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Principios fundamentales del Pensamiento Bolivariano


Enviado por   •  26 de Noviembre de 2012  •  2.567 Palabras (11 Páginas)  •  644 Visitas

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Principios fundamentales del Pensamiento Bolivariano

El libertador fue un hombre que tenía cierta facilidad para analizar las situaciones de diferentes puntos de vistas y en cierta parte encontrar la raíz de los problemas, uno de ellos era la esclavitud que hostigaba a Venezuela y a Latinoamérica desde los tiempos de colon, el concluyó que dicha esclavitud, se debía a un pueblo iletrado, sin educación ,filosofía y ética alguna, el cual se conformaba con cualquier discurso emitido por un político sin el menor sentido de pertenencia patrio que aceptaba con gran orgullo la órdenes del imperio español. Así que el concibió que la única forma en que el pueblo fuera autónomo era librándose de su propia ignorancia e incentivándolos al saber. Pues el hombre es o será lo que se haga de él dándole educación.

Por tal razón, el Libertador, entendió el papel fundamental del binomio social moral y luces, para la preparación del ciudadano. "Él quería forjar una sociedad más humana, en la cual el hombre no fuese un simple instrumento de dominación política, y esto no es posible sin la educación". Pero no era una educación concebida de modo parcial, como mera formación técnica, sino como una actividad integral, de formación del ciudadano, donde las directrices eran responsabilidad del Estado y la Familia, pues afirmó que “el hombre es o será lo que se haga de él en el sistema de instrucción”. Por ello Barboza de la Torre, al analizar el Ideario Educativo de Bolívar, concluye que siempre colocó “…la moral exactamente al lado de la Educación, al momento de hablarle a un Congreso Revolucionario Constituyente… ¡y que estas frases las expresara el hombre fuerte y poderoso que tenía colgada de la cintura una espada!”

La Independencia hispanoamericana

fue una revolución en el pleno significado de la palabra, tanto como la francesa de 1789 o la norteamericana de 1776 o la Rusa de 1917.

Todas las revoluciones clásicas, esto ha sido señalado por muchos, parecen desarrollarse en un ciclo que va trasladando el poder a través de las diversas clases sociales y sus fracciones, desde las más moderadas hasta las más radicales, para luego volver a asentarse sobre las moderadas, pero expresando una nueva realidad social y política surgida de entre el polvo y los escombros de años de luchas.

La Revolución Hispanoamericana por la Independencia no fue la excepción a esta regla. Como todas las revoluciones, ésta empezó como quien no quiere la cosa, con modestos y moderados objetivos, digamos que reformistas, pero sin darse cuenta, se fue complicando, profundizando, se conformaron sus partidos, se confrontaron, parió nuevos hijos y se los tragó (como diría Dantón).

Al final, luego de 20 años de guerras civiles, sus resultados no fueron exactamente los previstos por ninguno de sus actores principales. Nuestra independencia, al igual que el modelo clásico de la revolución Francesa, tuvo sus partidos:

los realistas (virreyes y oidores, como Abascal, Liniers o Amar, con sus generales terribles como Sámano y Morillo); los girondinos o moderados (Castelli y Rivadavia en el Sur, Camilo Torres en Nueva Granada y Miranda enVenezuela); sus jacobinos (como el propio Bolívar, Mariano Moreno o sus seguidores póstumos, San Martín, Nariño); y su partido más radical y plebeyo, a la manera de los Sans-Culottes(representado por Carbonell en Bogotá, Berutiy French en Buenos Aires, Artigas en Uruguay, José Leonardo Chirino o Piar en Venezuela).

A su vez, cada partido expresaba los intereses de una clase o fracción de ella: los comerciantes importadores, los exportadores, los productores del mercado interior, las capas medias de profesionales (generalmente abogados), los pequeños campesinos, los jornaleros, los artesanos, etc.

El modelo de estado que propugnaban también variaba, de acuerdo a los intereses de clase: monárquicos, monárquicos constitucionales, republicanos (unos a favor del sufragio restringido, otros proponiendo el sufragio universal, masculino, claro), centralistas y federalistas.

