MANFRED MAX NEEF, EL NEOLIBERALISMO Y LA GLOBALIZACIÓN

MANFRED MAX NEEF, EL NEOLIBERALISMO Y LA GLOBALIZACIÓN

"En toda sociedad parece haber un periodo en el cual el crecimiento económico, convencionalmente entendido, genera un mejoramiento de la calidad de vida. Ello sólo hasta un punto umbral, cruzado el cual el crecimiento económico genera un deterioro en la calidad de vida" postulado este que ha sido enunciado por uno de los sabios de nuestros tiempos: Manfred Max Neef, Premio Nobel Alternativo de Economía y quien pone al desnudo al neoliberalismo y a la globalización, logrando con ello dilucidar sus falencias y desventajas. Dilucidación

Plantea Manfred que la economía nació como hija de la filosofía moral, preocupada esencialmente por el bienestar humano, pero sucede que actualmente las metas económicas prescinden absolutamente del bienestar de las personas, se ha olvidado la historia de la humanidad que hay detrás de la tasa de crecimiento de cada país, se perdió la conciencia de que el crecimiento debe tener un limite para que se pueda dar la felicidad de todos los hombres. Ahora lo que interesa es poner en práctica el proceso de gigantismo económico, de donde nace la deshumanización, un sujeto ya no es persona sino sólo un dato estadístico; resulta que ahora nos encontramos en un mundo distinto, antes era de naciones, hoy es de naciones en plena decadencia sustituidas por dichas corporaciones que son las que tienen la fuerza para controlarnos política, económica y culturalmente… En este aspecto es donde debe señalarse que la globalización es inevitable, pero su problema radica en que lo único que se globaliza es el poder económico, no hay globalización cultural, ni de solidaridad, ni de ningún otro tipo; esto porque sólo es manejada por los grandes intereses transnacionales.

Ahora bien, en lo que se refiere a las políticas que se intentan aplicar en Latinoamérica, señala Manfred que son ineficaces porque sólo se concentran en el fetiche del crecimiento económico, del que se presume que lo resuelve todo, pero lo que se ha demostrado es que no existe una correlación entre más crecimiento y menos pobreza… es cierto que el crecimiento económico en un principio conlleva al mejoramiento de la calidad de vida, pero luego de alcanzar determinado punto, se aprecia que dicho crecimiento no es suficiente, se demuestra que además de éste se debe contar con políticas específicas orientadas a la disminución de la pobreza, políticas que nos han sido vendidas en la supuesta imagen de los “mercados”, otro de los grandes fetiches de nuestro tiempo.

El libre comercio no tiene nada de libre, hace que las naciones más pobres se dediquen a bajar sus ingresos, sus salarios y demás exigencias frente a los extranjeros buscando ser competitivos, llegan al punto de renunciar a su autonomía nacional, supeditan sus leyes a los resultados benéficos para el comercio de las grandes empresas internacionales dejando de lado los intereses de sus ciudadanos; no hay duda acerca de los beneficios que puede traer consigo la interdependencia de las economías y el libre comercio, lo que pasa es que la realidad no es como el discurso, ese discurso es falso, es una mentira… con esas invenciones ¿cómo va a ser posible alcanzar algo tan inequívoco como la felicidad de los pueblos?. Sucede entonces con ese discurso lo que prevé Silvio Rodríguez en una de sus canciones “difícil es que un discurso sobreviva de su hablar”.

Señala Manfred que lo que debemos hacer es implementar una política que recuerde que la economía esta para servir a las personas y no las personas para servir a la economía, si el problema de Colombia es el de la pobreza, éste se debe entender desde la conceptualización de que ésta no es únicamente la falta de ingreso o de una renta, sino también la falta de capacidades básicas individuales y la falta de oportunidades

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