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SISTEMA PENITENCIARIO VENEZOLANO Y POLÍTICAS PÚBLICAS

antolinijcMonografía15 de Octubre de 2015

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SISTEMA PENITENCIARIO VENEZOLANO Y POLÍTICAS PÚBLICAS

SISTEMA PENITENCIARIO EN VENEZUELA

INTRODUCCION

La cárcel, entendida en nuestro tiempos, como una edificio destinado a la reclusión de los presos (Diccionario Larousse 1999), más que una edificación, representa aquel lugar a donde se envían a los sujetos que tienen una presunta deuda con la sociedad (Gómez Grillo, 1979) y que recibe como castigo la privación de su libertad.

Con la llegada de la cárcel comienza una época de ensayo y error en lo que a sistemas penitenciarios se refiere, época que todavía no ha culminado y que probablemente no culminara, por lo menos hasta que se encuentre un sistema penitenciario perfecto libre de críticas y perdurable en el tiempo que asegure la total reinserción del recluso y que garantice la no reincidencia de los ex reclusos.

El sistema penitenciario en Venezuela confronta innumerables problemas, tales como el retardo procesal, el hacinamiento, el precario estado de los penales, la ausencia de una clasificación de presos, la carencia de servicios básicos indispensables y la presencia de armas y drogas, todo lo cual contribuye a la excesiva violencia que caracteriza a las instituciones penitenciarias en Venezuela. A esto se suma el escaso número de funcionarios penitenciarios, con escasa o ninguna formación en el área. Todas estas características, ponen en tela de juicio la función de “rehabilitación y reinserción social” que en teoría deberían lograr estas instituciones, receptoras de la población delictiva del país y que resultan ser el reflejo agravado de los males que afectan a nuestra sociedad, encontrándose que la permanencia en estos centros de reclusión, lejos de rehabilitar, propicia vicios y mayores problemas a un sistema penitenciario ya desgastado y obsoleto.

ANÁLISIS SOBRE LA SITUACIÓN CARCELARIA EN VENEZUELA

Para nadie es un secreto que las cárceles o recintos penitenciarios en Venezuela, son establecimientos donde pulula la corrupción, la anarquía y la violencia, que lejos de los pretendidos fines de las penas, como es la resocialización del privado de libertad, éste se convierte en reincidente de delitos más graves y conductas de un alto nivel de agresividad y violencia, una vez cumplida su reclusión.

En otras palabras se puede señalar sin temor a equivocarnos que son verdaderos antros donde reina la insalubridad, alimentación precaria, espacio inadecuado aún para el sueño, la desnudez, la violación de jóvenes presidiarios como también la violación de familiares que llegan el día de visita a ver a sus seres queridos, promoción para la prostitución y la homosexualidad, la venta de patios y pago semanal o mensual de cuotas de vigilancia, pagos por protección, reducción a la condición de esclavitud, chantajes, extorsiones, así como la falta de control del poder de los funcionarios administrativos de la prisión, lo cual conlleva que la mayoría de los reclusos esté en disposición de la voluntad de lo que ostentan el poder dentro del recinto carcelario, como son los líderes de las bandas internas o mejor conocidos como PRANES. Estos en la práctica, deciden e imponen la dinámica del penal, desplazando la autoridad administrativa. Las únicas actividades de control que las autoridades civiles aún realizan son el conteo diario de los reclusos y la salida de los traslados.

A estas aberraciones se une la complicidad entre el personal administrativo (custodios) con el personal de vigilancia externa (guardias nacionales), lo que se traduce en tráfico de armas, de sustancias psicotrópicas y estupefacientes, que van a servir de cardo de cultivo para la violencia que se genera por los internos entre sí, lo que desencadena en la mayoría de los caso en homicidios, lesionados física y mentalmente, hurtos atracos, etc.

Estas características descritas en nuestras cárceles, derivan en nuestra opinión de dos (2) elementos fundamentales:

1. Las condiciones de los centros de reclusión y la superpoblación penitenciaria.

2. El entramado de nuestro Sistema Judicial.

Condiciones de los centros de reclusión. Las condiciones de nuestros recintos penitenciarios se caracterizan por poseer infraestructuras viejas y obsoletas no adecuadas a los nuevos tiempos y de la reglamentación existente en cuanto a las políticas para la clasificación y agrupación de los penados.

Por otra parte en la mayoría de las cárceles venezolanas se duplica y a veces se triplica el volumen de la capacidad real de albergar a privados de libertad. Esto trae como consecuencia la superpoblación de los centros reclusorios. La superpoblación lleva consigo hacinamiento, el hacinamiento promiscuidad, la promiscuidad enfermedades, las enfermedades muerte, la muerte, violencia, y la violencia, más muerte.

