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Nicolas Bravo


Enviado por   •  1 de Septiembre de 2014  •  1.821 Palabras (8 Páginas)  •  386 Visitas

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Hijo de un rico hacendado criollo, creció en un ambiente de rechazo crítico a las actuaciones de la corona en Nueva España. Su padre Leonardo y un hermano suyo participaron en los primeros levantamientos insurgentes, por lo que en 1810, en plena juventud, Nicolás Bravo decidió incorporarse a las fuerzas rebeldes mandadas por su padre, pasando en mayo del año siguiente a servir a las órdenes de Hermenegildo Galeana, líder insurgente en el vecino Estado de Morelos. Participó en diversas acciones, tanto en su tierra natal (actuando en la vanguardia del ataque al pueblo de Chichihualco, donde tenía la hacienda su familia) como en el Estado de Morelos, pero también extendió sus correrías hasta Veracruz, distinguiéndose en la defensa de Cuatla, a las órdenes del general Morelos.

En el desarrollo de estas acciones, Nicolás Bravo adquirió la reputación de soldado "generoso y magnánimo" (según don Lucas Alamán), al perdonar la vida y otorgar la libertad a los 300 soldados realistas que en agosto de 1812 habían caído en su poder en San Agustín del Palmar, cerca del puerto de Veracruz. Se dio la coincidencia de que poco después recibió la noticia de la prisión de su padre y la oferta de indulto del virrey si se arrepentía y presentaba. Nicolás Bravo decidió liberar a los presos en lugar de fusilarlos para diferenciar la causa de la Independencia de la barbarie virreinal, según relato del mismo a Lucas Alamán. Algunos autores llamaron a este gesto "la venganza de Bravo".

Nicolás Bravo fue uno de los oficiales que mayor prestigio y victorias ofreció a los seguidores de José María Morelos, al que acompañó en la toma de Oaxaca y en el sitio de Acapulco. Acantonado en Chilapa, siguió desde las tierras del sur las vicisitudes de la insurgencia y la convocatoria del Congreso de Chilpancingo (que apoyaría el nombramiento de generalísimo a favor de Morelos), así como la posterior caída de Morelos tras la derrota de Valladolid y la dispersión del Congreso.

En los primeros meses de 1817, siguiendo órdenes de la Junta de Xauxilla, arrestó a Ignacio López Rayón, que se negaba a obedecer la autoridad de la Junta. Poco después se encerró en Cóporo, que defendió durante algunos meses. Finalmente, se retiró a reponerse y descansar en la hacienda familiar, cercana a Chilpancingo, donde fue hecho prisionero a comienzos de 1818. Trasladado a la ciudad de México, permaneció en prisión hasta que, con motivo del cambio de régimen y el triunfo constitucional, le llegó el indulto en 1820.

Adherido al Plan de Iguala, reunió una fuerza militar con la que se presentó ante la ciudad de Puebla, sitiada por el general Agustín de Iturbide. Tras esta acción, Iturbide le concedió el rango de coronel del ejército republicano. Nombrado Consejero de Estado y miembro de la segunda Regencia del 11 de abril al 18 de mayo de 1822, asistió a la llegada del virrey Juan O'Donojú y participó en los primeros enfrentamientos políticos que precedieron a la exaltación de Iturbide como emperador.

Republicano convencido, se opuso sin embargo en 1823 a las pretensiones del nuevo mandatario y, junto con Vicente Guerrero, dirigente del ala más liberal de la insurgencia, escapó de la capital y se adhirió a la revuelta encabezada por Antonio López de Santa Anna en Veracruz. Se enfrentó con Guerrero al brigadier Armijo y fue derrotado en la batalla de Almolonga (25 de enero de 1823), entre Chilapa y Tuxtla. Tras numerosas acciones, formó con Antonio León una Junta de Gobierno en Oaxaca e hizo su entrada en Puebla, al frente del ejército llamado "libertador". Unido a los demás líderes republicanos, consiguió la renuncia del emperador a comienzos de 1823.

Centralistas y federalistas

En la división política que siguió a la deposición de Iturbide, Nicolás Bravo fue considerado uno de los primeros dirigentes de la masonería escocesa, conservadora y centralista, frente a los grupos seguidores del embajador Joel R. Poinsett, adheridos al rito yorkino, federalista y radical. Tras la aprobación de la Constitución, el congreso lo nombró miembro del poder ejecutivo que sucedió a Iturbide, cargo en el que cesó el 1 de octubre de 1824, al producirse la subida al poder de Guadalupe Victoria, que lo designó vicepresidente.

Nicolás Bravo había representado a la facción moderada, inclinada hacia una solución borbónica y monárquica; pero al cancelarse los artículos del Plan de Iguala que abogaban por ella, encabezó el partido conservador, que pretendió instaurar una República indivisible y centralista. Siendo vicepresidente de la República, encabezó en 1827 la rebelión conservadora en apoyo de Gómez Pedraza frente a Guadalupe Victoria, tenido por excesivamente radical, solicitando al mismo tiempo la expulsión del embajador Poinsett.

Bravo se enfrentó a Guerrero, pero fue derrotado y hecho prisionero ante la ciudad de Tulancingo, por lo que se le sometió a un gran jurado que solicitaba la pena capital. Sin embargo, el Tribunal Supremo, a petición de sus numerosos seguidores, aceptó la indulgencia del presidente Victoria, que le conmutó la pena por el destierro temporal. Exiliado en Guayaquil (Ecuador) durante algunos meses, regresó al país tras la amnistía de 1829.

Al producirse ese mismo año el nombramiento de Vicente Guerrero como segundo presidente de la República, Nicolás Bravo consiguió que la vicepresidencia recayera en uno de sus partidarios, el general Anastasio Bustamante. Se iniciaba de este modo una de las crisis más graves del nuevo estado, ya que Bustamante encabezó una revuelta política contra el presidente; era la expresión de una profunda división entre ambos partidos, que acentuó la quiebra institucional.

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