PROSTITUCIÓN COMO PROBLEMÁTICA SOCIAL

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Departamento de Ciencias Sociales

Epistemología de la Psicología

Estudiantes. Luisa Fernanda Jiménez, Felipe Nule Rodríguez, Natalia Rodríguez Pereira

2018-1

I FASE

El propósito de esta de investigación es proporcionar información que permita realizar un análisis sobre una realidad que se vive hoy en día a nivel mundial: la prostitución.

Dicha práctica está calificada como la profesión más antigua del mundo y afecta a gran parte de la población colombiana, principalmente del género femenino, en donde el índice de clandestinidad es tan alto que no permite conocer la verdadera cifra de mujeres afectadas, aunque se dice que oscila entre 35 y 45 mil víctimas.

Esta práctica se conoce desde que existen registros históricos; se extiende desde la antigua Roma en donde estas mujeres eran llamadas “lobas” y en el panteón llamadas “putas”. En la edad media fue un negocio oculto en donde los prostíbulos se disimulaban con un ramo de flores colgado en la puerta, razón por la cual recibieron el nombre de “rameras”.

Hoy en día esta problemática social es considerada un trabajo que se desarrolla principalmente en estratos bajos en donde la necesidad por sobrevivir supera el nivel de dignidad que la mujer debe tener.

Actualmente se ha estigmatizado a las prostitutas sin conocer el motivo por el cual han tenido que sumergirse en este mundo, siendo excluidas por la sociedad, dándoles diversos calificativos que degradan el nombre de la mujer y encontrándose bajo la crítica constante de una comunidad que no acepta la actividad sexual como un trabajo.

Se conocen dos tipos de trabajadores sexuales, quienes lo hacen a conciencia, conociendo los riesgos en este trabajo, asumiéndolos y estableciendo sus propias normas y, por otro lado, quienes son reclutados por organizaciones dedicadas a la trata de personas que con engaños ofrece estabilidad laboral y mejor calidad de vida, siendo este, el enfoque de nuestro trabajo basado en el género femenino: la trata de blancas conocida hoy como la “esclavitud del siglo XXI”.

Tal y como lo demuestra el testimonio de un grupo de mujeres, quienes fueron explotadas sexualmente y engañadas por personas en las que confiaron, narran lo difícil que fue esa época en donde recibían golpes y agresiones si se negaban a trabajar ya fuera en la calle o en clubes dedicados a la explotación; con estos malos tratos y amenazas de hacerles daño tanto a ellas como a sus familias, los proxenetas inculcan miedo en las mujeres, razón por la cual no escapaban ni pedían ayuda.

La vida en los prostíbulos, la comparaban con un zoológico, es decir, exhibidas en vitrinas para subastarlas y recibir la mayor cantidad de ingresos, recibiendo ellas el mínimo porcentaje, encontrándose en situación de esclavitud, sobreviviendo, tratadas como simples objetos que generan placer, siendo víctimas de una de las más grandes violaciones a los derechos humanos, y seguirá vigente hasta que no exista más demanda y se tome en cuenta que la mujer no es un producto y debe respetarse.

II FASE

A lo largo de la historia las mujeres han sido vendidas y compradas como objeto sexual, y aunque en muchos países del mundo la trata de blanca está penalizada, es un delito que cada vez se hace más grande. Existen varios fenómenos globales que influyen en la trata de blancas y en las mujeres víctimas de la prostitución, siendo estos: la migración, el narcotráfico, la pobreza y por ende la extorción y el engaño a mujeres que tienen necesidades primarias, sin embargo, el que mayor incidencia tiene es el modelo económico capitalista, el cual nos ha vendido la idea de la cosificación: todo puede ser vendido y comprado con tal de satisfacer nuestros deseos, es decir, se banaliza el consumo. Así pues, en la sociedad existe un fuerte estigma alrededor de la prostitución, por lo general son miradas con reprobación y descalificación, estas miradas sociales las obligan a desarrollar estrategias para encubrir su propio yo, es decir, separan su propia identidad de la identidad que representan socialmente. Por consiguiente, existen dos miradas “feministas” para ver la prostitución, siendo la primera la abolicionista, esta considera que la mujer no debería cosificar su cuerpo, y la segunda es aquella que defiende los derechos de las mujeres que han optado por tomar esta vía para generar ingresos económicos.

Ahora bien, desde una perspectiva política-pública se señala que la explotación sexual debe ser penalizada por medio de un proceso de prevención, protección, procesamiento y promoción de la cooperación internacional, de igual manera se deben dar procesos de reparación, rehabilitación y reintegración de las víctimas. También se propone que para que la trata de blancas y la prostitución disminuya se requiere que veamos a todos y cada uno de los seres como un individuo con una constitución afectivo-emocional, una historia concreta, una identidad tanto colectiva como individual. (Gómez, N. 2017).

En otra investigación realizada se tuvo como objetivo recoger y sistematizar las necesidades de las mujeres inmigrantes en contextos de prostitución, su enfoque metodológico fue cualitativo desde una perspectiva crítica y etnográfica. Encontraron que una de las necesidades que más expresaban las mujeres que ejercían la prostitución es fortalecer su autoestima, que sean reconocidas desde su totalidad y no desde la profesión que ejercen, que accedan a sus derechos como ciudadanas y obtengan oportunidades, de igual manera la toma de responsabilidad, es decir, adaptarse a normas y leyes horarias en un trabajo formal. Igualmente, la intervención educativa y pedagógica permite que las mujeres tengan nuevas perspectivas de sus realidades y amplíen sus horizontes. (Sanchez, M,. Gonzales, A., Serrano, L., & Casares, M. 2015).

Teniendo en cuenta lo anterior, ¿Qué significa ejercer la prostitución? ¿Qué significa explotar sexualmente el cuerpo de una persona? Pues bien, trabajar en la prostitución implica una elección consciente de querer ejercerlo, pero la segunda, siempre va a involucrar a un tercero mientras el beneficio económico es el elemento central del primer delito, el elemento central del segundo es el engaño, la coacción, la coerción, la amenaza o la subordinación. (Lamas, M. 2014).

Desde otra perspectiva, se analizó la prostitución y trata de mujeres con fines de explotación sexual a partir de sus causas estructurales. El abordaje metodológico fue de carácter cualitativo, mediante la observación de los contextos donde tiene lugar la situación de explotación y la entrevista abierta no estructurada, donde los temas claves fueron: situación y contexto en el país de origen, viaje, llegada y momento actual. Dichas entrevistas tenían como objetivo poder contar con la voz de sus protagonistas a través de sus experiencias, opiniones, percepciones y perspectivas a futuro. A partir de una muestra intencional, los criterios de identificación de las mujeres fueron: estar en situación de prostitución con o sin indicios de trata y/ o que hayan sido víctimas de trata con fines explotación sexual y/o de tráfico de seres humanos en el pasado; que provinieran de países con mayor presencia en España; y que estuvieran en espacios abiertos o en recursos de acogida. En los resultados se encontró que muchas de estas mujeres migraban a otros países a edades tempranas, algunas con hijos siendo engañadas y obligadas. De las mujeres entrevistadas que fueron víctimas de trata para la explotación sexual, se daban dos situaciones: por un lado, aquellas que dejaron su país sin saber que iban a dedicarse a la prostitución a su llegada a España, como son los casos de las mujeres de origen nigeriano, quienes tomaron la decisión de emigrar de forma autónoma y contactarse con personas “facilitadoras” para emprender el viaje, produciéndose el engaño y que sin saberlo acabaron en prostitución a su llegada a España.

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