Reina Temis

Cuenta la leyenda que Temis es una hermosa joven que vive en el Olimpo;

Hija de Gea y Urano, hermana de Cronos y esposa de Zeus.

Esta insigne dama tiene la tarea mas noble y mas complicada que intelecto alguno pueda concebir: es la encargada de impartir justicia.

Para Temis todo transcurre muy normal, sabe que le ha sido encomendada la tarea y la acepta con toda la humildad que la inviste.

Los elementos indispensables para realizar su trabajo son:

-LA VENDA: con la que asegura no ver a ninguna de las partes que vienen delante de ella a clamar justicia.

-LA BALANZA: con la que pesa los argumentos, pretensiones y verdades en conflicto.

-Y LA ESPADA:para aplicar la fuerza a tenor de lo que ella decida.

Con el paso de los años y dadas las condiciones que la rodean,(problemas en su entorno, amenazas, promesas de riquezas abundantes), Temis a perdido interes en el trabajo que desempeña y en varias ocasiones ha querido abandonarlo.

-¿Quien mas podria acercarse a tus ideales?

-¿Acaso existe un ser tan unico como tu?.- Replicaban los mas ancianos ante los reparos de Temis.

Fruto de estas desilusiones, con frecuencia Temis olvidaba su espada, no utilizaba su preciada balanza o peor aun, se destapa los ojos para inclinarse por algunos de sus requirentes.

Los sabios se reunieron para deliberar y tratar de tomar una decision respecto a la actitud de Temis y una posible solucion a su comportamiento reprochable.

¡¡¡Expulsemosla del Olimpo!!!-se escuchaban a algunos.

¡¡¡se merece la hoguera!!!-replicaban otros.

¡¡¡nombremos una sustituta!!!-sugerian otros mas conservadores.

En medio del calor de las dicusiones, se levanta el mas viejo de todos los ancianos y con una voz suave y calmada pero firme, apunto:

-¿Acaso no os dais cuenta q Temis esta buscando pretextos para no continuar con su mision?

-¿Acaso no sabeis que nadie puede sustituirla y que sin ella no somos nada?.

-Si se retira la venda, pongamosle la de la razon.

-Si se olvida la espada, proporcionemoslela de la templanza.

-Y si deja de usar la balanza suministremosle la de la equiedad.

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