“¿PERÚ Y LA POSPANDEMIA? NADA ESTÁ DICHO”
VANESSA ALEXANDRA VARGAS TORRESTrabajo14 de Septiembre de 2021
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“¿PERÚ Y LA POSPANDEMIA? NADA ESTÁ DICHO”
Peruanidad, hablar del peruano de manera general en sus múltiples facetas resulta tan incongruente como ficticio, pues nos encontramos sumergidos en una sima de desigualdades que impide formar un concepto unificado de peruanidad como tal.
Nuestro Perú, rico en cultura, pluriétnico y megadiverso atraviesa hoy una problemática difícil frente a la tarea de definir al peruano en su rostro más humano y sensible, que se solidariza con los suyos y que no se hace ajeno a la coyuntura actual que el país y el mundo entero viene atravesando.
Todos somos conscientes de la gran brecha socioeconómica que nos separa y de la desmesurada ausencia de empatía que existe entre los peruanos, pues seguimos nuestro camino como si nada pasara y tratamos de formar una barrera de protección frente al caos externo que nos rodea.
Vemos como los ricos se hacen más ricos y los pobres más pobres.
Nuestra realidad peruana en tiempos de pandemia, solo nos muestra el lado oculto de la intolerancia y el desprecio del uno hacia el otro, en un contexto donde el egoísmo es lo que más prima en el país.
Haciendo un recorrido por el trayecto de nuestra historia, encontraremos una sociedad peruana fragmentada y clasista que poco a poco se ha intensificado y ha tomado más fuerza de acuerdo a los diversos acontecimientos acaecidos a lo largo del tiempo.
Solemos pensar que el Perú unido jamás será vencido, sin embargo ¿cuánto tiempo nos dura el ser realmente peruanos?, ante esta cuestión nos planteamos un cúmulo de conjeturas que no hacen más que llevarnos a un callejón sin salida donde encontramos siempre la misma respuesta “la peruanidad nos dura solo el tiempo que uno decide serlo”. Yo decido ser peruano cuando disfruto del exquisito ceviche y entono a todo pulmón el “Contigo Perú”, pero dejo de ser peruano cuando se trata de brindar ayuda a los compatriotas que se encuentran indefensos y desprotegidos.
De ser así, ¿cuál es el sentido de años de lucha tratando de formar una nacionalidad e identidad peruana unificada que le hace frente a cualquier adversidad que se le presente? simple, el Perú aún no ha aprendido a luchar en conjunto por un bien común; hablar de unión no es solo juntarnos para crear la mejor barra en un partido de fútbol y vitorear a los cuatro vientos un gol de Guerrero, no es solo unirnos para decir con orgullo que poseemos una de las siete nuevas maravillas del mundo moderno o defender a capa y espada nuestra gastronomía que es parte del legado histórico cultural; la unión peruana debe ser mucho más que eso, debe traspasar fronteras y romper las cadenas que aún nos mantienen atados al pasado oscuro donde el racismo, la discriminación y la exclusión eran el pan de cada día.
La peruanidad debe ser algo que todos vayamos construyendo en conjunto, cada decisión que tomemos deberá influir en el futuro de la nación y en el lugar que éste ocupe en su travesía por la historia.
Nuestro destino como un país sólido y unificado aún se encuentra a la expectativa, tenemos el esquema mental de un prototipo “ideal” de sociedad y estado que puedan algún día aprender a convivir y solucionar los problemas que aquejan a cada uno de los peruanos.
Lamentablemente, para poder cumplir con todas esas convicciones hace falta más que solo sentarnos a pensar en lo que pudo ser o no.
En la actualidad nos encontramos cegados por el individualismo colectivo, no hacemos más que quejarnos de la nefasta situación en la que estamos y de evitar a toda costa que la desgracia llegue a nosotros, vemos a los más vulnerables colmados de sufrimiento y a un buen grupo de autoridades corruptas lavarse las manos como si nada sucediera, estamos rodeados de tanta intransigencia que ya no sabemos si seguir luchando o simplemente perder la batalla y resignarnos ante el hecho de que nunca podremos lograr aquella peruanidad soñada.
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