México es uno de los principales países megadiversos del mundo
Alex9295Biografía1 de Junio de 2017
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Capítulo II
INTRODUCCIÓN
México es uno de los principales países megadiversos del mundo ya que su territorio se posiciona entre dos regiones biogeográficas, la neártica y la neotropical lo que le confiere una gran riqueza tanto florística como faunística, asi como una gran diversidad fúngica (Rocío-Luna et al., 2011). Guzmán (2008) estimó que existen alrededor de 200 000 especies fúngicas que se desarrollan en los bosques templados de angiospermas y gimnospermas del país, y de estas, más de 300 especies son comestibles (Boa, 2004; Garibay-Orijel et al. 2006).
La combinación de la diversidad fúngica y la cultural expresada en 64 grupos étnicos (INI, 2003) ha contribuido que a lo largo del tiempo, se ha encontrado diferentes usos relacionados con los hongos, uno de los principales es el alimenticio, seguido del medicinal, y otros específicos como la recreación y ornamentación (Guzmán, 2008; Herrera, 2007; Ruan- Soto et al., 2009). Además de esto, recientes estudios han registrado el gran valor nutracéutico y contenido de metabolitos secundarios con propiedades medicinales utilizados en la medicina moderna (Colak et al., 2009; Barros et al., 2008).
Las personas de los grupos étnicos del país poseen un alto conocimiento tradicional sobre el uso de los hongos silvestres comestibles (Guzmán, 2001, 2011; Ruan-Soto et al., 2009; Domínguez-Romero et al., 2015). Aunque, se han realizado una gran cantidad de estudios etnomicológicos que tratan sobre el uso comestible, medicina tradicional y medio de recreación u ornamental (Chacón, 1988; Ruan-Soto et al., 2004; Perez-Moreno et al., 2008; Herrera, 2007). Todavía, existen grupos étnicos donde aún no se ha estudiado en su totalidad la relación que tienen las personas con los hongos (Ruan-Soto et al., 2004; Domínguez-Romero et al., 2015). Por lo tanto, la información generada sobre el conocimiento tradicional representa una pequeña porción de la riqueza etnomicológica del país (Moreno-Fuentes et al., 2001)
La mayoría de estudios etnomicológicos en México se han realizado en las zonas templadas (Moreno-Fuentes et al., 2001), y pocos son los estudios realizados en las regiones tropicales (Ruan-Soto et al., 2004; Ruan-Soto et al., 2008). En la zona centro y sur del país se han estudiado a los Otomí, Zapotecas, Mazatecos, Chinantecos, Lacandones desde el punto de vista cualitativo, registrando a los hongos como fuente alimenticia, comercialización, y medicina tradicional (Lara-Vásquez et al., 2013; Mariaca et al., 2001; Jiménez-Ruiz et al., 2013; Garibay-Orijel, 2007; Ruan-Soto et al., 2004; Ruan-Soto et al., 2008). Mientras, que cuantitativamente se ha determinado el índice de importancia cultural, índice de orden de mención, además del uso de pruebas estadísticas para el ordenamiento y agrupación de los datos obtenidos, y asi obtener la relación de los hongos con las personas de los grupos Otomí, tlaxcaltecas, Zapotecas (Garibay-Orijel et al., 2007; Alonso-Aguilar et al., 2014; Lara-Vásquez et al., 2013).
El estado de Oaxaca es considerado el de mayor biodiversidad a nivel nacional, además, posee una gran diversidad de etnias donde se hace frecuente el uso de los hongos silvestres para autoconsumo y su comercialización (Jiménez-Ruiz et al., 2013; Garibay-Orijel et al., 2006; Pascual-Pola, 2004). En Oaxaca se han registrado estudios etnomicológicos en mercados de los valles centrales y la Mixteca donde se han estimado 33 especies comestibles (Jiménez- Ruiz et al., 2013; Islas- Gutiérrez et al., 2011). En la región de la Sierra Norte de Oaxaca se estimó la presencia de 93 especies silvestres comestibles (Garibay-Orijel et al., 2007). Mientras que en la vertiente del Golfo de Mexico, en el estado de Oaxaca, en la región de la Chinantla, el estudio de los hongos silvestres ha sido escasa por no decir nulo, ya que en un estudio realizado, se reportaron únicamente 5 especies comestibles comercializadas en la parte de la Chinantla Baja (Ruan-Soto et al., 2004), esta cifra es considerablemente menor a los estudios realizados en otros grupos étnicos del mismo estado (Garibay-Orijel et al., 2007; Jiménez-Ruiz et al., 2013)
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