En realidad nunca se procedió siguiendo un proyecto predeterminado, como algunos han llegado a creer. Por el contrario, los propios estados nacionales surgidos de la independencia, tanto en cuanto a sus fronteras, como en su organización económica y política, no quedaron claramente trazados hasta después de la segunda mitad del siglo XIX, luego que triunfaran los esquemas que ahora conocemos, tras décadas de guerras civiles. Lo cual demuestra que la historia social es un libro abierto, no escrito en ninguna parte, resultado de múltiples factores que nadie puede controlar.

Pero la Independencia, aunque siguió el modelo clásico de la Revolución francesa y estuviera inspirada en buena medida en la Ilustración gala y en el liberalismo inglés, no fue un calco de aquella y aquí los partidos y las ideas tuvieron sus propios significados, atendiendo a su específica realidad social y cultural.

Los conceptos y los simbolismos no siempre tenían los mismos contenidos. Quien haga una lectura superficial de los hechos corre el riesgo de equivocarse completamente.

Basten dos ejemplos: el papel de un sector de la Iglesia, el “bajo clero”, contrario al jugado en la Francia de fines del XVIII, acá tuvo caracteres revolucionarios. Si no, ¿cómo explicarnos la acción revolucionaria de las masas indígenas movilizadas por el cura Hidalgo tras la imagen de la Virgen de Guadalupe?

En el sentido contrario, ideólogos ilustrados de la élite criolla, como Camilo Torres, que apelaban al ideario modernizador para justificar su igualdad de derechos con los españoles, tenían pavor de que el sentimiento igualitarista calara en la masa de indios, negros y mestizos.

Al igual que en la Independencia norteamericana y la francesa, el factor de la política internacional debe ser tomado en cuenta en el análisis, ya que éste jugó una veces a favor y otras en contra del proceso general, pero en todo momento fue una influencia decisiva sobre los acontecimientos.

“JURAMENTO DEL LIBERTADOR SIMÓN BOLÍVAR EN EL MONTE SACRO“

¡Juro delante de usted; juro por el Dios de mis padres; juro por ellos; juro por mi honor, y juro por mi Patria, que no daré descanso a mi brazo, ni reposo a mi alma, hasta que haya roto las cadenas que nos oprimen por voluntad del poder español!

Con él estaban sus amigos Simón Rodríguez, quien contaba entonces unos 36 años y había sido su maestro en Caracas, y Fernando Rodríguez del Toro, de 32. Habían salido de París el 6 de abril anterior, y por la vía de Lyon, Chambéry, Turín, Milán, donde vieron a Napoleón coronarse como Rey de Italia, Montichiari, Venecia y Florencia, llegaron hacia el mes de julio a Roma. Ahí, según la tradición, se alojaron en una posada de la plaza España, cerca de la imponente escalinata que conduce al templo de Santa Trinitá dei Monti.

Durante varias semanas recorrieron la ciudad, visitando sus monumentos y sus ruinas llenas de evocaciones históricas, testimonios de la grandeza y la decadencia de los imperios. El 15 de agosto se dirigieron los 3 al llamado Monte Sacro, situado entonces fuera del recinto de la ciudad, a orilla del río Anio. Ese lugar era célebre en la historia de la antigua Roma, que los 3 venezolanos conocían bien, porque allí se habían retirado los plebeyos en sus desavenencias con los patricios en la época de la República.

Manifiesto de Cartagena (15 de Diciembre de 1.812)

1. El Manifiesto de Cartagena es el primero de estos documentos capitales. Fue redactado cuando Bolívar tenía veintinueve años; se palpa allí la calidad notable de estadista que había en el. Analizar

la causa de la caída de la Primera República, y propone vibrante una estrategia que dio materialmente resultado para la acometida que cristaliza, en la Segunda República, tras las épicas formadas de la Campaña Admirable.

13. Decretos (Decreto de Guerra a Muerte).

Entre las medidas dictadas por Bolívar con el propósito de conseguir el apoyo del pueblo, hay que mencionar, en primer término, el Decreto de Guerra a Muerte.

