CHÚO GIL Breve Explicación
piscis20Resumen18 de Octubre de 2015
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CHÚO GIL
Arturo Uslar Pietri.
Breve Explicación
El personaje más importante de la farsa trágica es uno que acaso no existe sino en las memorias y los resentimientos de los otros. El mito de Chúo Gil es el que dirige toda la máquina trágica a su fin inexorable. Su existencia real carece de importancia frente a la vigencia y poderío de su existencia mítica. Por el efecto de este mito central y superior y de sus mitos subordinados Juancho deja de ser un muchacho pueblerino, sano e impetuoso, para convertirse, a su pesar, en un héroe vengador. Lalla, la sedienta de satisfacción de hombre, la tejedora de mitos que la favorecen y ayudan, sacrificará a su hijo y se verá destruida por la violenta reacción del mito que ha contribuido a crear.
En cierto sentido, la función específica del hombre es la de fabricar mitos para convivir con ellos y por ellos. Esto es lo que desde un punto de vista histórico se la llama la civilización.
Sí ésta fuera una obra simbólica podría llamarse la parábola de la civilización: si fuera una obra costumbrista podría llamarse simplemente: los murmuradores, pero como carece por igual de propósito simbólico deliberado y de complacencias costumbristas se llama simplemente: Chúo Gil. Es decir, una visión de seres humanos, metidos en los ambientes superpuestos y mezclados de lo visible cotidiano y de lo invisible cotidiano, de lo individual y de lo social, de lo recibido y de lo creado, es decir, en el trabajo de vivir con el destino o de vivir con la historia, que es el trabajo esencial del hombre.
PERSONAJES
Por orden de aparición
1. (Kevins) Juancho: Mozo. Hijo de Lalla. Sobrino de Bega
2. Mocha: Criada Mayor
3. Livia: Moza. Hija de Bega
4. Bega: Señora mayor. Madre de Livia
5. Lalla: Señora. Mayor. Hermana de Bega
y madre de Juancho
6. Anito El Pavoso: Hombre del pueblo. Maduro
TIEMPO DE LA ACCIÓN O INTRODUCCIÓN A LA OBRA:
(Hombres y mujeres del pueblo COMIENZAN A decir en la oscuridad- se puede gravar y colocar de fondo antes de que comience el primer actor).
VOZ DE LA MUJER MADURA: Esta no es sino una voz
VOZ DE HOMBRE: Esta no es sino una voz
VOZ DE MUJER JOVEN: Esta no es sino una voz
(Después las tres voces se combinan al unísono en un coro, que debe recordar ciertas formas simples del canto... con un toque de ambiente eclesiástico...Sonido de campanas).
CORO DE VOCES: Estas no son sino unas voces. Voces que llaman. Voces que nombran. Voces que evocan. Voces que crean. Voces que al nombrar hacen de las gentes y de las cosas, otras gentes y otras cosas. Cuando una voz dice “agua”, crea el agua. Cuando una voz dice “te voy a matar”, crea la muerte. Cuando una voz dice “no te quiero”, crea la desesperanza.
De las palabras surgen nuevos seres, que ocupan el lugar de los seres que parecían existir antes de ellas. Héroes y villanos, monstruos y semidioses. Con el solo hablar creamos seres. Ya tú no serás tú sino lo que yo o el otro hemos hecho de ti con nuestras palabras.
Con las palabras tejemos el destino. El nuestro y el de todos. Cada uno va diciendo, va hilando, va tejiendo, y así se crea la gran malla, la gran trama, de la que nuestras vidas ya ni podrán escaparse.
VOZ DE HOMBRE: Esta no es sino una voz
VOZ DE MUJER MADURA: Esta no es sino una voz
CORO DE VOCES: Estas no son sino voces que tejen el destino… (Más bajo) Que tejen el destino… (Más bajo) Que tejen el destino…
(Se extinguen las voces. Hay una pausa, hasta que se encienden las luces y comienza el Primer Tiempo).
• PRIMER TIEMPO
(Escenografía: Una vasta y alta sala de casona de pueblo. Al fondo, pesada puerta cerrada que da a la calle – elaborada en anime-. Ventana de barrotes con tupida celosía – elaborada en anime-. Pocos muebles, arcaicos, pesados y mal combinados. Las paredes, desnudas y blancas. Es el anochecer del quinto día. Hay mujeres del pueblo que entra comentándole a todo el público presente.
1-UNA MUJER – Alabado sea Dios. ¿Quién se ha muerto?
(Todos la miran en silencio. Mientras ella entra, se santigua y ocupa su puesto en la fila)
2-OTRA MUJER – (Entrando) ¿Es la pobre de misia Bega, la que ha muerto? Tan buena que era, era un alma de Dios. No hace ni dos días que hablé con ella.
1-OTRO HOMBRE – No, no es misia Bega.
1-OTRA MUJER – ¿Qué sabes tú? Nadie ha dicho quién se ha muerto. (Sale de escena para cambiar de personaje).
2-OTRA MUJER – Han dicho que es la niña.
2-OTRO HOMBRE – No. No es la niña sola. Son más. Me han dicho que son más.
(SISEAN PARA QUE SE CALLE)
1-OTRO HOMBRE – Se habrán envenenado.
2-OTRA MUJER – Oí decir que las habían matado.
