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Biografia


Enviado por   •  18 de Mayo de 2012  •  1.391 Palabras (6 Páginas)  •  423 Visitas

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nía de Karlsruhe. Al reconocerlo emocionado,Heidegger, ya era una estrella intelectual a nivel mundial, pretendió desarrollarun charla profunda sobre literatura y arte, cosa que no logró. Heidegger, que venía de dar unas conferencias en la Academia de Ciencias de Heildelberg, comoun zorro-zen, esquivaba el bulto, ya sea con silencios o con monosílabos. Derepente el filósofo, todavía bajo la impresión de un partido regional de fútbol, lehabló todo el tiempo de un jugador maravilloso, un tal Franz Beckenbauer, que jugaba en un equipo mediocre, el FC Bayern Munich. Se deshizo en elogios porsu estilo de juego, admirado relató la precisión y la delicadeza con la que tratabaal balón, incluso con lenguaje corporal le visualizó al estupefacto director lasfintas de su juego. Heidegger calificó a Beckenbauer, de tan sólo veinte años,de

großartiger Spieler

, jugador genial, además de subrayar su invulnerabilidaden al marca o lucha cuerpo a cuerpo. Müller además concluyó acertadamenteque a Heidegger no le interesaba en absoluto el teatro.Seguramente su locura por el fútbol se relaciona secretamente con su propiaidea de lo que es el hombre en el mundo, de lo que debe entenderse porfilosofía: una inquietud cultivada metódicamente y cuyo objetivo es abrir elmundo por medio de una praxis auténtica. El

Fussball

sería simplemente “lailuminación de los comportamientos que contemporaliza la Vida en su propioser…”. El fútbol, como dispositivo de juego, es para Heidegger una verdadera

Gesamtkunstwerk

, una obra de arte total. El Ser es redondo, ensuma.

El arte de saber ver fútbol

E

s sabido que Leonardo Da Vinci tenía unmotto para definir toda fuente de sabiduría,tanto en el excelso arte como en la cienciadura:

sapere vedere!

Saber ver bien, no“ver” a secas, era el fundamento casiintuitivo de una pintura compositivamente bella o el reconocimiento correcto de uncuerpo dolido. Da Vinci unía en esa visióntanto la belleza como la razón, tanto laintuición espaciotemporal como la captación de las formas sublimes. Unamáxima que podemos trasladar,

vis-à-vis

, al deporte en general y de maneraespecial al fútbol. Sin lugar a dudas en él tanto desde el punto de vista delespectador como del jugador, “saber-es-ver”. Si el espectáculo futbolero deenfrentamiento, táctica y estrategia detrás de un balón es de alguna manera,como decía Osvaldo Soriano “una guerra sin muertos, pero con conflicto”, lafalta de visión “artística” es fatal a la hora de la contienda, de resolver el dramadeportivo. ¿Qué sería de un líder en la víspera de la batalla decisiva si nocontuviera en su mirada el campo de batalla y el más allá? ¿Qué sería de un

habilidoso jugador o del cerebro de un equipo si le faltara la facultad dedemostración, de mostrar, de hacer ver su intuición especial sobre el espacio y eltiempo del juego? ¿Qué sería del deporte y su evolución artística si susespectadores no poseyeran el arte de

sapere vedere

? Quedaría el simulacroatroz, la pura teatralidad, la estadística contable burguesa. En el caso del fútbolno puede hablarse que exista una manera unívoca de ver un partido comoreconocía Panzeri. Es imposible: entre el máximo y el mínimo en este arteintuitivo hay una serie de degradaciones, por lo que se puede hablar de unaherradura entre un “ver-ganar” y un “ver-jugar”. Y en el arco entre los dosextremos una pléyade de posiciones intermedias, que incluyen desde el “ver-no-perder”, a el “ver-un-jugador” hasta el “ver-por-tradición”. Muchosautomáticamente dirán

de gustibus non disputandum

, sobre gustos no hay disputas, todo vale al mirar fútbol y listo. Todo es interpretación. Pero como nosdisgustamos con el posmodernismo aplicado al deporte queremos profundizarmás en esta vía iluminista de indagación. Básicamente coexisten dosparadigmas en este sentido: ver el fútbol es una oposición que nunca se cancela.Como decía Ernesto Lazzatti “el que acude a ver un equipo, va a verlo ‘ganar’. Elque va a seguir un partido va a ver ‘jugar’”. ¿El saber ver en el fútbol se hace o esinstintivo? ¿Hay una

paideia

básica para conformar el gusto del hincha o lainfancia en el futuro espectador de fútbol es destino?Generalmente el “saber-ver”, como otras hipotecas genéticas, se hereda en sumayor parte: casi siempre en Occidente nuestro

alter ego

, nuestra

imago

masculina (en general nuestro padre, pero puede ser un tío simpático o unhermano mayor admirable) nos marca con su club de preferencia. El imperiodel Edipo en este caso tiene un efecto devastador en la agregación de nuestraspreferencias. Y nos marca para siempre en una especie de pacto fáustico que jamás firmamos. Por lo que el fan-espectador de fútbol puede elegir su forma de ver un partido de fútbol, pero bajo circunstancias que no ha elegido y quedesconoce.

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