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La Empresa


Enviado por   •  9 de Febrero de 2015  •  2.948 Palabras (12 Páginas)  •  128 Visitas

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CIUDAD DE MÉXICO.- En México, el Grupo Bimbo compite solo. Nadie más ha podido enfrentarlo para arrebatarle un suculento mercado en el que cada mexicano consume 131.6 dólares al año en pastelillos.

Ni siquiera el gigante de la harina de maíz, Maseca, logró arañarle algunos puntos del mercado con su marca de pan blanco Brady, un proyecto que el grupo regiomontano tuvo que abandonar porque no logró competir con la compleja red de distribución de la empresa propiedad de la familia Servitje.

Bimbo, junto con Sabritas de la estadunidense PepsiCo, es la empresa con el mayor poder de distribución para llevar pan fresco, pastelillos y galletas a los lugares más apartados del país, una de sus mayores fortalezas. Y si bien es cierto que el “Osito Bimbo” no está solo en estos mercados, su competencia no le hace sombra.

En el rubro de pan empacado, la marca Bimbo “compite” contra Wonder, y en el de pastelillos se “pelean” el mercado el pan dulce Bimbo, Marinela y Tía Rosa; pero todas son de su propiedad.

En panificación y confitería, Bimbo vende más de 73 mil millones de pesos al año en México, y a escala global supera los 176 mil millones de pesos, unos 14 mil millones de dólares, con más de 100 marcas y diez mil productos a escala global. Su vinculación con el consumidor mexicano y su dominio del mercado local es a tal grado, que es común escuchar decir Bimbo en referencia al pan blanco de caja.

Pero con todo y su abrumadora participación en segmentos específicos de mercado, como el de pan empacado o pastelillos, la empresa no tiene ninguna investigación en curso por parte del órgano antimonopolios del país, en contraste con las autoridades antimonopolios de Estados Unidos que le han impuesto límites obligándole a vender plantas y marcas, o en Canadá cuyos planes de expansión se mantienen bajo estricto análisis a cargo del Competition Bureau.

Y es que Bimbo, al igual que su compleja y exitosa red para distribuir sus productos, posee una enorme influencia en los entramados legislativos para modificar leyes que le son adversas.

Durante las recientes negociaciones legislativas Bimbo se movilizó con rapidez ante la intención de gravar todo tipo de pan por su nivel de contenido kilocalórico. Así, la empresa logró que se exentara al pan de caja de cualquier impuesto posible. Incluso lo hizo, a pesar de la incertidumbre de que su línea de productos fuera considerado dentro del rubro de los productos kilocalóricos, porque en ese momento persistía la duda.

“Allí se vio, sin duda, la fortaleza de Bimbo, así como de otras empresas”, comentó Herbert Bettinger, quien participa como coordinador en diversos temas en la Cámara de Diputados.

Fue a través de una regla especial del Servicio de Administración Tributaria (SAT) que se determinó que el pan de caja no fuera considerado –junto a productos como el bolillo y la telera, entre otros– en el rubro de los kilocalóricos, con independencia del criterio que, en su caso, sustentara la Secretaría de Salud.

Y aunque para Bimbo, productos como el Gansito Marinela son relevantes, porque le generan grandes ventas. La estrategia que siguió la empresa no se ocupó de este producto y otros pastelillos ya que, prácticamente, no tienen ningún competidor en el mercado que los amenace.

Este tipo de productos eran considerados, desde el principio de las discusiones en el Congreso, como alimentos altamente kilocalóricos, pero dado que no tiene competidores en el mercado, cualquier impuesto se compensaría con su demanda inelástica.

Situación muy distinta a la que viven los panaderos tradicionales, quienes sí sufrieron el impacto de la Reforma Fiscal por su alta fragmentación y falta de organización, por lo que no lograron integrar un frente de defensa ante las autoridades.

“Ellos no lograron irse al amparo, porque no tienen una representatividad dentro de sus grupos. Tratar de llegar a un amparo era complejo”, refirió Bettinger.

Competencia pequeña y fragmentada

La tímida competencia que enfrenta Bimbo proviene de las marcas que sobreviven, como Pastelería El Buen Pan, Repostería Reyes, Pastelería la Conquista y Gina’s Coke. Sin embargo, no representan a jugadores que preocupen al grupo fundado por Lorenzo Servitje Sendra. Ni en el mercado del pan empacado, ni en el de los pastelillos, Bimbo tiene competencia significativa. No así en el mercado de galletas, donde la Comercializadora PepsiCo México –a través de Gamesa– ocupa el primer lugar con 38% del mercado, seguido de Bimbo con 20%, según cifras de Euromonitor International.

“Bimbo no ha sido sancionada ni una sola vez por la Comisión Federal de Competencia (CFC)”, dice Xavier Ginebra, experto en derecho de la competencia y exfuncionario de la hoy extinta CFC.

“En mi apreciación es una empresa que es claramente dominante y en su misma lógica ha impedido la entrada de otros competidores al mercado. Podría ser que haya incurrido en prácticas anticompetitivas. Es extraño que si hay negocio, porque 115 millones de personas consumen pan, no hayan entrado otros competidores importantes al mercado”, agrega Ginebra.

Pero ninguna de las dos quejas que se presentaron en el pasado por posición relevante en el mercado, prosperaron. “Bimbo se enfrentó a dos denuncias que fueron cerradas, porque no se demostró que la empresa incurriera en prácticas monopólicas o anticompetitivas”, aseguró Martín Moguel, consejero de la nueva Comisión Federal de Competencia Económica (Cofece).

Sin embargo, eso no cierra el expediente de investigación sobre la actuación y participación de Bimbo en sus mercados. De acuerdo con Alejandra Palacios, presidenta de la Cofece, en los próximos días presentarán su plan de trabajo 2014 y allí darán a conocer los mercados a ser investigados por la Comisión.

Por lo pronto, el Congreso ya discute la iniciativa de ley del presidente Enrique Peña Nieto en la que la Cofece tiene la facultad para realizar investigaciones de mercado sobre las condiciones de competencia, las barreras de entrada, las prácticas anticompetitivas, las concentraciones, o cualquier otro obstáculo que entorpezca la competencia y libre concurrencia en los mercados. Se prevé que el Congreso apruebe la ley a mediados de marzo.

Un caso para la Cofece

La Iniciativa de la Ley Federal de Competencia enviada hace días por el Ejecutivo al Congreso, y que fortalece la actuación del órgano antimonopolios dándole autonomía y nuevas capacidades de sanción a favor de los consumidores,

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