Razones Contra La Excepción Cultural

En una nota periodística Mario Vargas Llosa, escritor peruano, publicó un artículo llamado “Razones contra la excepción cultural” en donde expone los argumentos principales de los defensores de la excepción cultural. Estos manifiestan que los productos culturales son distintos al resto de los productos comerciales y por consiguiente no pueden ser tratados como tales, librados a la ley de la oferta y la demanda. Los productos culturales deben ser objeto de un cuidado especial por parte del Estado, este debe preservarlos de la competencia y de la globalización. La única manera de garantizar a un país una cultura más rica, autentica y de la que todos los ciudadanos participen es resucitando el despotismo ilustrado y practicando el nacionalismo cultural.

Según el escritor peruano, los argumentos anteriormente planteados por parte de los defensores de la excepción cultural, resultan antidemocráticos. El sostiene que la cultura está perdida en caso que se respete la “libertad del hombre y la mujer”, “la sola idea de identidad cultural de un país, conduce a justificar la censura”. Para el escritor, el gobierno juega un papel fundamental para la presencia de la cultura y dice que es a través de la educación, la familia, los medios de comunicación y de un entorno social que se genera un público más culto y no a través de los subsidios. El Estado tiene la responsabilidad de preservar un patrimonio, y que mediante políticas tributarias se estimule la acción cultural, la mayor cantidad de funcionarios deben promover la cultura canalizando recursos públicos y privados.

En conclusión, el escritor peruano está a favor de la no censura por parte de los Estados para preservar ésta identidad propia y propone que la solución al conflicto de los bienes culturales, no es la excepción cultural, sino la educación, que permite crear un público más culto. Es el Estado el que debe crear condiciones para estimular la creatividad cultural y basarse primordialmente en la libertad. Para Vargas Llosa no existen las fronteras a la hora de hablar de cultura, éstas se defienden por sí solas.

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