2-OTRO HOMBRE – Alabado sea Dios. Nunca había pasado en este pueblo una cosa igual. ¿Mataron a misia Lalla?
2-OTRA MUJER – ¿Qué sé yo? Alguien se ha muerto en esta casa. No hablen tanto y vamos a rezar (dirigiéndose al público).
1-OTRO HOMBRE – Vamos a rezar la oración de la muerte repentina y de los que se encuentran en peligro de naufragio.
1-OTRA MUJER – Primer misterio gozoso: el Ángel del Señor anunció a María…
2-OTRA MUJER - (Y un coro sordo de voces que la acompañan) El poder del infierno no prevalecerá sobre ellos…
… y la Luz Eterna…
… Luz Eterna…
… Poder del Infierno…
… Luz Eterna…
… el poder del infierno…
… Brillará para ellos…
… No prevalecerá sobre ellos…
(Entra la mujer con su nuevo personaje de la Mocha y sale el resto del elenco a cambiarse)
MOCHA (Bermúdez) – Todos quieren saber y averiguar. Para que el cuento no termine, para que siga creciendo y enredando y cogiendo gentes como la quebrada crecida. Para saber ahora lo que pasó ya es tarde. Hubieran debido venir ayer, o anteanoche, o mejor, hace una semana. Pero entonces, quizás, uno de ustedes sería el muerto y el muerto estaría en otra casa. Estaría en otra casa y yo estaría entrando por la puerta, con mi pañolón, para preguntar: “¿Quién se murió?”. Para preguntar: “¿Quién lo mató?”. Porque nadie cree que nadie se muere buenamente en este pueblo…
(Sopla y apaga la vela. Salen todos de la escena. Empiezan el sonido de rezo lentamente los rezos hasta que suben como un espeso rumor).
•SEGUNDO TIEMPO
(Entra Juancho. Avizora inquieto el espacio. Se acerca a la ventana de celosía y permanece por largo rato ávidamente observando hacia la calle. Entra Livia y lo mira con sorpresa. A poco él siente que lo observan y vuelve.
JUANCHO (Kevins) – Me estás espiando
LIVIA (Bermúdez) – No te estoy espiando. Acabo de entrar aquí y te he encontrado.
JUANCHO (Kevins) – Me venías siguiendo por la casa. Me has buscado. Has estado en mi cuarto, has estado en el cuarto de mamá y de mamá Bega, le has preguntado a las sirvientas, hasta que viniste a toparme aquí. Es como si te hubiera visto hacerlo. Te conozco como la palma de mi mano. No necesito verte para saber lo que estás haciendo.
LIVIA (Bermúdez) – No es verdad. No te he estado buscando. Acabo de tropezar contigo por pura casualidad, Juancho. ¿Es que acaso he hecho mal en entrar a esta habitación? Ya sé lo que no te ha gustado. Te fastidia que te haya sorprendido fisgoneando por la celosía hacia la calle como una mujer. Viendo pasar la gente. Oyendo los retazos de conversación de los que pasan. Tratando de averiguar las vidas ajenas. Como hacen mamá Lalla, la sirvienta y Anito el pavoso.
JUANCHO (Kevins) – Y tú, Livia, y también mamá Bega, tu madre, que todo el día está averiguando las cosas ajenas y tiene una lengua que no le cabe en el cuerpo.
LIVIA (Bermúdez) – Juancho, no hables así de mi madre.
JUANCHO (Kevins) – Qué tiene ella de más que las otras para que no pueda nombrarla. No seas tonta, Livia, ya me tienes colmado con tus fastidios y tus tonterías, harto, ¿me oyes?, harto. Date cuenta de que un hombre no puede vivir encerrado entre cuatro paredes oyendo todo el día tonterías.
(Sale la mocha con su escoba y se para al oír la conversación. Juancho interrumpe lo que decía)
JUANCHO (Kevins) – Me voy (Sale hacia la puerta)
LIVIA (Bermúdez) – ¿Vienes a almorzar?
JUANCHO (Kevins) – (Saliendo y antes de tirar estrepitosamente la puerta) No sé.
(Hay un momento de silencio)
LIVIA (Bermúdez) – (Volviéndose hacia su mama) Ves, Mama, se ha ido furioso. ¿Qué culpa tengo yo?
BEGA (Arellano) – Ninguna, niña, ninguna. Todos los novios pelean. Y la mitad del gusto de ser novios esta en pelear para contentarse y volver a pelear para volver a contentarse. Ahora, más tarde, volverá hecho un caramelo, y le dirá cosas bonitas y le hará cariños.
LIVIA (Bermúdez) – No se puede vivir así.
BEGA (Arellano) – Sí se puede, niña. Mientras sean novios viven así. La niña Rita y don Pablito tuvieron treinta años de amores. Yo los conocí mucho. Un día sí y un día no, peleaban, y un día sí y un día no, se contentaban. Eso no cambió nunca, no ve que no se casaron, él se iba poniendo viejo y ella se iba poniendo vieja. Pero el día del pleito era el día del pleito, y el día de contentarse, era el día de contentarse. Así hasta que se murió don Pablito.
LIVIA (Bermúdez) – Y si se hubieran casado hubieran seguido peleando.
BEGA (Arellano) –
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