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Fotos Melitón Tapia


Enviado por   •  7 de Noviembre de 2013  •  Informes  •  1.320 Palabras (6 Páginas)  •  254 Visitas

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Fotos Melitón Tapia

Cuando los conocimientos de un médico no bastan para saber las razones por las que muere una persona y bajo qué circunstancias, porque el tiempo entre el fallecimiento y el descubrimiento del cadáver ha borrado toda información en tejidos blandos y es necesario escudriñar en la putrefacción o sólo las deformaciones en el esqueleto ofrecen luces, se hace necesaria la participación de un especialista que a simple vista nada tendría que ver con estos asuntos: el antropólogo.

Sin ser policía, detective, ni médico legista, sus conocimientos sobre la biología del humano y la práctica en la reconstrucción de la historia lo convierten en pieza clave para deliberar en la escena violenta por qué muere alguien.

Es por eso que desde 1998 el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) imparte el Diplomado en Antropología Forense en un esfuerzo por llenar el vacío de estos profesionistas en los sistemas de impartición de justicia, cada vez más necesarios ante la violencia que caracteriza las sociedades modernas.

La especialidad en antropología forense deriva de la antropología física que como ciencia se encarga del estudio de la evolución del hombre desde su biología y el modo cómo el humano se ha adaptado al medio.

La antropología forense tiene sus orígenes en México a principios del siglo XX con las investigaciones del médico y etnólogo michoacano Nicolás de León; en tanto que su enseñanza comienza en la década de los noventa, en la Escuela Nacional de Antropología e Historia (ENAH) a través de los cursos impartidos por el antropólogo Edwin Crespo, explica el antropólogo físico Arturo Talavera, responsable del Diplomado en Antropología Forense en sus inicios.

Un antropólogo forense obtiene datos referentes al sexo, edad, afinidad racial, causa de muerte del individuo e identifica huellas de violencia cuando las hay, basándose en los huesos y dentadura; dada su amplia experiencia con la biología y cambios postmortem del esqueleto humano, Talavera advierte que en la mayoría de los casos son los médicos forenses los que tienen que realizar el trabajo del antropólogo físico pero “esto no es óptimo, los informes se quedan cortos porque un médico y un antropólogo forense no son lo mismo”.

Explica que el primero se aboca a hechos recientes, individuos de cuando mucho tres meses de fallecidos, dependiendo de las condiciones y el sitio donde se localicen; pero cuando el cuerpo entra en grado avanzado de descomposición o tiene muchos años sobre la superficie del terreno, o de inhumado, un médico no puede abordar las investigaciones porque sus conocimientos se basan en tejidos blandos y para resolver estos casos se requiere de un amplio conocimiento de las alteraciones del esqueleto.

Es cuando el antropólogo físico forense se vuelve una ayuda para el criminalista de campo y el Ministerio Público, advierte Talavera; de hecho, “es un criminalista de campo de un suceso del pasado, un perito más dentro de todo el aparato de peritos forenses para resolver un caso en el que intervienen médicos, fotógrafos, químicos e incluso arqueólogos forenses”.

Dentro de las estrategias de investigación que emplea destaca la tafonomia forense, ciencia que estudia los cambios de los huesos en todas sus fases, desde la muerte biológica hasta su total desintegración, o conservación natural o artificial, o fosilización; combina técnicas de la arqueología y la antropología física forense, a través de las cuales puede determinar el tiempo transcurrido desde la muerte y reconstruye las circunstancias antes y después del depósito del cadáver.

También sirve para distinguir en los restos humanos los factores que son producidos por la conducta humana de aquellos causados por sistemas biológicos, físicos, químicos y geológicos; por ejemplo, cuándo los cadáveres fueron atacados por carnívoros o roedores y cuándo asesinados por otro ser humano.

Talavera también asegura que las diferentes formas en las que actualmente los criminales disponen de los cadáveres y segmentos de los mismos, pueden confundirse fácilmente, “la conducta homicida puede introducir variaciones extremas de transporte, desmembramiento y otras alteraciones en los restos que el método taxonómico puede describir y explicar”.

Detalla que el término de antropología forense involucra necesariamente tres especialidades: arqueología, antropología física y antropología cultural. “La primera

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