Jhony Bravo

Actualmente el ser humano ha sido arrasado por la globalización, pasando del “yo soy” al “yo tengo”, siendo esta última la base fundamental de su existencia. El hombre se encuentra inmerso en un sistema que le proporciona comodidad y placeres efímeros, este a su vez le dice como vivir, que hacer, como comportarse, que tener, etc.; olvidándose de la oportunidad de encontrarse a sí mismo, de preguntarse ¿quién soy?, ¿hacia dónde voy?, ¿qué quiero llegar a ser ? y forjar su propia identidad.

El hombre actual, vive en la sociedad como fuera de sí, en busca de cosas u objetos, de relaciones momentáneas y vanales, que lo hacen ser un individuo consumidor de todo hasta de él mismo; se ha vuelto incapaz de formularse sus propios ideales y se deja llevar por el tumulto de las masas, porque su vida carece de sentido, el hombre actual ha perdido su identidad, se ha quedado sin rostro.

En el presente ensayo hablaré del hombre de este milenio, que no es capaz de actuar por sí mismo, que no tiene propósitos, ni iniciativa, el hombre mediocre; del hombre que se ha dejado llevar por la ola del consumismo, del poder, del dinero, el hombre enajenado, también comentaré del hombre masa y del hombre de la caverna, que analicé del mes de agosto al mes de noviembre del presente año, en mi curso de Ética y Responsabilidad Social

El hombre sin rostro al descubrir dentro de él, un hombre que no tiene miedo a la vida, al fracaso, al esfuerzo diario para conseguir sus ideales, luchará para encontrar y alcanzar el verdadero sentido de su existencia, que le hará recobrar su rostro.

En el presente ensayo, haré un análisis comparativo de los diferentes autores estudiados en mi curso de ética y responsabilidad social, como también me apoyaré en la observación.

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