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El sillón


Enviado por   •  17 de Octubre de 2017  •  Biografías  •  1.752 Palabras (8 Páginas)  •  212 Visitas

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Bolonia, una de las grandes ciudades de Italia, caracterizada por ser hogar del gran Guillermo Marconi, nacido en 1874 de un padre italiano fornido, velludo, duro que el mismo invierno y de una madre tan gentil, dulce como lo podría ser cualquier ser humano de bondad. Desde muy temprana edad, Marconi tuvo mucho interés en que hay más allá de las estrellas, más allá de lo que nuestros ojos pueden ver.

—Madre, madre, ya se lo que quiero hacer de grande madre —Dijo el pequeño Marconi a su querida madre.

—Que hijo mío —contesto la señora Marconi mientras preparaba la cena para la familia.

—Quiero ser el primero en viajar a las estrellas. —La señora Marconi reía mientras cortaba las zanahorias— ¿Por que te ríes madre? —El pequeño Guillermo no comprendía la causa de la risa de su madre.

—Hijo —dijo la madre mientras dejaba el cuchillo a un lado, suspende lo que está haciendo y se limpia ambas manos con su mandil —Escúchame con mucha atención, está bien que sueñes y que estés por ahí fantaseando, si dices esas ideas en público van a decir que estás loco, en especial tu padre, él se sentiría muy ofendido si te escucha decir lo que me acabas de decir a mí. Tienes que trabajar para poder comer, sobrevivir, un leñador, transportador de heno, granjero, Mi amor solo quiero lo mejor para ti.

El pequeño Guillermo cambio su expresión, su cara de emoción se convirtió en una cara de tristeza y enojo acompañadas de pequeñas lagrimas emergentes de sus ojos.

—Como que loco madre, yo voy ser hombre llegue a tocar las estrellas y el sol, te prometo que cuando llegue allá te traeré una estrella solo para ti.

Pasaron años desde que Guillermo Marconi tomo esa gran decisión, ya era un joven estudioso que sin receso no para de alimentarse de las grandes mentes del pasado qua aportaron importantes descubrimientos para el mundo.

—Hijo te conseguí un trabajo para ti como ayudante de herrero. —dijo el señor Marconi en la mesa mientras toda la familia se encontraba almorzando. —eso nos traerá un poco de dinero.

—Escuchaste hijo mío, vas a tener empleo. —dijo la señora Marconi a su joven hijo.

—No gracias, tengo otros planes. —Dijo Guillermo mientras se llevaba un trozo de pollo a su boca.

—Como que otros planes, ¿no piensas tomar el trabajo? —Dijo el señor Marconi soltando los cubiertos y mirando fijamente a su hijo como su no lo conociera. —No me digas que aun estas obsesionado con esa idea tuya— Alzo más la voz— eres un mal agradecido mocoso, no sabes cuantos quisieran ese trabajo, no tienes ideas cuantos peldaños tuve que mover para conseguir ese empleo para que solamente mi hijo, la burla del pueblo se convierta en alguien decente.

—Si tanto te tomo conseguir ese trabajo porque no vas y lo tomas tú. —Guillermo respondió con un tomo de indiferencia a su propio padre.

—¡Hijo! —Exclamo la señora Marconi.

—¡Suficiente! —el forzudo hombre que estaba sentado en la mesa de la residencia Marconi se levantó bruscamente para tomar a su propio hijo del cuello con su mano derecha y del brazo con su mano izquierda con tal fuerza que Guillermo no puede evitar lo que le estaban haciendo. El señor Marconi pateo la puerta de la casa para lanzar a Guillermo fuera. —Le has hecho mucho daño a la reputación de esta familia con tus locas fantasías, pero ya llegaste muy lejos, a partir del día de hoy te largar y no te quiero ver más entendiste.

—Guillermo —La señora Marconi trataba de evitar lo que estaba pasando, pero antes de llegar a la puerta recibió una gran bofetada de su propio esposo que la dejo en el suelo incapaz de levantarse.

—No te metas mujer, yo soy el hombre que te mantiene y por eso tienes que obedecerme entendido.

—¡MAMÁ! — Guillermo se levantó del frio suelo en el que estaba y trato de ayudar a su madre.

—¡Que te acabo de decir! —El señor Marconi le dio un puñetazo lo suficientemente fuerte a su propio hijo que le devolvió a donde lo había lanzado. — no te lo voy a volver a repetir mocoso lárgate.

Guillermo solo miraba a su madre desde el suelo, frotándose la parte derecha de la cara donde recibió el impacto del golpe. Hasta que se levantó con un poco de dificultad.

—Madre escucha, cumpliré mi promesa, te traeré una estrella no importa cuento me tome, te la traeré y te va a encantar.

Pasaron los años desde que Guillermo Marconi se fue de su casa de Bolivia, a sus 22 años de edad consiguió refugiarse en un castillo en Irlanda, una antigua fortaleza que el adopto como su hogar. Durante todos esos años, el joven Marconi se convirtió en un hombre hecho y derecho en el campo científico, todo lo que él había logrado es debió a él y a su mente brillante que han creado una máquina cuya función es hacer regresiones cósmicas, que al ser puesta en marcha teleportaria a Marconi al principio de los tiempos para llegar al infinito cosmos y ser el primer hombre en la historia de la humanidad en llegar el espacio sideral y tomar la estrella que le había prometido a su madre.

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