El Decreto de Guerra a Muerte fue un recurso supremo de Bolívar para inculcar en los venezolanos conciencia de patria; para separar los bandos en pugnas, España y Venezuela; transformar la guerra civil que se venia librando en guerra internacional y aislan a los realistas del pueblo que ciegamente seguía las promesas demagógicas de los caudillos españoles.

Con el Decreto de Guerra a Muerte Bolívar se proponía, además responder con energía a las crueldades de los realistas y establecer un gobierno republicano sin el idealismo y la debilidad que había caracterizado a la Primera República.

Poco antes de iniciar la Campaña Admirable Bolívar había dicho lo siguiente:

<<... El Gobierno debe identificarse al carácter de las circunstancias, de los tiempos y de los hombres que lo ordenan... Sí son calamitosos y turbulentos, el debe mostrarse terrible, y armarse con una firmeza igual a los peligros...>>

Con estos antecedentes, frente a enemigos que no respetaban tratados ni capitulaciones, que no daban cuartel a los republicanos, a los cuales trataban de insurgentes y alzados, Bolívar decidió dictar el terrible decreto, que es sin duda el documento más polémico de su carrera política y militar.

« Españoles y Canarios, contad con la muerte, aún siendo indiferentes, si no obráis activamente en obsequio de la libertad de la América; americanos, contad con la vida, aún cuando seáis culpables.

Venezolanos:

Un ejército de hermanos, enviado por el Soberano Congreso de la Nueva Granada, ha venido a libertaos, y ya lo tenéis en medio de vosotros, después de haber expulsado a los opresores de las provincias de Mérida y Trujillo.

Nosotros somos enviados a destruir a los españoles a proteger a los americanos y establecer a los gobiernos republicanos que forman la Confederación de Venezuela, los estados que cubren nuestras armas están regidas nuevamente por las antiguas constituciones y magistrados, gozando plenamente de su libertad e independencia, porque nuestra misión sólo se dirige a romper las cadenas de las servidumbres que agobian todavía a algunos de nuestros pueblos.

Esta amnistía se extiende hasta los mismos traidores que más recientemente hayan cometido actos de felonía y será tan religiosamente cumplida, que ninguna razón, causa o pretexto será suficiente para obligarnos a quebrantar nuestra oferta, por grandes y extraordinarios que sena los motivos que nos deis para citar nuestra animadversión

Manifiesto de Carúpano (7 de Septiembre de 1.814).

El luminoso Manifiesto a Carúpano es una explicación del nuevo fracaso. Contiene un pensamiento claro sobre el colapso de la Revolución ésta se mantiene en la esfera simplemente política, atropellada por Boves y sus huestes. Insiste Bolívar en el carácter fratricida o “civil” de nuestra contenida emancipadora. Se despide con un compromiso solemne, el de regresar “Libertador o Muerto”, sin escatimar sacrificios, como lo hará en 1.816. Su destino ya está marcado por la dedicación a la causa de la Independencia. Concluye con seguro optimismo, como que sabía de las enormes reservas morales del pueblo y conocía bien las suyas propias.

3. Carta de Jamaica (6 de Septiembre de 1.815)

Allí se asoma la penetrante inteligencia de Bolívar mostrando dotes proféticos; no tiene nada de mago, ni de brujo, es el juicio recto y certero de una mentalidad política coherente que con rigor y serenidad prevé el porvenir partiendo de los datos del presente. Responde Bolívar al señor Henry Cullen, un buen amigo de esta América difícil, interesado en conocer las causas de nuestras desventuras históricas. Es de notarse que Bolívar escribe en Kingston sin libro alguno de consulta y sin haber recorrido todavía los países del sur, no obstante tales carencias se atreve a adelantar vaticinios que se han cumplido con exactitud sorprendente.

Bolívar es un historiador del futuro, un historiador o más de elaborar historia pensada, con referencia a valores, esto es historiosofía. Causas económicas, políticas, sociales, ideológicas, desfilan por su pensamiento ante de anticiparnos que la Americana española se dividiría en quince o más Repúblicas Independientes; que México será una República representada por un Presidente vitalicio, si desempeña sus funciones con acierto y justicia o que traerá en caso contrario la Monarquía apoyada por el partido militar o aristocrático.

