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Ensayo De Jose Maria Arguedas


Enviado por   •  4 de Septiembre de 2012  •  1.920 Palabras (8 Páginas)  •  537 Visitas

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JOSÈ MARIA ARGUEDAS

Hijo de Víctor Manuel Arguedas Arellano, un abogado cuzqueño que ejercía de Juez en diversos pueblos, y de Victoria Altamirano Navarro, perteneciente a una acaudalada familia de Andahuaylas. Cuando tenía dos años y medio de edad, falleció su madre, a causa de cólicos hepáticos; pasó entonces a vivir a la casa de su abuela paterna, Teresa Arellano, en la ciudad de Andahuaylas.

José María Arguedas Altamirano, nació el 18 de enero de 1911 en la ciudad de Andahuaylas, provincia de Andahuaylas, departamento de Apurímac, en la sierra sur del Perú.

En 1915, su padre al ser nombrado Juez de primera instancia de la provincia de Lucanas (departamento de Ayacucho), se trasladó a dicha sede, donde poco después se casó con una rica hacendada, Grimanesa Arangoitia Iturbi viuda de Pacheco. El pequeño, José María viajó entonces a Lucanas, para reunirse con su madrastra.

Y es así que La familia se instaló en Puquio.

José María y su hermano Arístides, dos años mayor que él, fueron matriculados en una escuela particular de ese entonces. Y al año siguiente los dos hermanos continuaron sus estudios en San Juan de Lucanas, viviendo en la casa de la madrastra. Ya que Arístides el hermano de José Maria fue enviado a estudiar a Lima, él continuó viviendo con la madrastra quien no lo trataba bien, sino que le daba un trato de sirviente.

Poco después, Augusto Leguía, el padre de José María fue removido de su cargo de Juez y tuvo que retornar a su profesión de abogado litigante y viajero, trajinar que solo le permitía realizar pequeñas visitas a su familia.

La infancia, es decir esa etapa de la vida del niño José María estuvo marcada por la difícil relación que sostuvo con su madrastra y con su hermanastro Pablo Pacheco, quienes eran personas desagradables.

La señora no llevaba un buen trato con José María ya que lo humillaba tratándolo muy mal, por su parte el hermanastro lo maltrataba física y psicológicamente e incluso en una ocasión le obligó a presenciar la violación de una de sus tías. Es increíble ha todo lo que llegaba dicho hermanastro, quien intento violar a una de sus tías, quien era a la vez la mamá de uno de sus compañeritos de escuela. La figura de este hermanastro habría de perdurar en su obra literaria personificando al gamonal abusivo, cruel y lujurioso.

José María al ver y darse cuenta de tanto rechazo por parte de los dos, es decir, por parte de aquellas personas , no aguanto más y escapo de la casa con su hermano, Arístides, de la opresión del hermanastro. Se refugiaron en la hacienda Viseca, donde vivieron dos años en contacto con los indios a quienes ayudaban en lo que podían en las faenas agrícolas, ya en 1923 abandonó su retiro al ser recogido por su padre, a quien acompañó en sus frecuentes viajes laborales, y es asi como él fue conociendo más de 200 pueblos.

En aquel verano de 1925, cuando se hallaba de visita en la hacienda Karkequi, en los valles del Apurímac sufrió un pequeño accidente con la rueda de un trapiche, del cual perdió dos dedos de la mano derecha.

Al año siguiente él junto con su hermano Arístides empezaron sus estudios secundarios en el colegio San Luis Gonzaga de Ica, en la desértica costa peruana, hecho que marcó su alejamiento del ambiente serrano que había moldeado hasta entonces su infancia, pues hasta entonces había visitado la costa solo de manera esporádica. Cursó allí hasta el segundo año de secundaria y sufrió en carne propia el desprecio de los costeños hacia los serranos ya que ellos eran provenientes de allí.

Pero José María se dio cuenta que los demás lo rechazaban, pero no le importó, él quiso salir adelante lo cual se esforzó demasiado llegando a ser el primero de la clase en todos los cursos de ese entonces derrumbando así la creencia de la incapacidad intelectual del hombre andino.

Después reanudo su vida en la sierra junto con su padre, y es allí donde Vivió entre Pampas y Huancayo; en esta última ciudad cursó el tercero de secundaria, en el colegio Santa Isabel.

Fue allí donde se inició formalmente como escritor al colaborar en la revista estudiantil Antorcha; donde también logró escribir una novela de 600 páginas, que tiempo después le arrebataría la policía, pero de la que no ha quedado huella alguna.

Arguedas cursó sus dos últimos años de secundaria en el Colegio Nuestra Señora de La Merced, de Lima, y fue casi sin asistir a clases porque viajaba con frecuencia a Yauyos para estar al lado de su padre, quien se encontraba un poco agobiado por la estrechez económica. Aprobó los exámenes finales, terminando así sus estudios escolares prácticamente estudiando sin maestro.

José María Arguedas al cumplir los 20 años de edad se estableció permanentemente en Lima e ingresó a la Facultad de Letras de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos. Tras el fallecimiento de su padre, ocurrido el año siguiente, se vio forzado a ganarse la vida entrando a trabajar como auxiliar en la Administración de Correos, pero perdió el puesto al ser apresado por participar en una manifestación estudiantil a favor de la República Española.

Un tiempo después de permanecer alrededor de un año en la prisión El Sexto, fue nombrado profesor de castellano y geografía en Sicuani, en el departamento de Cuzco, cargo en que descubrió su vocación de etnólogo.

Ya que en 1944 presentó un episodio depresivo caracterizado por decaimiento, fatiga, insomnio, ansiedad y probablemente crisis de angustia, por lo cual pidió licencia repetidas veces en su centro de labor docente.

Lo cual aquel episodio lo describió en sus cartas a su hermano Arístides y brevemente en sus diarios insertados en su novela póstuma El zorro de arriba y el zorro de abajo; en una de esas cartas dijo:

• Yo

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