MÉXICO, ¿UN PAIS DE PRIMER MUNDO?

MÉXICO, ¿UN PAIS DE PRIMER MUNDO?

En las últimas décadas el desarrollo tecnológico se ha disparado y ha ido creciendo de manera exponencial,  de la mano de esta revolución  vinieron cambios en la forma en la que vemos y entendemos todo, esto incluye  como clasificamos el desarrollo de los países.

Este es el punto de partida del siguiente análisis del cambio de la clasificación de México, pasando de ser un orgulloso país de primer mundo, a un deplorable tercer mundista, todo con el fin de connotar las fallas del sistema mexicano para atender el potencial  latente  innovador del país,  proponiendo mejoras a este sistema, para que se ponga a Mexico como referencia en talento e innovación.

La sociedad en la que nos desenvolvemos  se encuentra en  cambio constante  apresurado  desde hace poco más de 30 años, entre esos cambios se encuentra  la forma de clasificar el nivel de desarrollo de los países.

La OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos) utilizaba los siguientes criterios para considerar a un país como primer mundo:

• Distribución de sus riquezas.
• Sanidad.
• Larga esperanza de vida.
• Calidad en los servicios.

Pero  a partir de los años 90’ los criterios cambiaron para convertiré en los siguientes cuatro principales (Paises modernos):

• Industrialización
• Educación de calidad.
• Alto desarrollo tecnológico.
•  BEconomía estable.

Un ejemplo de estos países modernos primermundistas son: Finlandia, Alemania, Canadá y suiza. Estos cuatro países tienen características en común, por ejemplo, son aquellos que más dinero destinan al desarrollo científico-tecnológico, destinando cada uno de estos países un presupuesto especifico para la innovación:

 Su sistema educativo tiene una meta común, la cual es, incentivar el interés por  el emprendimiento y el desarrollo tecnológico  mediante la sensibilización de los niños y jóvenes hacia su entorno. El mejor sistema educativo hasta hoy es el desarrollado por Finlandia, en el cual los maestros enseñan para desarrollar en sus alumnos un sentido de pertenencia y respeto hacia su entorno, siendo lo único que motiva a los maestros es su pasión por enseñar, sin darle gran importancia a la retribución monetaria.

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