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Procesos de Evaluación, Autoestudio y Certificación

BrenchanaEnsayo6 de Noviembre de 2016

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MAESTRÍA EN

GESTIÓN ESCOLAR

 “Certificación en México”

Materia:

Procesos de Evaluación, Autoestudio y Certificación

INTRODUCCIÓN

Desde la década de los ochentas, los países desarrollados invirtieron gran cantidad de recursos económicos para generar sistemas pedagógicos cuya finalidad radicaba en preparar a los jóvenes para su ejercicio laboral logrando así movilizar una economía del sector industrial al de servicios dando como resultado el tan conocido modelo de capacitación y educación basado en competencias.

        Ante tal acontecimiento, México retomó este ideal dado que en el país gran porcentaje de la población adolescente concluía su educación obligatoria (preescolar, primaria y secundaria) pero no contaba con las habilidades y conocimientos necesarios para el ámbito laboral sin descartar que no todos tenían acceso a un nivel superior de educación.

        Por ello, emergió un paradigma centrado en el desarrollo de competencias y con éste surgieron proyectos y organismos facultados para diseñar las normas y lineamientos en pro de la certificación de competencias profesionales y laborales.

        El presente trabajo da cuenta de algunos puntos esenciales en cuanto a la Certificación en México, considerando el sistema propio de certficación, el organismo representativo para regular las normas técnicas de competencia laboral y lo que implica dicho proceso.

        Así mismo, como parte de la cultiminación de la materia denominada Procesos de Evaluación, Autoestudio y Certificación se desarrolla un ensayo que retoma los elementos revisados a lo largo de las sesiones abordadas con anterioridad.

Ensayo

PROCESOS DE EVALUACIÓN, AUTOESTUDIO Y CERTIFICACIÓN

Hoy en día el sistema educativo en México cuenta con un soporte teórico amplio sobre el proceso de formación en todos los niveles; no obstante aún existe confusión en el empleo de algunos términos que han ido evolucionando en el devenir histórico de la educación. En su mayoría cuando una persona escucha la palabra evaluación lo primero que viene a su mente es una prueba escrita mediante la cual se asignará un número como calificación sin detenerse a reflexionar lo que conlleva dicho proceso. A diferencia de otras áreas, en educaciónla evaluación ha llegado a representar el eje sobre el cual se analiza el sistema en general y mediante el cual se han tomado decisiones firmes sobre cambios en los agentes involucrados. Siendo un proceso sistemático en el cual se identifica la situación de una institución es necesario definir  su tipología, categorías y metodología.

La evaluación “debe encaminarse a identificar (qué se va a evaluar), obtener (cómo se obtendrá la información sobre eso que se va a evaluar) y proporcionar de manera válida y fiable datos e información útiles para la adecuada toma de decisiones.” (http://etac.clientes.tralcom.com/tc-etac/cursos/PROCESOS_C/s2/s2_03.html). La confiabilidad y validez son cualidades indispensables en todo proceso de evaluación, sin embargo se abordan desde distintas perspectivas: cualitativa, cuantitativa y hermenéutica. De igual forma todo proceso de evaluación consta de etapas, necesarias para que cumpla con las cualidades antes mencionadas, entre las fases más notables se encuentran la planificación que consiste en el diseño de la evaluación y del plan de actuación como medio para articular los factores que intervienen, posteriormente la ejecución es la puesta en marcha del diseño para la aplicación de los instrumentos de evaluación, constituyendo el eje central del estudio para que, en las conclusiones que también se conoce como fase de información se redacta un informe de acuerdo a la base de datos obtenidos para transmitirlo a los interesados, tiene como lugar la formulación del juicio de valor sobre el objeto de la evaluacón; finalmente la toma de decisiones será el punto de partida del plan para el curso siguiente, es aquí donde surgen acuerdos y decisiones traducidos en compromisos.

