Riñas y prostitución en el Mercado de Quinta Crespo

Riñas y prostitución en el Mercado de Quinta Crespo

El mercado de Quinta Crespo es el sitio predilecto de muchos caraqueños para hacer sus compras diarias. Así mismo, es el lugar donde gran parte de hombres y mujeres se rebuscan para obtener el sustento diario para sus familias. Sin embargo, para nadie es un secreto que, desde hace varios años, el desorden, la contaminación, la inseguridad y la nueva ola de prostitución han jugado en contra del valor cultural del mercado, que hoy agoniza en medio de malos olores y la inconformidad de los residentes aledaños a la zona.

Es un día viernes, a las 5:00 am del mes de Julio en el brusco y crudo mercado Quinta Crespo, donde parece que nadie duerme. A esa hora de la mañana ya todos los vendedores se comienzan a preparar para iniciar su día laboral. Excepto un hombre que duerme en las calles de ese mercado, quien sigue descansado en un cartón frente al Banco de Venezuela, al cual parece que solo lo despierta el hambre o su necesidad por consumir drogas. En este mercado popular concurren diariamente vendedores,  personas interesadas en comprar o en comparar precios y muchas personas en situación de calle que hacen vida en los alrededores de dicho lugar. Unos van para comprar en grandes cantidades, otros en  pocas y muchos se acercan, para ver qué pueden aprovechar de lo que botan los comerciantes o para ver qué persona puede ser un blanco fácil de robo.

A las 5:30 am, una persona en situación de calle, con el pie hinchado, casi de color morado y con muletas, pasa frente a mí y se dispone a recoger de la basura un pedazo de arepa muy sucia y con moho, la cual observa por unos instantes y se  la come. Una situación algo impactante, debido al estado en el que se encontraba la arepa. Pero Adrian Monasterios, comerciante de la zona, me indica que “El señor no es peligroso, lo sacaron de su casa porque tenía problemas con sus hijos”

A demás, mientras se disponía a organizar aproximadamente sus 20 sacos de yuca en una carretilla, comento que “En el mercado existen muchas irregularidades, aquí tenemos que acostumbrarnos a todo, porque la alcaldía no toma en serio nuestros problemas. Nosotros vivimos del día a día y no podemos abandonar este sitio, ¿porque después como  hacemos para darle comida y educación a nuestros hijos?”.

A eso de las 6:45 am, varias personas se encuentran sentadas en un muro, esperando que el mercado abra sus puertas totalmente, pero mientras tanto siguen llegando comerciantes, vendedores ambulantes y de café en termos. El frio comienza a pegar más fuerte este día de julio, como si estuviésemos en pleno cerro del Ávila y la brisa, trae consigo un vaivén de olores frutales, a tierra, a pescado y a res.

Se comienza a escuchar el vallenato de Amarte mas no pude de Diomedes Díaz y casi al instante en un local cercano se escucha Todo me huele a ti de Pedro Arroyo a altos niveles de volumen, los vendedores de café parecen activarse con su típico lema de: “Café, cigarro y llamadas”, se escucha decir a un hombre a lo lejos que ya están abriendo la santamaría y que podemos pasar al mercado.

...