SEMINARIO SEXUALIDAD HUMANA Y EDUCACIÓN
Carolina MasTrabajo10 de Diciembre de 2019
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2017 |
INTRODUCCIÓN
Tema: Intersexualidad.
Objeto de estudio: Las corporalidades disidentes.
Justificación del objeto de estudio.
Escribir sobre intersexualidad implica necesariamente tomar posiciones ante las diferentes concepciones sobre desobediencia, la sexualidad y la corporalidad. Al hablar de desobediencia sexual, se reconoce que sexualidades, géneros y cuerpos no son realidades meramente biológicas y estáticas, sino que varían en función de la historia, de la sociedad y de los deseos de los sujetos.
El término intersexualidad comprende un amplio espectro de situaciones en las que el cuerpo sexuado de una persona varía de manera congénita respecto del modelo corporal “masculino/ femenino” hegemónico. Así la noción de “variación” es fundamental para abordar la intersexualidad, ya que refiere a aquellos cuerpos que varían respecto de los parámetros culturales de normalidad corporal “femenina” o “masculina”.
Movidas por el desconocimiento sobre la temática nos hemos interesado, abordando dicha investigación para cuestionar y rever aquellos idearios construidos desde el discurso heteronormativo institucionalizado como única verdad, acerca de los cuerpos sexuados.
La sociedad heterosexual está fundada sobre la necesidad del otro diferente en todos los niveles (economía, simbólico, lingüística, política). El otro diferente es así el dominado, porque constituir una diferencia y controlarla es un acto de poder. Hay que ser socialmente dominante para lograr presentar al otro como diferente. En este sentido, nuestro interés se centra en los discursos y prácticas del régimen heterosexual sobre los disidentes.
HIPÓTESIS
“La heterosexualidad como régimen político produce corporalidades intersexuales como cuerpos monstruosos y abyectos”
Objetivos específicos.
- Indagar sobre las prácticas tecno-científicas que se ejercen en los sujetos intersexuales para perpetuar la dominación del régimen heterosexual
- Analizar los supuestos a partir de los cuales se “normalizan” los cuerpos disidentes.
- Identificar las secuelas de esos cuerpos intervenidos.
- Teorizar desde el análisis de casos diferentes realidades.
Objetivo general:
- Conocer de qué manera el régimen heterosexual produce cuerpos intersexuales.
Marco teórico
El presente trabajo se ha de abordar desde diferentes perspectivas teóricas – políticas, como lo son las teorías lesbofeministas, filosofía feministas, construcción del sexo desde un enfoque histórico, y producciones teóricas desde el activismo, abordando la temática elegida desde un enfoque interdisciplinar.
Estas teorías- políticas desarrollaran conceptos como género y sexo, categorías instaladas por el régimen heterosexual que hacen que los intersexuales no tengan un espacio de pertenencia dentro de estos dos conceptos, convirtiéndolos en fenómenos “[…] la ideología que determina la dualidad de los sexos con las categorías de hombre y mujer encajona a los intersexuales en una trampa cultural que sus cuerpos desmienten y a los que no se pueden adaptar”.(Balza, 2009, p: 246).[1]
El género en tanto categoría de análisis tiene como cualidad que es siempre relacional: nunca aparece de forma aislada sino que siempre aparece ligada a una idea de hombre o mujer, estas relaciones se encuentran arraigadas en un contexto particular, por lo que el género también es una categoría histórica, que se construye de diversas maneras vinculándose con un espacio y tiempo específico. “Lo que es el género, lo que son hombres y mujeres […] No es un reflejo o una simple elaboración de “datos” biológicos, sino que es en gran medida son productos de proceso sociales y culturares” (Laqueuer 34)[2]
Thomas Laqueuer con respecto a la historia del sexo, menciona a los dos sexos como construcciones biologicistas opuestas, convirtiéndose los genitales en polos opuestos. Es historiador afirma que estas perspectivas “han restringido la interpretación de los cuerpos y las estrategias de las politicas sexual durante cerca de dos mil años” (1994, p: 53)[a]
Respecto al sexo como categoría de análisis, Simonne de Beauvoir, escritora profesora y filósofa, referente teórica del feminismo francés, afirmó que “no se nace mujer, se llega a serlo[3]”, con lo cual expresó que el sexo es una construcción social que determina el papel y los roles que las mujeres deben jugar tanto en el ámbito público como en el privado.
Monique Wittig escritora y teórica feminista francesa, enmarcada dentro de la línea teórica de Simone de Beauvoir, define al sexo como una construcción del pensamiento heterosexual “la categoría del sexo es una categoría política que funda la sociedad en cuanto heterosexual .En este sentido no se trata de una cuestión de ser, sino de relaciones”.(2005, p: 17)
La clasificación binaria de los sexos es entonces construida por discursos y prácticas (médicas, religiosas, culturales, familiares, etc.) que seleccionan y manipulan los criterios de diferenciación de manera cultural.
Estas construcciones provienen del pensamiento heterosexual, ya que estas categorías naturalizadas de hombre/ mujer preceden a todo tipo de saber científico. Estas categorías no se cuestionan. Como dice la autora “antes de cualquier pensamiento, de cualquier sociedad, hay sexos” (Wittig, 2006, 17)[4]
Superar esa relación heterosexual obligatoria de carácter cultural supone para Wittig la eliminación de los hombres y las mujeres “en tanto clases y en tanto categorías de pensamiento y de lenguaje” (Wittig, 1980, 54).[5] Wittig aboga por la transformación de los conceptos claves, proponiendo una nueva categoría subjetiva que no sea ya ni hombre ni mujer. En este sentido, la tesis principal que Wittig desarrolla es la posibilidad de hallar “una nueva y subjetiva definición de la persona y del sujeto para toda la humanidad” (Wittig, 1981, 42)[6]
Mauro Cabral activista argentino por los derechos de las personas intersex y trans. afirma que “la intersexualidad no es una enfermedad, sino una condición de no conformidad física con criterios culturalmente definidos de normalidad corporal, criterios que establecen (…) un mínimo posible para el largo de un pene culturalmente admisible, la máxima extensión de un clítoris culturalmente aceptable”[7].
En palabras de Mauro Cabral las intervenciones son procedimientos medicamente innecesarios ya que tienen una finalidad puramente cosmética, las cuales en la mayoría de los casos son realizados sin el consentimiento de la persona debido a que se trata por lo general de bebes recién nacidos.
La división de los géneros preside el dimorfismo de los sexos, como construcción social y cultural basa las diferencias dadas por el sexo biológico, a partir de las cuales se socializará diferencialmente a varones y mujeres según ideales tradicionales de hombre-masculino y mujer-femenina. Son las interpretaciones sociales y culturales acerca de lo que son los sexos las que determinan el modo de concebir los cuerpos sexuados de los sujetos.
El tratamiento de los individuos intersexuales prestando especial atención a la morfología genital y al establecimiento del rol de género tiene como objetivo primordial el mantenimiento de la heterosexualidad entre dichos individuos. Así, a la hora de decidir qué hacer con un cuerpo ambiguo los médicos tendrán muy en cuenta las finalidades reproductoras de esos cuerpos, como también sus posibilidades anatómicas para las relaciones sexuales.
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