PLANEADO PARA AGRADAR A DIOS
Juan Camilo IzquierdoApuntes26 de Octubre de 2015
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--- PLANEADO PARA AGRADAR A DIOS
Alguna vez te has preguntado si Dios sonríe, muchas veces creemos que Dios es un Dios severo, enojón, y que solo se la pasa regañando y castigando, pero eso no es verdad. Déjame decirte que Dios si sonríe pero ¿Qué hace sonreír a Dios? ¿Qué le agrada a Dios?
1. Que tú hagas lo bueno.
Lo primero que Dios hace que el sonría es que tu hagas lo que el planeo que tu hicieras. La Palabra de Dios dice que fuimos creados «para buenas obras, las cuales Dios dispuso de antemano a fin de que las pongamos en práctica.» (Efesios 2:10 NVI)
2. Que lo adores en todo momento.
Otra manera de hacer sonreír a Dios, es adorándole en todo momento, haciendo cualquier cosa como para Dios. «Cuando hagan cualquier trabajo, háganlo de todo corazón, como si estuvieran trabajando para el Señor y no para los hombres.» (Colosenses 3:23 PDT)
3. Cuando lo amamos por encima de todo.
Lo que Dios mas desea contigo es tener una relación de amor. Nuestro Creador quieres estar en comunión con cada uno de nosotros, y cuando confiamos en él y lo amamos a pesar de las circunstancias lo hacemos sonreír. Jesús lo llamo Gran Mandamiento. «El primer mandamiento y el más importante es el que dice así: "Ama a tu Dios con todo tu corazón; es decir, con todo lo que piensas y con todo lo que eres.» (Mateo 22:37-39 BLS)
4. Cuando confiamos en él plenamente.
Noé confió en Dios, cuando Dios le dijo que hiciera la barca, Noé confió y la hizo. «Por la fe Noé, cuando fue advertido por Dios acerca de cosas que aún no se veían, con temor preparó el arca en que su casa se salvase; y por esa fe condenó al mundo, y fue hecho heredero de la justicia que viene por la fe.» (Hebreos 11:7 RV60)
La Palabra que resume el agradar a Dios es ADORACIÓN.
Muchas veces tenemos un mal concepto de lo que es Adoración, lo vemos como un estilo de música pero en realidad es un estilo de vida. Adorar es rendirse a Dios, rendir tu vida sin reservas, cuando te rindes a Dios todo lo que haces lo haces por amor a Él.
Dios es el único que puede recibir adoración. «Digno eres, Señor y Dios nuestro, de recibir la gloria, la honra y el poder, porque tú creaste todas las cosas; por tu voluntad existen y fueron creadas.»(Apocalipsis 4:11 BAD)
Otro error muy común de la Adoración es cuando la gente dice: “La alabanza estuvo muy bien pero no recibí nada en la adoración” La adoración no es para nosotros sino para Dios, y cuando Dios recibe con agrado nuestra adoración el no bendice con su Espíritu Santo.
El primer propósito por el cual fuiste creado, es para agradar a Dios. Otra manera de agradar a Dios es ofreciendo nuestra vida en sacrificio, poniendo al servicio de Dios todo nuestro ser, nuestros dones, talentos, habilidades, etc. «Por lo tanto, hermanos, tomando en cuenta la misericordia de Dios, os ruego que cada uno de vosotros, en adoración espiritual, ofrezca su cuerpo como sacrificio vivo, santo y agradable a Dios.»(Romano 12:1 BAD)
Cuando nos entregamos Dios en adoración reconocemos que sin Él no somos nada. Es ahí cuando Dios ve nuestros corazones dispuestos a ser llenos de su presencia. Dios quiere ser nuestro amigo y es importante hacernos amigos de Dios. «Y se cumplió la Escritura que dice: "Abraham creyó a Dios y le fue contado por justicia", y fue llamado amigo de Dios.» (Santiago 2:23 DHH)
Hay muy pocos hombres en la Biblia que fueron llamados amigos de Dios. Nuestra meta es llegar a ser un amigo de Dios. Abraham creyó en las promesas de Dios, él es el padre de multitudes. Por eso la Biblia dice: «Pero sin fe es imposible agradar a Dios; porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que le hay, y que es galardonador de los que le buscan.» (Hebreos 11:6 RV60)
Para agradar a Dios también necesitamos tener fe, creer que el escucha nuestras oraciones aunque parezca que Dios esta distante de nosotros. Pues «Dios ha dicho: "Nunca te dejaré; jamás te abandonaré."» (Hebreos 13:5 NVI)
La verdadera Adoración es está: «Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con todas tus fuerzas, y con toda tu mente» (Lucas 10:27 RV60)
Con todo el corazón. Dejando que Dios entre en nuestras vidas. Con toda tu alma. Dándole el control de nuestros sentimientos. Con todas tus fuerzas. Haciendo lo mejor posible, con muchas ganas. Con toda tu mente. Dejando que tome el control de nuestros pensamientos.
