesariamente lo normativo, como cosa interna de la filosofía.
En estas afirmaciones de Caso se desea evidentemente escindir lo teorético, entendido como "contemplación", de lo útil. Ya el mismo Kant en los Prolegómenos había dicho que "la utilidad práctica que puede tener una ciencia especulativa está fuera de los límites de esta ciencia" con lo que pareciera caer en contradicción con aquellas normas que él mismo enuncia como derivadas directamente de la filosofía en cuanto saber crítico y que no aparecen como externas a la crítica misma.
Ahora bien, sucede que la filosofía es una práctica y que no toda práctica es necesariamente "utilitaria" en el sentido peyorativo que el valor "útil" muestra en los pensadores que entienden la filosofía dentro de los viejos esquemas del saber contemplativo, y en cuanto práctica contiene una normatividad que le es propia, no meramente añadida.
El hecho de que el saber filosófico sea una práctica, surge con claridad justamente de la presencia del a priori antropológico, cuyo señalamiento restituye a la filosofía su valor de "saber de vida", más que su pretensión de "saber científico", y da a la cientificidad de la misma su verdadero alcance.
LOS SUJETOS SOCIALES E IDENTIDAD LATINOAMERICANA:
LOS SUJETOS SOCIALES:
Por su parte, el concepto de representación social se entiende como un modelo que presenta la realidad social a través de un tipo de argumentación. Van Dijk aplica el término representaciones sociales a "conjuntos organizados de creencias socialmente compartidas" (2006: 69).
Las representaciones sociales contienen elementos ideológicos, cognitivos y valorativos, y determinan el que se formen actitudes, estereotipos y otros procesos en los individuos frente a un fenómeno social. Consideramos importante agregar aquí las definiciones de Vasilachis (1997) y Moscovici(1979), las cuales enfatizan la primera, el aspecto discursivo de las representaciones sociales, y el segundo, el aspecto cognitivo, complementando la definición dada en líneas previas. Vasilachis se expresa de la siguiente manera:
Desde una perspectiva sociológica entendemos esos paradigmas argumentativos (las representaciones sociales) como estructuras que enmarcan las diferentes formas en las que los hablantes delimitan discursivamente la realidad. Esta representación discursiva –que se hace manifiesta mediante recursos léxicos, semánticos y sintácticos– puede variar de uno a otro texto respecto del mismo hablante en relación con el receptor de ese texto y con la modificación del contexto o de la posición del hablante, entre otras. (1997: 28)Moscovici plantea lo siguiente:
La representación social es un corpus organizado de conocimientos y una de las actividades psíquicas gracias a las cuales los hombres hacen inteligible la realidad física y social, se integran en un grupo o en una relación cotidiana de intercambio…(1979: 18)
Las definiciones aludidas, complementarias entre sí, permiten observar la naturaleza multidimensional de las representaciones sociales, con vertientes cognitivas, discursivas e ideológicas. De hecho, respecto al aspecto discursivo de las representaciones sociales, van Dijk destaca que aquéllas, junto con las relaciones y estructuras sociales, suelen constituirse, transmitirse, transformarse y legitimarse "en y por el texto y el habla" (2006: 20). Asimismo, tienen como base un fundamento ideológico (van Dijk, 2006), y por tanto guardan concordancia con los sistemas de cogniciones, creencias, valores y en general con la cosmovisión que manejan los diferentes grupos en la sociedad.
En el caso de los libros de texto acordes con los programas oficiales, las representaciones sociales en ellos transmitidas suelen ser aquellas que el Estado considera válidas y por tanto suelen ser expresión de la ideología de grupos sociales que se encuentran en posiciones de influencia dentro del aparato del Estado. Las representaciones sociales manifestadas ya sea en libros de texto o en otros vehículos discursivos están articuladas con sistemas de creencias y cogniciones más amplios, que funcionan también para que los sujetos se asignen a sí mismos y a sus congéneres un lugar en el mundo social. Brindan las referencias culturales que definen la pertenencia a determinados grupos sociales; en otras palabras, definen los parámetros de la identidad.
LA IDENTIDAD LATINOAMERICANA, MESTIZAJE:
Conceptualmente, la identidad es "el núcleo de cada cultura. Es el modo de ser particular, la propia y singular modulación de las variantes universales de cada cultura en el eje del tiempo y en la dimensión del espacio”. Esta definición nos habla de identidad como muestra de un todo social, como el resultado de la cultura de cada sociedad en el tiempo y en el espacio; con el cual nos surge la primera interrogante: ¿El modo de ser de América ha sido siempre el mismo? Consideramos que no, aunque existan pequeños atisbos de continuidad, como el hecho de un pasado colonial, una obligada inserción al capitalismo y a la dependencia económica que dan como resultado una Latinoamérica tercermundista y periférica. Desde la llegada de los hispanos a nuestro continente, la población indígena fue brutalmente reducida a fuerza de pólvora o a través del trabajo esclavista. Los indios que resistieron eran exterminados o simplemente se adaptaron a la aculturación, la transculturación y a la evangelización, la cual no sólo acababa con su cultura sino también con su imaginario colectivo. Como señala el sociólogo Jorge Larraín, "del encuentro original entre la cultura española e indígenas, emergió un nuevo modelo cultural fuertemente influenciado por la religión católica, íntimamente relacionado con el autoritarismo político y no muy abierto a la razón científica. Este modelo coexistió fácilmente con la esclavitud, el racismo, la inquisición y el monopolio religioso".
La conquista y colonia en Latinoamérica:
Si bien se reivindica a lo largo del texto la cualidad mestiza de la población venezolana en particular, se registra un fuerte tratamiento negativo del elemento hispánico en lo que a los períodos de conquista y colonización se refiere. La presentación de los hechos induce a interpretar que el proceso de conquista recayó sobre nuestras sociedades, tal como existen política, cultural y étnicamente hoy en día, sin tomar en cuenta que el choque de dos mundos ocurrido hace medio milenio inició un proceso civilizatorio en el que convergen factores europeos, africanos y americanos, el cual diferencia radicalmente las sociedades actuales latinoamericanas de las existentes en el continente en el siglo XV. Se produce entonces una suerte de extrañamiento o distanciamiento de la herencia hispánica, al presentar los hechos como una invasión de los españoles a "nuestras" sociedades. Por esta vía se genera consecuentemente una negación del ingrediente hispánico en la conformación de la identidad latinoamericana en general y venezolana en particular
En el caso de Venezuela, cuando los conquistadores españoles llegaron a nuestro país, fundaron las ciudades en aquellas zonas donde habitaban las poblaciones indígenas".
A la llegada de los españoles, en el año 1500 las altas culturas indígenas estaban conformadas por más de treinta millones de habitantes, además de otros pueblos indígenas que no habían alcanzado tal avance, pero que también tenían su propia cultura y civilización. Ya para el año 1605, la población indígena se había reducido a 1,07 millones de habitantes, aproximadamente".
El
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