San Agustín Y Su Concepción De Educación

San Agustín:

Nació en 354 en Tagaste, África (en lo que hoy es Argelia) romana. Pertenecia a la etnia Bereber (árabe), pero pertenecía a la cultura latina; romana. Su padre, Patricio, era pagano (se convirtió al cristianismo en su lecho de muerte); su madre, Mónica, era cristiana y ejerció sobre el hijo una profunda influencia. Cultivó de joven los estudios clásicos y a los 19 años fue atraído a la filosofía Se adhirió entonces a la secta de los maniqueos durante aproximadamente 10 años(374).

Permaneció en Cartago (donde fué profesor en la escuela municipal)hasta la edad de 29 años, enseñando retórica y dedicándose-a amoríos y amistades de que más tarde se arrepintió y acusó por igual. Se nutrió primero de la cultura literaria en latín, conociendo muy poco del idioma griego.

En el 383 fué a roma para enseñar y un año después se trasladóo a Milán donde ejerció como profesor de retórica.

Fué en Milán donde se dió su crisis existencial, donde se replanteó dudas sobre el maniqueismo, que admitiía dos principios, del bien y del mal en lucha constante en el alma . Para el se hacía más válida la postura filosófica del neoplatonismo interpretando que “el mal es ausencia de realidad” lo que no contradecía la infinitud de Dios; lo que siempre va a estar presente en su obra.

En el 386 se retira de la enseñanza y en el 387 se convierte al cristianismo recibiendo el santo sacramento del Bautismo de manos de Ambrosio (hasta el momento había tenido una vida libertina). A partir de este momento su misión será difundir y defender el cristianismo. Su vida se describe en su obra “Confesiones” una autobiografía publicada en el año 397 donde cuenta su vida hasta su conversión al cristianismo en el año 387.

Regresó a Tagaste (norte de África) y se ordenó sacerdote en el 391; y fue consagrado obispo de Hipona en el 395 (momento en el que abrió la polémica contra los donatianos y los pelagianos) y falleció en el 430.

Pertene al período de la filosofía patrística, obra llevada adelante por distintos teólogos de la Iglesia, que posteriormente, sobre el 750 fueron llamados Santos padres de la Iglesia; porque esta toma como vos propia la obra de estos intelectuales cristianos.

Hay un primero período de la patrística, que abarca desde el 200 (SII uy III) que se lo conoce como la Apologia del cristianismo con autores como Orígenes, Clemente de Alejandría, tertuliano.

San Agustín es de suma importancia porque se ubica en un momento estratégico de la historia, en el pasaje de una cultura grecoromana (helenístico-romana), pagana y politeista a una cultura cristiana.

En el 310 aproximadamente el emperador Constantino se convierte al cristianismo, transformando la religión cristiana en la religión oficial del Imperio.

Cuando la religión se hace política porque el Imperio Romano la asume, paralelamente distintos teólogos como San Agustín se encargan de combatir las herejías, es decir, todo aquello que se apartaba de los canones del cristianismo, todas aquellas interpretaciones desviadas.

Es una defensa frente al ataque que venía de los intelectuales latinos.

San Agustín perteneció al segundo período de la patrística que va desde el año 200 hasta el 450 aproximadamente. Este período fué muy importante porque estuvo centrado en la elaboración de la doctrina cristiana y al combate de las herejias dentro del mundo cristiano. A medida que se fué estableciendo el canon se fué establefciendo lo que era herejía, y San Agustín se dedicó a esto además de escribir su obra.

El combate del maniqueísmo, pelagianismo y donatismo (nombres de distintos teólogos).

Además de numerosos escritos produjo obras filosófico-teológicas como “De la Trinidad”, “Ciudad de Dios” y “Confesiones” (éste último expresa un diálogo con su hijo Adeodato), que son la clave de su personalidad.

En “Confesiones” San Agustín se propone llegar a Dios, es un camino de búsqueda interior y a su vez cuenta su vida interior hasta llegar a la conversión.

Buscar a Dios significa recogerse en sí mismo y conocerse como lo que se es, confesarse, para San Agustín ese replegarse del alma sobre sí misma es lo que conduce a Dios y Dios es verdad.

Por tanto quién encuentre a Dios dentro de sí mismo encontrará la verdad. Incluso quienes dudan porque para ser capaz de dudar debe aunque no lo sepa tener la verdad dentro de sí mismo.

El hombre está unido a Dios por su propia naturaleza, ha sido creado a imagen y semejanza de Dios y por lo tanto, memoria, inteligencia y voluntad, las tres

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