HISTORIA EN AGUAYTIA

HISTORIA I El viaje transcurría de lo mas normal viajábamos de la ciudad de Aguaytia a Lima observando lo maravilloso de la naturaleza a través de las ventanas del ómnibus interprovincial, que nos transportaba y todo transcurría dentro de lo normal mis hijas estaban dormitando y mi señora se encontraba al lado del asiento que da a la ventana del bus. Cuando de repente escucho algo, era como cuando corre un riachuelo, pero en forma mas fuerte y esto iba acrecentándose a cada momento, fue en esos instantes que escucho los primeros gritos de una de las pasajeras que iban mas adelante sentada para el lado derecho del bus lado en el que estábamos nosotros y que mirando así la parte superior del cerro que teníamos al costado gritaba HUAYCO fue un grito que le salió del alma, en ese instante yo giro instintivamente la mirada hacia donde ella señalaba con el dedo tembloroso y vi algo que me quedará grabado en la retina el resto de mis días. Una gran mancha hecha de agua y tierra, un lodo oscuro avanzaba hacia nosotros, además estaba acompañado de inmensos bloques de piedras que empezaron a ametrallar la unidad móvil. Yo solo atine en ese momento a jalar a mi esposa junto con mis hijas que se encontraban adormecidos y no se daban cuenta del peligro al que estábamos expuestos los lance hacia los asientos contrarios del otro lado del vehículo y después de ponerlos primeros las dos pequeñas después mi señora yo me puse encima de ellas tratando de esta manera protegerlas de la mejor manera posible sabiendo dentro de mi que tal ves estaba ofreciendo mi vida por ellas, pero en ese momento no me importo solo quería protegerlas. Las piedras empezaron a hacer mella en la carrocería del carro, cuando una piedra de mediana proporciones atravesó la ventana del lado anterior a donde estábamos sentados y alcanzo a una niña a la altura de la cabeza ocasionándole heridas de consideración, en esos momentos solo esperaba el instante en el que yo fuera el siguiente alcanzado por una de esas piedras. Pero el sonido empezó a calmarse y el huayco a detenerse, estábamos a salvo. salimos del carro a observar lo que había ocasionado el derrumbe y el carro estaba literalmente destrozado por las grandes rocas que había que tenido que soportar. pero yo solo agradecía por haber pasado esta situación sin mayores problemas y con mi familia intacta.

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