Hay muchas formas de cómo podemos agradar a Dios.
Recuerda ese es el primer propósito por el cuál fuiste creado por Dios.
Busca todas las maneras posibles de ser agradable a Dios.
Somos parte de la Familia de Dios
Cuando recibiste a Cristo como tu único y suficiente salvador, Dios te dio el regalo de la Salvación, pero también te “adopto”, o sea que pasaste a ser un miembro importante de la Familia de Dios.
«El Espíritu mismo da testimonio a nuestro espíritu, de que somos hijos de Dios.
Y si hijos, también herederos; herederos de Dios y coherederos con Cristo, si es que padecemos juntamente con él, para que juntamente con él seamos glorificados.» (Romanos 8:16-17 RV60)
Es necesario que el Espíritu Santo este contigo, en ti y sobre ti pues él te haga saber que tú eres hijo de Dios, otra cosa que recibiste por aceptar a Jesús, es que ahora todo lo que es del hijo (Jesús) también es tuyo, somos coherederos con Cristo.
Somos hijos y eso nos hace hermanos a ti y a mí.
«Pero a quienes lo recibieron y creyeron en él [en Jesús], les concedió el privilegio de llegar a ser hijos de Dios.» (Juan 1:12 DHH)
«Miren lo grande que es el amor que el Padre nos ha mostrado, ¡hasta llega a hacer posible que seamos llamados hijos de Dios! Y eso es lo que de verdad somos…» (1 Juan 3:1 PDT)
Esto dos textos son clave para que comprendas que tu fuiste formado para ser parte de la familia de Dios, el cual es el segundo propósito por el cual Dios te puso en la tierra.
Mi líder Laura una vez me dio una clase de Pos encuentro que se llamaba “La Iglesia, el refugio de Dios” en ese tema ella decía que cada miembro de la iglesia era como un pedazo de leña en una fogata, que si alguno de nosotros se separaba de los demás, empezaría a apagarse y tenía que volver para volverse a encender.
Esto es algo verdadero, yo necesito a todos mis hermanos, y mis hermanos me necesitan a mí, podemos depender de Dios, pero siempre, vamos a necesitar a nuestros hermanos.
Hay personas que dicen: “Yo puedo estar bien con Dios sin asistir a la Iglesia”, eso es mentira, Dios nos hizo para formar parte de la Iglesia también llamada cuerpo de Cristo.
«Vosotros, pues, sois el cuerpo de Cristo, y miembros cada uno en particular.» (1 Corintios 12:27RV60)
Si crees que no es bueno ir a la iglesia y no te gusta es como si tú le dijeras a Jesús: “Yo te amo Jesús, pero no me gusta tu cuerpo” No es algo aceptable.
Nosotros somos los miembros que componen a ese cuerpo. Cada miembro cumple una función y es importante en el cuerpo.
El amar a la familia de Dios se le llama: COMUNIÓN.
Es necesario tener comunión con nuestros hermanos, pues esto agrada a Dios.
« ¡Vean qué bueno y agradable es que los hermanos vivan unidos!» (Salmos 133:1 DHH)
La Biblia dice que todos los que creyeron en Jesús permanecían juntos y compartían todo como una gran familia.
«Además, todos los días iban al templo, y celebraban la Cena del Señor y compartían la comida con cariño y alegría.» (Hechos 2:46 BLS)
Otro cosa, que Dios quiere que aprendamos es a amarnos unos a otros como Cristo nos amo, muchos conocemos Juan 3:16 “Porque de tal manera amó Dios al mundo”, pero no muchos sabemos lo que dice 1 Juan 3:16. Que es también muy importante para la comunión en el cuerpo de Cristo.
«En esto conocemos lo que es el amor: en que Jesucristo entregó su vida por nosotros. Así también nosotros debemos entregar la vida por nuestros hermanos.» (1 Juan 3:16 NVI)
Ama a tu prójimo como a ti mismo, acéptalo con sus defectos y cualidades y en esto conocerán que amas a Dios. Por eso la Biblia dice:
«El que no ama no conoce a Dios, porque Dios es amor.» (1 Juan 4:8 LBLA)
Nosotros estamos para ayudar a nuestros hermanos que no pueden superar algún problema con amor y no condenarlos.
«Hermanos, es posible que alguno de ustedes caiga en la trampa del pecado. Ustedes, que son guiados por el Espíritu, acérquense a él y ayúdenle a corregir su error. Pero ¡ojo!, háganlo con humildad pues ustedes también pueden caer en tentación.» (Gálatas 6:1 PDT)
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