Para Una Concepción Estructural De La Educación

Para una Concepción Estructural de la Educación

El conflicto de la educación es un tema que hoy en día se está levantando como un problema que no solo involucra a los estudiantes sino que a distintos actores sociales insertos en las universidades, sindicatos, sectores públicos y en definitiva al pueblo en su conjunto. El traspaso de las barreras gremiales del conflicto y su ampliación a otros sectores de la sociedad tiene que ver con la comprensión de que las principales demandas levantadas (una mejor educación, de calidad, que no permita el lucro a partir de ella y que dé fin al autofinanciamiento, exigiendo su gratuidad) surgen como expresión de cuestiones arraigadas en el funcionamiento del sistema y que por lo tanto no se resuelven con unos cuantos arreglos representados en reformas, como la solución improvisada de un maestro chasquilla.

La educación es una institución socializadora, o sea, una institución que provee aquello que es necesario para poder vivir en la sociedad, pero por sobre todo para mantenerla. Tal condición va a significar que la educación esté encargada de entregar las pautas culturales, normas, conocimientos y por supuesto, la ideología de la sociedad de la que es parte. Es entonces, una institución reproductora de la sociedad. Hoy su rol principal es asegurar la pervivencia del capitalismo y la sociedad de clases (Bourdieu y Passeron, 2001). De ese modo llegamos a la conclusión de que la educación está en función de la clase dominante, tornando su ideología como la hegemónica, su propia cultura como la cultura superior, el conocimiento que ellos estiman pertinente como el oficial y sus normas como las reguladoras de la sociedad, todo ello en desmedro de otras formas de vida.

Es por ello que el sistema de educación que tenemos hoy en Chile se ha preocupado de quitarle el significado a lo que es educar y lo ha deformado hasta convertirlo en ese primo inválido de la acción de educar: la acción de instruir. Aún cuando algunos profesores tienen buenas intenciones, no pueden hacer más que replicar el modelo, dado que la calidad de la educación entregada es medida por medio de pruebas referidas a norma (SIMCE y PSU en menor medida) con las que la calidad se mide por la capacidad para replicar conocimientos, o sea, en nada más que elegir una respuesta, sin instar a ningún cuestionamiento, dejando de lado la reflexión. Es así como Redondo, Descouvieres y Rojas señalan: “los profesores se percataron que su trabajo no consistía en ser ‘maestros’, sino instructores para preparar a pruebas estandarizadas, siguiendo el viejo dicho de que ‘la educación es el examen’; lo cual se reforzó en la medida en que los incentivos económicos y el reconocimiento social dependía de esa misma prueba SIMCE” (2004, p.92). Así, en nuestro actual modelo de educación, se instruye porque no quiere entregar armas que les sean destructivas, instruye porque no tolera la educación por ser puntapié para el desarrollo de interrogantes, de ideas y de crítica, por ser un ejercicio transformador.

La educación entonces es un pilar fundamental sobre el cual descansa la economía capitalista ya que prepara a los estudiantes para servir a este sistema injusto y cruel, sea desde la posición de dominante o desde la posición de explotado. Para ello ha desarrollado un sinfín de mecanismos que ahora enumeramos:

En la escuela primaria y secundaria la definición arbitraria de un currículum y de las formas de educar, que incluye un lenguaje, una cultura, una forma de pensar y unos conocimientos, que para los niños de clases acomodadas les son familiares, mientras que a los niños de clases bajas les resultan ajenos (Bernstein, citado por Haralambos y Holborn, 1992, p.262). Así, al momento de entrar a la escuela los niños más pobres se enfrentan a un choque cultural mucho mayor que los niños más adinerados, partiendo de una desigualdad inicial, que asegura la mayoría de las veces el fracaso educacional unos y el éxito de otros.

Con el acceso universal a la educación primaria y secundaria el sistema educacional ha construido la idea de que ofrece a todos las mismas oportunidades, culpando de esa forma a quiénes han fracasado dentro de este sistema, librándose de la responsabilidad de ser un sistema excluyente. Sin embargo, esa idea no

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