Como en todo suceso de impacto nacional, estatal o local es imprtante que en un proceso tan necesario como la evaluación educativa se adopte un modelo, el cual generalmente tiene sus bases en un paradigma conceptual. Entendiendo que un modelo consiste en la forma de cómo conceptualizar el desarrollo de un proceso, cada modelo tiene sus propias concepciones y rubros que dan respuesta a diferentes necesidades o preguntas. A lo largo de la historia se han desarrollado diversos modelos en torno a la evaluación, siendo Estados Unidos de América el país más sobresaliente en este aspecto; el siglo XX se caracterizó por un significativo surgimiento de modelos de evaluación, por una parte surgieron los modelos clásicos, entre los que destacan como autores Tyler, Adams, Taba, Carreño, Hammond, Metfessel y Michael, entre otros, quienes proponen entre sus modelos un enfoque cuantitativo de la evaluación utilizada para mejorar un programa o redefinir el currículum, interpretando resultados que permitirán la formulación de alternativas; incluso introducen el concepto de ética en el proceso de evaluación. Por otra parte los modelos alternativos propuestos por Eisner, Scriven, Gargallo, Parlett y Hamilton, así como Stake destacan la enseñanza como un arte, consideran que la implantación de objetivos condiciona los programas y ello permite al evaluador ser más preciso al emitir un juicio, inroducen la necesidad de una evaluación abierta y comunicativa, rompiendo el convencionalismo cuantitativo. Este proceso evaluativo no se queda sólo en la toma de decisiones trasciende también hasta lo que se conoce como acreditación y certificación.

Ahora bien, a decir de Martínez (2008), la acreditación es aquella forma de regulación mediante la cual se garantiza que las Instituciones de Educación Superior (IES) cumplan los estándares, criterios y compromisos como escuelas formadoras de profesionistas que asumen un compromiso social. Por su parte, Pallán (1995) menciona que la acreditación es un procedimiento útil para comparar el grado de acercamiento del objeto analizado con un conjunto de normas o criterios deseables. Es decir, que una IES alcanzará cierta acreditación cuando obtenga el reconocimiento de que satisface las demandas sociales.

        A partir de ello se rescata que su papel es determinar si una institución cumple con su misión y visión, si es funcional para la sociedad demandante. A través de la evaluación y acreditación se valora en qué medida se posiciona la escuela en comparación con los estándares deseables. De ahí que su importancia es sumamente relevante, pues a partir de ello, toda institución se adquiere reconocimiento social y un prestigio que le permite avanzar en cuanto a demanda y cobertura. Para lograr la acreditación de una IES es necesaria la participación de un tercero confiable que mediante la transparencia y validez determina si  ésta es lo que dice ser, provee lo que ofrece, garantiza la calidad necesaria y se compromeye a superar sus niveles de desempeño mediante acciones para la mejora continua.

        La Comisión de Coordinación de los Organismos de Evaluación de la Educación Superior reconocen como instancias acreditadoras de instituciones a las siguientes:

  • Federación de Instituciones Mexicanas Particulares De Educación Superior A.C. (FIMPES)
  • Asociación Nacional de Universidades e Instituciones de Educación Superior (ANUIES)

        Dentro de la acreditación, la evaluación juega un papel preponderante en tres momentos: previo a la acreditación, a través de la valoración de fortalezas y áreas de oportunidad se podrán tomar decisiones de mejora que permitan reunir los criterios para acceder a la acreditación; durante la acreditación, será el instrumento más confiable para que agentes externos valores a nivel institucional los estándares de desempeño que permiten lograr la acreditación de la IES y posterior a la acreditación mediante la valoración del funcionamiento de la institución como tal se podrán focalizar posibles situaciones de riesgo y atenderlas de manera oportuna.

        Fue en el año 2000 que surgió un organismo para la regulación de los procesos de acreditación: el Consejo para la Acreditación de la Educación Superior A.C. (COAPES), iniciativa de la ANUIES con el objetivo de apoyar la formación de agencias profesionales de acreditación, autorizarlas y coordinar su trabajo. Esto es, que la Secretaría de Educación Pública delega a esta instancia la función de acreditar los programas académicos de educación superior tanto en instituciones públicas como privadas (Buendia 2011). Cabe mencionar que COPAES no acredita las carreras ni las instituciones, sino que avala a los organismos que evalúan los progrmas académicos, rescatando entre sus principales funciones: elaborar criterior y lineamientos para reconocer formalmente a los organismos acreditadores, formular un marco común de evaluación para la acreditación de la calidad, la evaluación de dichos organismos, hacer pública la relación de ellos y supervisar su rigor académico así como su imparcialidad (COPAES, 2013). De acuerdo al portal del COPAES,  se han reconocido 30 organizaciones acreditadoras y hasta la fecha se han acreditado 3,742 programas educativos, de los cuales 717 ya están vencidos, 149 han solicitado prórroga para reacreditarse y 2,876 están vigentes.

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