Ninguna de estas formas de violencia es nueva. Este flagelo, sin duda, se ha agudizado en los últimos 20 años, con un saldo de muertos y heridos realmente escandaloso e inaceptable. Venezuela presenta hoy en día las cárceles más violentas de Latinoamérica. En efecto, es sobradamente conocido por todos los especialistas e interesados en la materia. Sobre este aspecto, la ONG Observatorio Venezolano de Prisiones (OVP), denunció en el diario digital Informe 21.com, en fecha 19-01-12 lo siguiente:

“Al menos 560 muertos y 1.467 heridos se registraron en las 35 prisiones de Venezuela durante 2.011, con un hacinamiento del 360 % en el sistema carcelario del país”.

En los últimos años se ha podido observar la realidad de nuestras cárceles en cuanto a la violencia producto del tráfico de armas, tales fueron los acontecimientos acaecidos en el 2.011 en los centros penitenciarios El Rodeo I y II con una gran cantidad de muertos, heridos y la incautación de un volumen significativos de armas. Más recientemente a finales de mayo de 2012, fuimos testigos del poder de los reclusos del centro penitenciario La Planta de la Ciudad de Caracas, al oponerse – un pequeño grupo- tras un violento motín, a ser trasladados a otros centros de reclusión.

Y es que una vez desalojados del referido centro, quedó evidenciado como el tráfico de armas se convierte en símbolo de poder de los líderes dentro de esos recintos y las mafias que operan desde afuera, muchas veces en complicidad con el personal de vigilancia, como se señaló anteriormente..

En este sentido en fecha 04 de junio de ese año, en Rueda de Prensa ofrecida en el canal televisivo Venezolana de Televisión, la Ministra para Asuntos Penitenciarios Iris Varela, presentó en vivo el arsenal de armas encontradas en La Planta donde declaró:

Se encontraron 87 armas de fuego de todo calibre y más de 64 mil municiones de diferentes calibres, 69 cargadores para armas largas, 64 de armas cortas, 547 teléfonos celulares, unos seis kilos de drogas, alimentos enlatados y conservas, entre otros objetos, que estaban escondidos en caletas en el suelo y paredes de cemento de la prisión. La ministra responsabilizó a "mafias externas" y a funcionarios "corruptos" de promover el ingreso de armas en los penales del país, donde además se realiza el comercio ilegal de drogas, bebidas, etc.

Entonces las cárceles no son más que muros de contención de la violencia engendrada en el mismo seno de la sociedad, violencia que se reproduce muros adentro, expandiéndose luego muros afuera, convirtiéndose en un círculo vicioso de nunca acabar.

Entramado de nuestro Sistema Judicial: Según el Observatorio Venezolano de Prisiones para el 2.008, el 80% de la población penitenciaria no tenían sentencia firme, debido al tan nombrado “Retardo Procesal” lo que constituye la inoperatividad, ineficiencia y corrupción que prevalecen en el sistema judicial venezolano con ausencia de modernidad en infraestructura, personal calificado y avances tecnológicos dentro de todos los procesos administrativos, para la agilización de los expedientes y documentos en general.

Por otra parte existen insuficientes Fiscales del Ministerio Público, y Defensorías, lo cual trae como consecuencia el incumplimiento de sus funciones, debido a exceso de trabajo.

Todo esto, a mi modo de observar la problemática de nuestro sistema judicial, deriva en los siguientes problemas:

 Muy pocos juzgados a nivel nacional en relación con las causas que ingresan a diario.

 Secretarios sin experiencias, escaso personal de asistentes.

 El nombramiento de jueces, sean provisorios o temporales, y de fiscales sean principales o auxiliares, sin experiencia, sin especiali¬dades en la materia y con poco conocimiento de las fases del proceso y del derecho penal sustantivo.

 Gran cantidad de expedientes enviados a los Juzgados de Control con actos conclusivos (excesivas acusaciones y sobreseimientos para pocos tribunales)

 Atraso en la realización de Audiencias Preliminares por la excesiva cantidad de actos fijados para el mismo día.

 Atraso en la realización de los juicios, en donde por cualquier solicitud, motivo o incomparecencia de algunas de la partes, el juicio se difiere llegando a superar los dos años, plazo máximo de la detención.

Estos problemas sumados a otros, los viene enfrentando el país desde hace más de 20 años, lo cual crea impunidad ya que se retardan las audiencias, así los imputados pasan un año detenidos en los centros de reclusión siendo un factor fundamental para el retardo procesal y por consiguiente la existente superpoblación penitenciaria actual..

LEGISLACIÓN VIGENTE

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