Excepcion Cultural

Excepción cultural

La excepción cultural es una medida política pública que consiste en la protección de la producción cultural de cada nación, y que no sea invadido por las producciones culturales extranjeras y mucho menos estén expuestas a las fuerzas del mercado como cualquier producto industrial- comercial. El tema ha ocasionado diferentes puntos de vista en distintas personas del medio de la cultura entre ellos sociólogos, profesores, escritores, periodistas, cineastas etcétera. Por lo cual se llegó a un debate entre aquellos que defienden que la cultura debe estar exceptuada del comercialismo del mercado, por otro lado, los que defienden la idea que para hacer cultura se debe orientar al público hacia la buena elección y también se debe estar en constante vinculación con las demás culturas.

En el texto expondremos como se presenta esa polaridad de ideas por tal motivo, nos basaremos en: “Más ganancias, menos cultura” del sociólogo y profesor del colegio de Francia Pierre Bourdieu, “El mercado hace cultura” del profesor de Ciencias Políticas del Instituto de Estudios Políticas de Grenoble Vincent Tournier, “Carta de Coscia” del Presidente del Instituto Nacional de Cine Argentino (INCAA) Jorge Coscia, “Razones contra la excepción cultural” del escritor peruano Mario Vargas Llosa, “El secreto de Campanella” y “ Los secreto de Campanella y Kirchner” del columnista de perfil Enrique Szewach y “ El secreto de Campanella II” del director de cine Juan José Campanella. A partir del análisis de los textos mencionados daremos cuenta de la postura tomada por cada uno de los autores con respecto a las dos perspectivas que hemos señalado anteriormente.

¿Favorece el mercado a la producción cultural?

En su texto “Más ganancias, menos cultura” Bourdieu sostiene que la búsqueda del mayor beneficio económico destruye la cultura. Que el reintroducir el reino de “lo comercial”, en universos que se le han constituido, poco a poco, contra él, es poner en peligro las obras más nobles de la humanidad, el arte, la literatura e incluso la ciencia. Señala que el arte y la cultura solo son posibles a través de la constitución de universos sociales que se despojen de las lógicas del mundo ordinario, se trata de una lucha entre un poder comercial y de una resistencia cultural. Tournier, afirma que las leyes del mercado no son perfectas, pero cumplen y satisfacen los gustos del público; tienden a democratizar la cultura. El mercado uniforma la cultura. Coscia, por su parte, considera que los países Latinoamericanos necesitan de una política que los protejan porque no tienen los medios económicos, ni el dominio del mercado. Y que por lo cual correrían el riesgo de perder su identidad. Vargas Llosa, en su texto, señala que es necesario que al público se le oriente en una buena dirección, imponiéndole discretamente la buena elección. Para él, se concretaría penalizando mediante impuestos a los malos productores. El escritor sostiene también que la cultura determina la popularidad de un producto y no la calidad y dice además “lo que el mercado muestra es el estado cultural de un país” (Vargas 2004,8). Según Enrique, las producciones culturales nacionales no necesitan protección, ni subsidios del estado por que asegura que la mejor

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