4. Discurso de Angostura (15 de Febrero de 1.819)

Es el principal de los escritos bolivarianos. Compuesto en medio de azares de la campaña, ratifica el concepto, de el sabía abstraerse en medio de las más diversas circunstancias. Bolívar podía pensar y concentrarse en su trabajo intelectual así en el trágico fragor de las batallas como en el alegre bullido de las fiestas nada lo turbaba.

El Discurso de Angostura es producida cuando se está refundando la República en su tercera y definitiva. La estructura de esta pieza ejemplar: I Introducción, devolviendo el poder al pueblo, II examen del tiempo crítico que le ha tocado vivir; III presentación del proyecto de constitución, en esta tarea despliega Bolívar su plural saber social; derecho, política, historias; penetra en los dominios de la Sociología y de la filosofía, para fundamentar sus observaciones: IV el discurso prosiguen con una sintética cuenta de lo actuado hasta entonces, todo resumido en cuatro rubro: abolición de la esclavitud, reparto de tierra, Institución de la orden de los libertadores y ratificación del voto comprometido con la decisión de la patria a muerte: V luego hay una recomendación enfática sobre la deuda nacional, y concluye con la proyección inspirada y entusiasta hacia la Gran Colombia.

Proclamas del Libertador.

Al ejército libertador en paseo.

Soldados:

¡Vais a completar la obra más grande que al ciclo ha podido encargar a los hombres: la de salvar un mundo entero de la esclavitud!

Soldados:

Los enemigos que vais a destruir se jactan de catorce años de triunfos; ellos, pues, serán dignos de medir sus armas con las vuestras, que han brillado en mil combates.

Soldados:

El Perú y la América toda aguardan de vosotros la par, hija de la victoria; y aún la Europa liberal os contempla con encanto. Porque la libertad del mundo es la esperanza del universo. ¿No? ¿Vosotros sois invencibles?

Cuartel General Libertador de Pasco, el 29 de Julio de 1.824.

A los Peruanos después de Junín.

Peruanos:

La campaña que debe contemplar vuestra libertad ha empezado baja los auspicios más favorables. El ejército del General Cantera ha recibido en Junín un golpe mortal, habiendo perdido, por consecuencia de este suceso, un tercio de sus fuerzas y toda su moral. Los españoles huyen despavoridos abandonando los más fértiles principios, mientras el General Urdaneta ocupa el Alto Perú.

Peruanos:

Bien pronto visitaremos la cuna del Imperio Peruano y el Templo del Sol. El Cuzco tendrá en el primer día de su libertad el más placer y más gloria que bajó el dorado reino de ser Incas.

Cuartel General Libertador de Huancayo, 13 de Agosto de 1.824

Al Ejército triunfador en Ayacucho.

Soldados:

Habéis libertad a la América Meridional, y una cuarta parte del mundo es el monumento de vuestra gloria; ¿Dónde no habéis vencido?

La América del Sur está cubierta con los trofeos de vuestro valor, pero Ayacucho, semejante al Chimborazo levanta su cabeza sobre todo.

Soldados:

Colombia os debe la gloria que nuevamente les dais; el Perú, vida, libertad y paz. La patria y Chile también os dais deudores de inmensas ventajas. La buena causa. La causa de los Derechos del hombre ha ganado con vuestra arma su terrible contienda contra los opresores contemplad, pues el bien que habéis hecho a la humanidad con vuestros heróicos sacrificios.

Soldados:

Recibid la ilimitada gratitud que os tributo en nombre de Perú. Yo les ofrezco igualmente que seréis recompensado como merecéis, antes de dignamente; vuestro servicios no tienen precio.

Soldados Peruanos:

Vuestra patria os contará siempre entre los primeros salvadores del Perú.

Soldados Colombianos:

Centenares de victoria otorgan vuestra vida hasta el término del mundo.

Cuartel General Dictatorial de Lima, 25 de Diciembre de 1.824

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